viernes, 27 de diciembre de 2024

 

LA MUERTE DEL AMAUTA
El Amauta 𝗝𝗼𝘀é 𝗠𝗮𝗿í𝗮 𝗔𝗿𝗴𝘂𝗲𝗱𝗮𝘀 partió por propia decisión hace 55 años.

Fue un destacado escritor, antropólogo y poeta que nació en Andahuaylas, la tierra de los Chankas. Exploró las tensiones entre las culturas andina y occidental en el Perú y es un referente de la literatura indigenista.
Su obra literaria, muy influenciada por su cercanía con la cultura indígena, incluye novelas como Todas las sangres, Los ríos profundos, Yawar Fiesta, El sexto y El zorro de arriba y el zorro de abajo.
Entre sus más importantes cuentos identificamos a La agonía de Rasu Ñiti, Agua y El sueño del pongo.
También destacó como investigador del folklore peruano, revalorizando la música y danza andina.
Estudió en la Universidad de San Marcos y fue docente y funcionario público, promoviendo la cultura nacional. Su vida, marcada por conflictos internos, terminó trágicamente, pero su legado literario y cultural sigue siendo fundamental para la identidad peruana.
Para tener presente a Arguedas, comparto una parte de un gran mensaje del Amauta José María que data de 1968:
"... considerar siempre el Perú como una fuente infinita para la creación. Perfeccionar los medios de entender este país infinito mediante el conocimiento de todo cuanto se descubre en otros mundos. No, no hay país más diverso, más múltiple en variedad terrena y humana; todos los grados de calor y calor, de amor y
odio, de urdimbres y sutilezas, de símbolos utilizados e inspiradores. No por gusto, como diría la gente llamada común, se formaron aquí Pachacamac y Pachacútec, Huamán Poma, Cieza y el Inca Garcilaso, Túpac Amaru y Vallejo, Mariátegui y Eguren; la
fiesta de Qoyllur Riti y la del Señor de los Milagros; los yungas de la costa y de la sierra; la agricultura a 4.000 metros; patos que
hablan en lagos de altura donde todos los insectos de Europa se
ahogarían; picaflores que llegan hasta el sol para beberle su fuego y llamear sobre las flores del mundo. Imitar desde aquí a alguien resulta algo escandaloso. En técnica nos superarán y dominarán, no sabemos hasta qué tiempos, pero en arte podemos ya obligarlos a que aprendan de nosotros y lo podemos hacer incluso sin movernos de aquí mismo.
Ojalá no haya habido mucho de soberbia en lo que he tenido que hablar; les agradezco y les ruego dispensarme.
(Palabras de José María Arguedas en el acto de entrega del premio “Inca Garcilaso de la Vega”, Lima, octubre de 1968.

 

🌹🌿🌹🌿🌹HACE 55 AÑOS...JOSE MARÍA ARGUEDAS ALTAMIRANO, 5 DÍAS DE AGONÍA...TESTIMONIO DE SYBILA ARREDONDO Y AMIGOS...HORAS ANTES DE SU SUICIDIO...🌹🌿🌹🌿🌹
Lunes, 24 de noviembre

José María Arguedas quería dejar todo en orden esa semana, así no incomodaría a nadie más de la cuenta. Empezó yendo al estudio de su abogado y amigo José Ortiz Reyes, en el centro de Lima. Arguedas le pidió que guardase los papeles que traía con él. Uno de ellos era un sobre cerrado dirigido a Celia Bustamante, su ex esposa. Ortiz, que conocía a Arguedas desde que estuvieron presos juntos en la cárcel El Sexto, le preguntó por qué lo hacía.
-Es que puede ocurrirme cualquier cosa –le contestó.
Mientras charlaban apareció Alejandro Ortiz Rescaniere, hijo de José Ortiz, amigo también de Arguedas y antropólogo como él. José Ortiz le hizo una seña a su hijo Alejandro para que esperase fuera. Al salir, Arguedas le dijo a Ortiz hijo que estaba contento por la recopilación de mitos andinos que empezarían ambos dentro de poco. Luego, agregó:
-Fíjate que soy tan tonto que hasta he pensado en suicidarme.
Alejandro Ortiz no le dio muchas vueltas al comentario, solo asintió. Su padre sí replicó a Arguedas al acompañarlo al ascensor. Le recordó que siempre pensaba o hablaba de su muerte, pero que seguramente viviría más de ochenta años, como Voltaire.
-¡Ah, pero es que Voltaire no tenía ideas suicidas! –le contestó Arguedas mientras entraba al ascensor.
Arguedas quería dejar todo en orden. Meses atrás había ido a casa de Dora Varona, a pedido de ella. Su esposo, el novelista Ciro Alegría, acababa de morir y había dejado varias cajas con archivos, papeles sueltos e inacabados manuscritos. Arguedas entendió que Varona le pedía ayuda para ordenarlos y terminar algunos de los manuscritos más avanzados. Más tarde, Arguedas relató a Alfredo Pita este encuentro y comentó sin solemnidad que uno al morirse no debía descuidar los papeles. Había que tener en claro a quién se los encargaba.
-Hasta para morirse hay que tener cuidado –le dijo.
*Martes, 25 de noviembre
La casa de la cantora Racila Ramírez tenía un cuarto reservado para Arguedas, quien gustaba de las siestas. La tarde del martes fue a su casa en Jesús María y comentó que había enviado una carta al preso guerrillero Hugo Blanco, en quechua y castellano. Le escribía “feliz en medio de la gran sombra de mis mortales dolencias”.
Ramírez le preguntó por qué le había escrito a Blanco. Arguedas contestó que él había interpretado las aspiraciones del campesinado indio, había hablado en sus lenguas y actuado en sus modos. “¿No fuiste tú, tú mismo quien encabezó a esos pulguientos indios de hacienda de nuestro pueblo?” le escribía en su carta. En esas líneas, el escritor se alejó de su acostumbrada modestia al apreciarse de haberle abierto “un poco los ojos” a Lima con sus novelas.
Racila Ramírez estaba preocupada y se lo dijo a Alejandro Ortiz. Pensaba que Arguedas llevaba un revólver en su maletín de mano, que pensaba en suicidarse. Alejandro Ortiz replicó que no había mucho qué hacer. Arguedas se veía más sereno que en ocasiones anteriores, y comentar con él sus preocupaciones habría conseguido una sonrisa como respuesta.
Esa noche, alrededor de las ocho, Arguedas fue en su hijo de fierro –que era como llamaba a su Volkswagen 1962- a recoger a su esposa Sybila Arredondo de la librería donde trabajaba, cerca a la Plaza San Martín. Como el cierre de la tienda demoraba más de lo planeado, Sybila salió a pedirle a Arguedas que esperara un momento más. Al volver, Sybila se dirigió al muchacho que trabajaba con ella en la librería, Alfredo Pita. Arguedas quería conversar con él.
Pita salió y Arguedas le pidió que suba a su escarabajo. Pita imaginó que Arguedas quería que lo acompañase a algún lugar, pero no. Arguedas quería conversar. Pita lo notó tranquilo, hasta contento.
Arguedas le preguntó por sus estudios y planes, y también por su novia, a quien el escritor llamaba Muñeca. Insistió en que se esfuerce. Le recordó que tenía una responsabilidad con su familia, con sus padres y con el pueblo de donde venía. Y con Muñeca.
-Es importante tener una compañera en la vida –le recordó.
Arguedas insistió nuevamente: que trabajara fuerte, que no olvide que debía estar a la altura de una chica buena y guapa como su novia. Al día siguiente, Pita partió a Chimbote junto a su amigo Tulio Mora. No estaba preocupado. El sábado por la mañana se enteró de todo.
Primer intento de suicidio, 1966
La primera vez que intentó suicidarse, Arguedas consumió treinta y siete pastillas de seconal, un barbitúrico que deprime la actividad cerebral y respiratoria. Era 1966. Había pasado una agradable noche con Sybila, pero en la madrugada salió sigiloso de la cama. Fue a buscar a su amigo Alfredo Torero a su casa, a las dos de la mañana. Le dijo que no encontraba un texto antiguo en quechua que ambos venían traduciendo. Torero contestó que en su casa tampoco estaba. Arguedas le propuso entonces ir al Museo de Historia Nacional, del cual era director, donde seguramente lo había dejado.
-No quiero ir solo porque penan –le dijo en broma.
Una vez allí hablaron más de una hora de varios temas, incluido el suicidio. Arguedas comentó el caso de Alfred Métraux, un etnólogo suizo que se había quitado la vida con somníferos hacía unos años. Pasadas las tres de la mañana Arguedas dejó a Torero en su casa.
Dos horas después, Sybila Arredondo apareció en casa de Torero junto al crítico literario Alberto Escobar. Arguedas no había llegado a casa, pero había dejado sobre su cama unas cartas donde anunciaba su suicidio. Torero contestó que estuvo con Arguedas hacía poco en el Museo. Tras dejar a Torero en casa, Arguedas había regresado a su oficina con la idea de matarse a punta de barbitúricos. Allí lo encontraron, inconsciente.
Las crisis emocionales de Arguedas no eran nuevas. Ya en los años cuarenta y cincuenta había recibido tratamiento psiquiátrico. En 1950, enterado de sus problemas, el psiquiatra Federico Sal y Rosas buscó a Arguedas y le propuso hacerle electroshock. El resultado fue nefasto. Javier Mariátegui Chiappe -hijo del fundador de la izquierda peruana, José Carlos Mariátegui- también había sido su psiquiatra, y tratado su neurosis y la angustia que lo comía. En un momento Arguedas cortó con la psiquiatría y exploró el psicoanálisis, refugiándose en Lola Hoffman, una psicoanalista chilena seguidora de Carl Gustav Jung.
A pesar del tratamiento recibido, Arguedas terminó disparándose. Un año después de su muerte, en 1970, su caso fue materia de discusión en un encuentro internacional de psiquiatría realizado en Lima. Un reconocido psiquiatra norteamericano prestó especial interés al tema. Después de examinar los antecedentes y la forma en que sus pares nacionales lo trataron, no pudo esconder su extrañeza. Arguedas necesitaba litio pero nunca le fue medicado.
-¿Por qué no le dieron litio? ¿Cómo se les pudo pasar? –inquirió.
De hecho, el litio no llegaba aún al mercado peruano.
* Miércoles, 26 de noviembre
Arguedas disfrutaba de la Universidad Agraria. Esta conservaba aún un ambiente campestre, al igual que su casa en Chaclacayo. Pero seguía siendo Lima, aquella ciudad a la que Arguedas nunca se pudo acostumbrar. Lima, la ciudad sin cielo, le hacía añorar a la sierra. Cuando el año anterior estuvo en La Habana, el novelista se mostró radiante y activo. Pero llegó el momento de volver a Lima y la angustia asomó nuevamente.
En la Universidad Agraria, Arguedas podía recibir un buen trato como académico y a la vez conversar en quechua con los trabajadores de la universidad. La mayoría de ellos eran ayacuchanos, y Arguedas gustaba de bromear con las trabajadoras haciéndoles chistes en quechua que muchos alumnos no entendían.
Su oficina estaba en el Departamento de Ciencias Humanas, una construcción no muy grande de un solo piso, rodeada de campos de cultivo y ubicada al costado de la parada de los buses de la universidad. Para tomar estos buses, los alumnos y el personal debían pasar frente al departamento. Desde allí podía verse cómo la Universidad Agraria iba quedando vacía hacia las cinco de la tarde, hora en que salía el último bus.
Al salir de su oficina la tarde del miércoles, Arguedas le hizo un pedido a Alfredo Torero, que trabajaba en el mismo edificio: verse la mañana del día siguiente, jueves 27 de noviembre, para conversar. Torero se excusó. Tenía un compromiso pactado con un hablante de un dialecto del quechua que él no conocía, y creía que no llegaría a tiempo. Le propuso en cambio encontrarse la mañana del viernes 28. Arguedas aceptó.
-Voy a tener que cambiar ciertas fechas –lamentó Arguedas frente a Torero.
Por la noche, Arguedas fue a casa de Alejandro Ortiz. Le pidió usar su grabadora nueva, sin especificar si quería grabar algo o solamente probarla. Al final ni siquiera tocó el aparato. Lo que quería era conversar, pero Alejandro Ortiz estaba cansado y ya en cama.
Cuando Arguedas dijo que se iba, Ortiz lo acompañó a la puerta. Antes de partir, le recordó lo mucho que quería a su madre. Arguedas fue muy insistente en recordarle su cariño, como si quisiera que Ortiz no lo olvidara. Lo que más le preocupó a Ortiz esa noche no fue el tono de despedida de Arguedas, sino la sensación de no haber sido debidamente atento con él.
*Jueves, 27 de noviembre

Esa incomodidad llevó a Alejandro Ortiz a ir al día siguiente, junto a su novia Marie-France, a la librería donde trabajaba Sybila Arredondo. Esperaba poder encontrar allí a Arguedas en algún momento. No se equivocó. Llegó a los pocos minutos y Sybila propuso que fueran todos a almorzar.
Ortiz recuerda a un Arguedas callado durante el almuerzo. Solo se animó cuando un niño se acercó a lustrarle los zapatos. Ortiz había comentado que buscaba comprar discos de música serrana y Arguedas se ofreció a llevarlo hasta La Parada, donde él los compraba. Al despedirse, Ortiz se aproximó a la ventanilla del carro. Arguedas por fin le habló.
-Es una buena mujer –le dijo a Ortiz, refiriéndose a Sybila Arredondo-. No debes alejarte de ella. Debes verla siempre.
Fue lo último que habló con Alejandro Ortiz. Luego encendió el carro y partió hacia la Universidad Agraria.
Esa tarde, Arguedas llamó a casa de Lilly Caballero de Cueto. La señora que hacía la limpieza contestó el teléfono y le dijo que Caballero no estaba. Arguedas no colgó, sino que se puso a conversar animadamente con ella en quechua. Antes de colgar, le pidió a la señora de la limpieza que no lo olvide, que se acuerde de él.
Por la noche, solo en casa, Arguedas grabó durante varias horas cantos andinos para Sybila. Quizá tuvo en cuenta que así se conocieron en 1962: él cantaba en quechua en un almuerzo en casa de Pablo Neruda, y Sybila lo escuchaba.
Pero esa noche Sybila llegó cansada. Cuando Arguedas le contó lo de su grabación, ella le contestó que prefería oírla al día siguiente, 28 de noviembre. Realmente estaba cansada y se iba a dormir. Contrariado, Arguedas borró toda la grabación y con ello también su intento de dejar una despedida oral. Quedaban, sin embargo, todavía algunas cartas por escribir.
*Días finales
Arguedas hizo varias citas para cenar la noche del viernes, con diferentes personas y en distintos lugares: Racila Ramírez, Máximo Damián Huamaní, su hermana Nelly, entre otros.
Sabía que no llegaría a ninguna.
Esa noche de viernes, Arguedas la pasó en el piso 13-B del Hospital del Empleado, en coma. La bala que se disparó en la cabeza tenía orificio de entrada, pero no de salida. La mañana del sábado, los médicos realizaron una primera cirugía para extraerle la bala. No lo consiguieron. Tres días después intentaron nuevamente sacarle el proyectil de la cabeza. Fallaron otra vez. El sub director del Hospital, el doctor Vargas Boto, ya había declarado el sábado que Arguedas se encontraba en estado vegetal.
La máquina que amplificaba el sonido de sus latidos funcionó hasta las seis de la mañana del miércoles 2 de diciembre. Su agonía duró cinco días. En Hombres y Dioses de Huarochirí, libro que Arguedas había traducido años antes, la gente resucita en la misma cantidad de días.
*Viernes, 28 de noviembre de 1969
Después de corregir sus cartas de despedida y minutos antes de dispararse en la sien, Arguedas le hizo una última pregunta a Alfredo Torero.
-¿Crees, Alfredo, que entre los jóvenes estudiantes habrá un nuevo Mariátegui?
Esa mañana de viernes, Arguedas se encontró con Torero a las ocho de la mañana en la Universidad Agraria. No quería ser interrumpido. Fue idea suya ir en auto por los alrededores del campus, a lugares cercanos y tranquilos, con intervalos de atención en su oficina. La conversación giró sin eje, jovial y tranquila, pero con temas de coyuntura política presentes: Vietnam, Cuba, las guerrillas, el gobierno militar, Mayo del 68, el Ché Guevara. Eran temas que capturaban a Arguedas: ese año había escrito poemas en quechua a Vietnam y Cuba. En algún momento, cuando hablaban del Perú, Torero le propuso a Arguedas visitar los lugares de su infancia: Andahuaylas, Abancay, Lucanas. Él se negó. Sabía que estaban ocurriendo cambios y que estos no le iban a gustar. Prefería quedarse con la imagen que tenía de estas desde niño.
Comentaron también sobre los cursos que dictarían el siguiente ciclo. A Arguedas le habían asignado sociología urbana y eso no lo había satisfecho: él ni sabía qué era ciudad, lo hacían solo porque conocía Chimbote, pero no tan bien como ellos creían. Torero le sugirió pedir otro curso, pero Arguedas desestimó la idea.
-¡Dejémoslo así! –dijo-. De todas maneras no lo voy a dictar.
Fueron a almorzar, también a sugerencia de Arguedas, a un restaurante ubicado en un campo de experimentación agrícola lindante con la universidad. Los dueños eran japoneses, pero la comida era criolla.
Arguedas no podía comer todas las cosas que le gustaban porque le causaban desórdenes gástricos. A su querido choclo, por ejemplo, debía comerlo sin cáscara ni pedúnculo. La palta tampoco le caía bien. Sin embargo, ese día pidió de entrada media palta. La comió con regocijo, contento, como un demonio feliz.
-Ojalá no te haga daño –le dijo Alfredo Torero.
-Hoy nada me hace daño –le contestó Arguedas. Al final comió una palta entera.
Siguieron conversando hasta las cinco de la tarde, hora en que volvieron al departamento de Ciencias Humanas. Torero se estacionó y Arguedas empezó a hablar de Celia Bustamante, su ex esposa. La consideraba celosa y posesiva, con ella se había sentido en un encierro y lamentaba no haberse liberado antes.
Ya en la oficina, Arguedas le encomendó tres sobres a Torero. Estaban bien amarrados, y uno de ellos notoriamente pesaba más que los otros. Mientras Torero caminaba hacia su carro para volver a casa, se preguntaba si entre los sobres que cargaba no habría una carta de despedida.
En eso, Arguedas lo alcanzó y le pidió que le diera los sobres por un momento. Volvieron al departamento. Abrió dos de ellos, sacó las cartas que contenían, escribió sobre ellas, las puso en sobres nuevos y se las devolvió. Torero vaciló en ese momento. Quedó quieto. ¿Partir o no? Arguedas lo miró y le preguntó.
-¿Crees, Alfredo, que entre los jóvenes estudiantes habrá un nuevo Mariátegui?
Torero le dijo lo que creía. Sí.
-¡Gracias! –le respondió Arguedas. Se paró y lo abrazó, enérgico.
Ricardo Rivera, entonces estudiante de la universidad, vio también a Arguedas esa tarde. Estaba parado en la puerta del departamento, a las cinco de la tarde, con las manos cruzadas a la altura de la barriga. Veía adusto cómo partían los buses con alumnos y trabajadores de la universidad, como esperando que quedase vacía. Pasadas las cinco, con Torero, Rivera y los buses rumbo a Lima, Arguedas inició la ejecución de su muerte.
La matrícula había terminado, los trabajadores y alumnos ya estaban camino a sus casas. Arguedas creía que ya no había nadie a quien molestar ni que lo interrumpiese. No se percató que en el departamento todavía quedaba una persona. Cuando esta escuchó el disparo, se acercó al lugar de donde vino el sonido: el baño. Intentó abrir la puerta pero no podía, parecía trancada. Era el cuerpo del propio Arguedas, aún con vida, que había caído sobre la puerta después del disparo.
Había decidido descansar para siempre, le escribió a su sobrino Abel Carbajal Arguedas, hijo de su hermana Nelly. La carta tenía por fecha 28 de noviembre. Días antes, había enviado parte del que sería su póstumo libro “El Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo” a su amigo chileno Pedro Lastra. El fragmento, titulado ¿Último Diario?, llevaba una corta dedicatoria escrita a mano con una sencilla despedida.
Y no me olviden; recuérdenme con alegría
Fui feliz
J.M.
José María Arguedas caminó hacia el baño. Sostuvo la pistola calibre 22 en su mano derecha. La subió a su sien. Se miró en el espejo. Jaló el gatillo...
JSGS

 

RUTA ARGUEDIANA
Agradecimiento a mis colegas
Por: José Santos Gamarra Soto

Uno de los escritores que mejor impresión me ha causado desde muy pequeño por su narrativa indigenista es José María Arguedas Altamirano, nacido en Andahuaylas, Apurímac, de quien he bebido de sus novelas y narrativas con pasión. Al leer sus libros, nos ocasiona una serie de interrogantes al querer descubrir cada uno de los lugares que nos describe. La semana pasada pudimos realizar esta aventura de más de una semana por los lugares donde nació y vivió este afamado escritor llamado el Tayta. Hace muy poco, en el mes de setiembre, al visitar las Lomas de Lachay muy cerca de Lima, los amigos que hace algunos años habíamos estudiado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos nos planteamos realizar la “Ruta Arguediana” por lo que representa Arguedas para la literatura de nuestro país, por sus cualidades y las consideraciones indigenistas que plasma en sus escritos.
En Lachay, tomamos el compromiso de realizar este viaje abarcando los hermosos lugares vividos por el Tayta; quiero agradecer de manera muy especial a Karen, Doris, Carlos y Jorge por su valentía y decisión de realizar este hermoso periplo que nos ha dejado muy satisfechos. Conocer el puente Pachachaca que describe el autor de los “Ríos Profundos”- Uku Mayu, nos causó gratísima impresión, ahí pudimos ver el puente de estilo románico construido por los españoles de cal y canto que hasta hoy se mantiene firme, el río negro o Apurímac mayu como lo llama en sus escritos, los patos en medio del río, los cañaverales, los carrizos de hojas verdes al costado del río que nos describe en dicha novela son el calco reinante los que quedaron en la retina de mis ojos que difícilmente podrán ser borrados. Lástima que no pude conocer el famoso Pisonay que tanto nombra, así como la hacienda de Patibamba, pero sí pude conocer la inmensa casona de los hacendados de Patibamba y la Capilla del Señor de Illanya que se encuentra dentro de la ciudad de Abancay.

Las leyendas, los mitos, danzas y cantos del mundo andino son elementos esenciales para entender el misticismo de la cultura andina y a José María Arguedas, quien los aprendió desde muy pequeño, los cantaba su padre que era un abogado-defensor itinerante, al reproducir los distintos cantos, mitos y leyendas como nos manifestaba el encargado de la actual casa-museo donde nació y vivió sus primeros años el Tayta. La casa-museo abre sus puertas todos los días hasta las 5 de la tarde para el visitante. José María Arguedas lucha por preservar la identidad individual y colectiva de un pueblo manteniendo viva su memoria en medio de la aculturación. Los huaynos que cantaba su padre y las distintas leyendas que le contaban los indios fue suficiente, la riqueza de la oralidad fue fundamental para poder plasmarlos, esta oralidad comprende cierta resistencia ante una occidentalización mundial logrando que aquellas prácticas y costumbres no sean ignoradas ni eliminadas.

En las obras del Tayta lo indígena es vital, con una prosa musical y un mundo cargado de elementos mágicos busca el diálogo y la integración del indígena dentro de un proyecto profundamente nacional. Largas horas de diálogo han sido el caldo de cultivo, que cada viajero ha aportado con sus puntos de vista, por ello felicito a mis colegas, cada uno con su propio punto de vista, a quienes les agradezco por sus sabias enseñanzas, claro, son colegas del doctorado de Economía en la UNMSM, no se podía esperar menos de ellos; a mi entender lo que más nos nutrió de conocimiento y sabiduría fue la visita al puente de Pachachaca por la importancia que significó para Arguedas y también para nosotros, otra importante experiencia fue la tarde taurina en Pichirhua, que nos recordaba las tardes épicas del Toro contra el Condor de “Yawar Fiesta” otra importante novela de José M. Arguedas .




MENGANO. ZUTANO Y PERENZEJO...

¿Quiénes fueron fulano, mengano, zutano y perengano que son tan nombrados?
Realmente fulano, mengano, zutano y perengano no existieron o al menos no hay hecho histórico alguno para que algunos personajes llevasen estos nombres.
Se trata de cuatro formas gramaticales que se utilizan para aludir a alguien del que no se sabe su nombre o no se quiere decir por cualquier motivo.
La palabra fulano proviene del árabe fulān (فلان) que quiere decir “persona cualquiera” y es el más utilizado de los cuatro, siendo el más socorrido a la hora de echar mano de algún ejemplo: “Ha venido un fulano preguntando por ti” o “Le pondrán una placa conmemorativa que dirá ‘aquí descansa fulano de tal’”. Del árabe llegó al español y de allí se extendió a toda Hispanoamérica.
Mengano también proviene del árabe: man kān, cuyo significado es ‘quien sea’ y suele utilizarse (en la mayoría de ocasiones) en segundo lugar y acompañado de fulano y/o zutano. Además pueden llevar otros determinantes: “A ese fulano y a ese mengano no los quiero ver por aquí”.
Zutano proviene de citano y este, muy posiblemente, de la palabra latina scitānus, que significa “sabido”. No se sabe bien el porqué se añadió a la coletilla, pero en algunas ocasiones también se coloca en segunda posición, tras fulano.
Perengano es una palabra más reciente y la de menos uso de todas ellas. No se han encontrado raíces en otras palabras antiguas y/o de otros idiomas, lo que hace pensar que puede ser una combinación que se realizó del apellido Pérez con la palabra mengano.
Los cuatro pueden ir en diminutivo (fulanito, menganita…) y con apellido (de tal, de cual…), por aquello de hacerlos más solemnes.
Estas cuatro palabras también tiene su variante al femenino (fulana, mengana, zutana y perengana) aunque la primera se suele utilizar para calificar despectivamente a una mujer cuando alguien se quiere referir a ella como prostituta: “finalmente resultó ser una fulana”.
Perico el de los Palotes. Término usado en España y Sudamérica. No se sabe a ciencia cierta de dónde proviene, pero se han encontrado referencias en España al chico que precedía a los Pregoneros tocando el tambor con dos palotes (baquetas). Los pregoneros eran personas que al toque del tambor daban a conocer al pueblo las disposiciones oficiales. Las primeras referencias a Perico el de los Palotes las encontramos en El tesoro de la Lengua Castellana escrito a principios del siglo XVII por Sebastián de Covarrubias. Los palotes se llamaban a las baquetas para tocar el tambor. En tanto el tal Perico, según Covarrubias, es "un bobo que tañía con dos palotes". El "bobo" que tocaba el tambor estaba detrás del pregonero, que era quien efectivamente se quedaba con el sueldo y las propinas para ambos. En dicha obra aclara que la expresión se empleaba para mostrar indignación por el trato recibido pudiendo así decir el ofendido: "¿Qué pasa?, ¿Que soy Perico el de los Palotes?".
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Imagen: Archivo:1897-06-19, Blanco y Negro, Efemérides patrióticas, 6 junio 1808, El tambor del Bruch, Marcelino de Unceta (cropped).jpp.

 

CAMINATA/CABALGATA “POR LAS RUTAS DEL QHAPAG ÑAN”
RESUMEN: 10/11 DE OCTUBRE 2020.
PARTE II
“GRUPO CULTURAL MARCA”

El “Grupo Cultural Marca en las Vertientes”inició sus actividades el 06 de octubre del año 2002, hace 18 años un grupo de marquinos de buena voluntad nos unimos al interior de ella para trabajar por nuestro distrito en el programa radial de Radio Agricultura con nuestra Revista Hablada bajo la conducción de la Sra. Aurelia Samaritano Barrera (MARQUINITA), para ello siempre han existido dentro del grupo hombres y mujeres que trabajen desinteresadamente por Marca y mucho amor a la tierra que lo vio nacer, a través de dieciocho años se han realizado un sin número de acciones en beneficio de nuestro pueblo, algunos integrantes ya han partido a la diestra del Señor como Sergio Silva Diego, Lionel Tolentino Flores y Leonardo Silva Cubillas. En ésta oportunidad el compromiso con nuestro distrito consta de tres puntos muy importantes que tiene que ver con la Cultura de Marca:
1.- RUTA DEL QHAPAG ÑAN PACHACOTO-MARCA-PARAMONGA - Antiguo camino de los incas.
2.- SITIOS ARQUEOLÓGICOS DE MARCA – (Corredor: Paracmarca/Iglesiaqaqa) (Corredor: Inca Maché/Plaza Punta).
3.- RUTAS TURÍSTICAS DE MARCA – Se han considerado 6 rutas turísticas
Debemos reconocer que nuestra 35° Caminata/Cabalgata “POR LAS RUTAS DEL QHAPAG ÑAN”, realizada los días 10 y 11 de octubre, han sido muy exigentes, las expectativas eran mayores en rendimiento, logística, soporte técnico y resultados, todos ellos fueron superados ampliamente gracias al trabajo y participación decidida de los integrantes del “Grupo Cultural Marca”, en Lima quedaba Jorge Flores Ríos coordinando e infundiéndonos aliento y coraje a nuestras acciones en el campo de los hechos, es que el esfuerzo realizado es supremo, teniendo en cuenta que muchos iban por vez primera por aquellos lugares inhóspitos y de extremo esfuerzo. El trabajo ha sido muy duro entre los integrantes del grupo, además nuestra participación no cuenta con presupuestos de ninguna clase, lo hacemos ad honorem por amor a nuestro terruño, cada uno con su peculio y en sus puestos de trabajo, organizando, coordinando, orientando en la caminata, algunos de ellos liderando el pelotón de caminantes y haciendo trabajos de coordinación con los rezagados o los que tuvieron la mala fortuna que les dé el soroche o mal de altura.

Nuestro agradecimiento y felicitación por el trabajo realizado a los integrantes del “Grupo Cultural Marca” en las personas de:
Sr. Alejandro Padilla Gamarra
Sr. Dewar Soto Gamarra
Sra. Marylin Bustamante Soto
Sr. Jorge Flores Ríos
Otro grupo de guías y colaboradores que suplieron con entereza algunos detalles no previstos en el campo de los hechos fueron aquellos que se convirtieron en nuestros aliados estratégicos y ángeles guardianes durante la Caminata/Cabalgata con sus acciones de largo aliento, por lo pesado y riesgoso que representa la ruta, el mal de altura, el frío, cansancio, el viento y soroche que dio a más de uno. A los 11 caballos del inicio se sumaron dos más, uno tuvo que regresar desde Recrihuanca por lesión, sinceramente los guías y colaboradores se portaron a la perfección, a quienes agradecemos en forma muy especial, labor muy eficiente desarrollada por:
Guías:
Sr. Félix Amador Carrión Garro,
“ Javier Eduardo Barba Rojas
“ Alcides Soto Gamarra
Sra.Denis Aguirre Cueva
Colaboradores:
Sr. Mayler Méndez Carrión
“ Gerson Méndez Hizo.
“ Javier Eduardo Barba Rojas

LUGARES VISITADOS EN LA 35° CAMINATA/CABALGATA DE MARCA AVENTURA:
Un día antes de la Caminata/Cabalgata habíamos convenido estar a las 3 a.m. en la Capilla de la Virgen de Lourdes, parte norte de la ciudad, algunos caminantes se levantaron a las dos de la madrugada, y hubo un tercer grupo que simplemente no durmió por la tensión y los nervios. Promediando las 4 am., partimos de Marca rumbo a PUTACA pasando por ACOPAMPA, KARKA UPIANÁN, CONDORPA SENKÁN, WISHÍN, JAMANA QAQA, QUMBRAN, RECRIHUANCA, SENTENCIADO, YURACCQAQA, CASHAJATO, ALISO, JAMASHQA, PALTAQAQA Y PUTACA. Un Grupo de señoras nos esperaba con el desayuno, nuestro agradecimiento a las Sra. Serafina “Shella” Méndez, Isolina Soto Ramirez, Kelinda Cubillas Garro y Elvia “Mamish” Luis, todos los caminantes quedaron muy conformes con la sopa de “Chahuatrigo” papa sancochada y los ricos quesos del lugar nos hicieron sentir como en casa. Después del desayuno en PUTACA cuando ya promediaba las ocho y media de la mañana partimos por WICHIACK, JACKEY, TAMBILLOS, KOTURKÁN, PASCA PUNTA, MANTZARÁN, CUMBRE SIMÓN BOLÍVAR, UCHPACANCHA, HUIRUCANCHA(Donde se pernoctó), en la mañana del domingo continuamos por TORRECANCHA, KIRUNCANCHA Y PUTACA. Desde éste lugar nuestro retorno fue por los lugares nombrados en la ida.
La subida de Putaca a Pasca Punta es larga y tediosa más de cinco horas a pie o a caballo, hay que detenerse cada trecho y tratar de congraciarse con los Apus, como lo hicieron los antiguos, como lo siguen haciendo los hombres del ande, como lo hicimos nosotros. Los pastos y las aguas nacientes del río Marca que circundan al gran Inka Naani era nuestro guía, un legado histórico de nuestros ancestros, legendario y kilométrico que serpentea hasta la punta de Pasca Punta, inhóspita en sus tramos, de rocas salvajes que millones de años de antigüedad, antes había sido un volcán según nuestros arqueólogos acompañantes, ese sendero interminable, que remonta montañas estaba frente a nosotros burlándose de los precipicios, los pastos de ichu, los pasos de piedra, son pasos que te acercan a la cumbre, pero no llegas, ya estamos cerca, ya falta poco, aquisito nomás, y no está, y más arriba en el bucólico rincón serrano de geografía esplendida y pobreza secular se yergue la imponente laguna de Jonkorún, el turismo para nuestro terruño se presenta como una luz esperanzadora muy tenue aún, pero luz esperanzadora al fin, nos apresuramos a decir tenemos que poner en valor el Qhapag Ñan de nuestros abuelos, bisabuelos y que el proyecto Inka Naani sea posible.
¿Porque no un interesante y atractivo circuito turístico por aquellos hermosos lugares?, en el que los servicios de hospedaje, arreo (de caballos y asnos) y alimentación sean ofrecidos por algún lugareño que mejoraría su nivel de vida donde el 90 por ciento de las familias están por debajo de la línea de pobreza?. Se ha comprobado que es rentable. En Putaca, las damas que nos prepararon el desayuno, en la tarde caminaron por espacio de dos horas con sus ollas y demás utensilios a esperarnos con la cena hasta Huiruncancha, y al día siguiente con el desayuno en Putaca, los ricos quesos de Putaca solo habían 14 kilos para la venta, inmediatamente “volaron” por la demanda de los caminantes, faltó queso para comprar.

Llegados a Huirucancha con tantísima gente apostados en tiendas levantadas, era hermoso ver las carpas de distintos colores y tamaños, y los muchachos y las muchachas caminando y cantando toda la noche, mi calle parecía el jirón de la unión en sus mejores tiempos, muy concurrido, que frío ni ocho cuartos, estábamos ahí, tumbados en nuestro sleeping, con nuestros gorros, guantes, chalinas, casacas, chompas y doble pantalón, aguantábamos el frío, nuestra felicidad era mayúsculo al estar tumbados en el cerro, a temperaturas menores a 0°, que importa, era mi noche, nuestra noche, al día siguiente, muy temprano, despertar antes que el gallo, bueno, no hay ningún gallo, y partir hacia Putaca, ensayar un adiós, mirar por última vez, ¿Será mi última vez?, cruzar la naciente del río Marca, sentir el misticismo andino en las cercanías de los cerros sagrados, llegamos a Torrecancha, con su chocita a Ichu, rebelde, corajuda, a pesar del paso de los años, nos esperaban los sobrinos, fotos por aquí y fotos por allá, lugar que nos hace gozar cada paso de sus senderos estrechos, en la pendiente escalonada que conduce a Putaca, y en el interminable descenso mi caballo pensó que su jinete pertenecía al turf del hipódromo de Monterrico, cuando saltó una pirca en bajada y casi nos desbarrancamos al río y no lo estaría contando, se sobrepuso el espléndido animal y yo agarrado con todas mis fuerzas espoleando la barriga del animal, pude sostenerme al anca con mucha fuerza y coraje a pesar que mis piernas y testes me producían dolores intensos, entonces a bajar del equino se ha dicho, a caminar, el descenso a pie era un periplo que machaca las rodillas, hasta divisar Putaca, entonces dijimos ¡Toque de Corneta!.
DEFENSA DE NUESTROS DERECHOS:
El sacrificio valió la pena, en la presente semana se ha interpuesto la denuncia ante la Fiscalía de Recuay por “Usurpación Agravada” a los que resulten responsables al territorio de la Comunidad Campesina San Lorenzo de Marca, usurpación a la altura de Putaca y otros, la Comunidad haciendo valer sus derechos ha interpuesto dicha denuncia y reivindicar lo usurpado, no se puede permitir atropellos de esa naturaleza, que con el consabido cuento de hacer pastoreos de sus animales usurpan lo que no les corresponde o pertenece, cercando con alambres de púas y demás como se puede apreciar en las distintas vistas fotográficas que se han tomado.
Esperamos que la justicia actúe de acuerdo a ley, dado que todos estos actos se están sucediendo en territorio de los marquinos, esperemos que esta denuncia surta los efectos necesarios y reivindicar a los legítimos propietarios como son la Comunidad Campesina San Lorenzo de Marca.

NUESTRAS PROXIMAS ACCIONES:
Nuestro agradecimiento especial a las autoridades del distrito de Marca y a todos los que nos acompañaron en esta aventura, oportunidad que ha servido para estrechar más los vínculos fraternos de trabajos por Marca, nos han dejado varias sugerencias y propuestas para la próxima aventura, por tal motivo se ha acordado otra Caminata/Cabalgata para el próximo año (2021) con fecha por confirmar.
Nuestras próximas acciones referidas a la Caminata/Cabalgata siempre agrupados en MARCA AVENTURA – Trekking Perú, será hacer la ruta que falta hacia al otro lado de lo que hemos recorrido en esta Caminata/Cabalgata, lo cual será en carro hasta SOCCOPUQUIO, luego en caminata hasta HUANCÁN, desde éste lugar se inicia la Caminata/Cabalgata por RODIO, PACCHA, PUCRIPAC, CHOPIJIRCA, YANAMITO, CHACRACANCHA, LLIMACANCHA Y SHARACMACHÉ, finalmente llegar al “Machu Picchu Marquino” en WIÑAC PUNTA, existe la idea de hacer una REPRESA DE AGUA bien sea en HUANCÁN o en RODIO que abastecerá de agua a las plantaciones de paltos y frutales de la parte baja ubicados al este del distrito.
Desde WIÑAC PUNTA algunos que no conocen pasarán hasta TUMSHU y la Cumbre SIMÓN BOLÍVAR, esta Caminata/Cabalgata se realizará conjuntamente con nuestras Autoridades y la Comunidad Campesina San Lorenzo de Marca, para ello es necesario incentivar y ejecutar el sembrío de papa nativa, maca, olluco y mashua, por el lugar de Paccha donde antiguamente se sembraba papa en gran cantidad por tener terrenos planos y el riego es con la lluvia de temporada, para lo cual ya existen ofrecimientos de donación de semilla de papa nativa y otros para el sembrío de dichos tubérculos.
José Santos Gamarra Soto
GRUPO CULTURAL MARCA
Director - Presidente.