+++++HECHOS HISTÓRICOS DE MI TIERRA+++++
Estando muy cerca, 02 de Enero 2019 que se celebrará el 162°
Aniversario de la fundación de Marca, reproducimos para nuestros lectores esta bonita
Ofrenda a Marca por el Sr. David Ligorio Tolentino Bayona, ilustre marquino,
que amó su tierra como ninguno…
OFRENDA LIRICA A MARCA
Con la contrición del creyente
que se acerca a su Dios a impenetrar la bondad de un perdón, me acerco a ti,
Marca, tierra querida, acusándome del pecado de la ausencia.
Largos años han transcurrido
desde que me despedí de tu dulce regazo para ambular por lejanías, y en este
andar incesante, en este ir de tumbo en tumbo y de rumiar nostalgias, te he
invocado siempre, porque eres la madre cariñosa que meció mi cuna humilde y me
alimentó con su aire puro y cristalina fuente del “San Cristóbal”, que hiciera
que mi niñez y parte de mi adolescencia discurriera lejos de lo mundano,
empapadas de inocencia.
Cuantas veces mi espíritu se bañó
en tus tibias alboradas con la polifonía de tus pájaros cantores, a la hora en
que vibra la madre naturaleza y nos invita a renovarnos y a renacer cada día.
El viento que estremece las doradas espigas de las faldas de tus cerros, me
dijo con su lenguaje rumoso, que hay melodías que fluyen en tus quebradas y
ascienden hasta las alturas.
Cuantas veces mi alma se inundó
de belleza en las faldas de “Jancush”, cuando el cielo dejó su llanto menudo
sobre el trébol que las cubría y el sol mañanero trataba de evaporarlo: todo
era blanco y brillante; si las hojas temblaban, el temblar cada lágrima se
transfiguraba en piedra preciosa de múltiples colores. Había que andar
descubierto, descalzo y reverente para recibir su beso y no turbar la quietud
de esas horas.
Cuantas veces llegué a “Plaza-punta”
a ver las tumbas olvidadas, las reliquias sagradas de tu ayer, y desde allí me
abismé contemplándote arrullada por tu río y por la de “Quetzcan”, bordeada de
eucaliptos, con tus calles estrechas como si no quisieran que las casas se
separaran; con tu plaza, escenario de tardes deportivas; el “Sháncur” de eterno
centinela; el camino que se pierde por “Aliso” o por el sur, camino por donde
pasaron las huestes de Hernando Pizarro; las capillas de Lourdes y San Lorenzo
invitando a orar, tu vetusta Escuela con su rústico banco en donde aprendimos a
leer, tus locales públicos.
Un silencio, tal vez la paz que tanto se
ansía, se adivina en ti, en medio de ese campo esmeraldino que se extiende por
los puntos de la rosa naútica. ¡Cómo eres de bella tierra mía! Ni hay pincel que
lleve al lienzo tus incomparables paisajes, ni hay verbo que cante tu
hermosura, ni hay músico que capte y le dé forma a tus melodías, porque
constituyes un conjunto homogéneo en el que riman paisajes, poesía y música.
Todavía recuerdo que, cuando niño, me hablaron del gigante “Canlín” antropófago
de descomunal figura que se alimentaba de seres humanos; todavía llega a mis
oídos el diálogo de “Limac-jirca” que quiere devorar alguna mujer. Todavía
conservo en la retina de las diferentes figuras del “Jara-puclla” con su música
variada en noches de luna y en las eras del maíz recolectado. Tu clásica
“Huayllashiada” que nunca morirá; tus fiestas religiosas; tus pallas de vestido
inconfundible; tus “negritos”, tus “caporales”. Y en la noche del Jueves Santo, el Crucificado en
medio de un gran arco pesado formado de flores, avanzando lentamente, con gran
acompañamiento de fieles, y en cada esquina, en capillas formadas con flores
naturales, el “Sabat Mater Dolorosa”, como una flor de música, entonada por un
coro de damas…Todo lo místico, todo lo religioso, volcado en tus calles durante
una noche milagrosa.
Invocando esas reminiscencias que
son muy tuyas, lejana tierra mía, te rindo pleitesía en tu centenario, porque
te vestirás de gala para recibir a tus hijos pródigos como madre bondadosa que
eres.
Por el tinglado del recuerdo en
el que aún palpitan mis juegos infantiles plenos de sencillez, por todo el
rosario de escenas en que cada cuenta es un pedazo de vida; por tus caídos en
el aluvión, por los que cantaron tus glorias y tus desdichas; y porque
vislumbra la aurora de mejores días, acepta, tierra querida, esta pequeña
ofrenda que es el incienso de la religión que profeso.
N de R.- Esta Ofrenda Lírica fue
transmitida por su autor por las ondas de Radio Victoria el 29 de diciembre
1958 al finalizar las actuaciones radiales organizadas por los intelectuales,
artistas y elementos representativos de la colonia Marquina conformantes del
“Comité Pro-Centenario de Marca”. El
diario “La Crónica” lo reprodujo en su página editorial, en la edición
correspondiente al 5 de enero de 1959 del que hemos tomado para insertar en
nuestra Página del Grupo Cultural Marca en las Vertientes.
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