RUTA ARGUEDIANA
Agradecimiento a mis colegas
Uno de los escritores que mejor impresión me ha causado desde muy pequeño por su narrativa indigenista es José María Arguedas Altamirano, nacido en Andahuaylas, Apurímac, de quien he bebido de sus novelas y narrativas con pasión. Al leer sus libros, nos ocasiona una serie de interrogantes al querer descubrir cada uno de los lugares que nos describe. La semana pasada pudimos realizar esta aventura de más de una semana por los lugares donde nació y vivió este afamado escritor llamado el Tayta. Hace muy poco, en el mes de setiembre, al visitar las Lomas de Lachay muy cerca de Lima, los amigos que hace algunos años habíamos estudiado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos nos planteamos realizar la “Ruta Arguediana” por lo que representa Arguedas para la literatura de nuestro país, por sus cualidades y las consideraciones indigenistas que plasma en sus escritos.
En Lachay, tomamos el compromiso de realizar este viaje abarcando los hermosos lugares vividos por el Tayta; quiero agradecer de manera muy especial a Karen, Doris, Carlos y Jorge por su valentía y decisión de realizar este hermoso periplo que nos ha dejado muy satisfechos. Conocer el puente Pachachaca que describe el autor de los “Ríos Profundos”- Uku Mayu, nos causó gratísima impresión, ahí pudimos ver el puente de estilo románico construido por los españoles de cal y canto que hasta hoy se mantiene firme, el río negro o Apurímac mayu como lo llama en sus escritos, los patos en medio del río, los cañaverales, los carrizos de hojas verdes al costado del río que nos describe en dicha novela son el calco reinante los que quedaron en la retina de mis ojos que difícilmente podrán ser borrados. Lástima que no pude conocer el famoso Pisonay que tanto nombra, así como la hacienda de Patibamba, pero sí pude conocer la inmensa casona de los hacendados de Patibamba y la Capilla del Señor de Illanya que se encuentra dentro de la ciudad de Abancay.
Las leyendas, los mitos, danzas y cantos del mundo andino son elementos esenciales para entender el misticismo de la cultura andina y a José María Arguedas, quien los aprendió desde muy pequeño, los cantaba su padre que era un abogado-defensor itinerante, al reproducir los distintos cantos, mitos y leyendas como nos manifestaba el encargado de la actual casa-museo donde nació y vivió sus primeros años el Tayta. La casa-museo abre sus puertas todos los días hasta las 5 de la tarde para el visitante. José María Arguedas lucha por preservar la identidad individual y colectiva de un pueblo manteniendo viva su memoria en medio de la aculturación. Los huaynos que cantaba su padre y las distintas leyendas que le contaban los indios fue suficiente, la riqueza de la oralidad fue fundamental para poder plasmarlos, esta oralidad comprende cierta resistencia ante una occidentalización mundial logrando que aquellas prácticas y costumbres no sean ignoradas ni eliminadas.
En las obras del Tayta lo indígena es vital, con una prosa musical y un mundo cargado de elementos mágicos busca el diálogo y la integración del indígena dentro de un proyecto profundamente nacional. Largas horas de diálogo han sido el caldo de cultivo, que cada viajero ha aportado con sus puntos de vista, por ello felicito a mis colegas, cada uno con su propio punto de vista, a quienes les agradezco por sus sabias enseñanzas, claro, son colegas del doctorado de Economía en la UNMSM, no se podía esperar menos de ellos; a mi entender lo que más nos nutrió de conocimiento y sabiduría fue la visita al puente de Pachachaca por la importancia que significó para Arguedas y también para nosotros, otra importante experiencia fue la tarde taurina en Pichirhua, que nos recordaba las tardes épicas del Toro contra el Condor de “Yawar Fiesta” otra importante novela de José M. Arguedas .
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