lunes, 15 de septiembre de 2014




Continuación…. de  LAS COSTUMBRES Y LAS TRADICIONES

                          Por Jorge Humberto Flores Rios   
                             
...........y el canto de los maitines , en latín de Viernes Santo, cuando en la esquina del barrio de Mitana; justo, cuando en la cumbre de Warmi Jirka donde el astro rey posa sus espigas doradas en su pétrea cabellera, de cuya presencia los viejos cuentan historias sobre la silueta en permanente fuga de aquella figura femenina, que la naturaleza ha pincelado con manos de ángel; y el domingo de Pascua con su huerta y la lectura del Testamento de Judas, donde los autores de antes, mostraban la rica vena picaresca en sus composiciones; otro ejemplo son las pallas, tan nuestras, tan hermosas, tan señoriales, tan gráciles, con su alegre pasacalle, su pinquichi, su pucllepampa y su cuadrilla en la   fiesta patronal del 10 de agosto.
                      El Baile del Capitàn de la Fiesta. Estampa costumbrista del Distrito de Marca

Recordar el inspirado acento romántico de nuestros mayores que en sus raptos de osadas aventuras, se iban a dar serenatas nocturnas a los pueblos vecinos, cabalgando en briosos corceles, finamente enjaezados para expresar en sus canciones y en el bordoneo de sus guitarras las emociones del alma enamorada. El arte y la ensoñación bullían en las voces y la música de Porfirio Quispe, Edmundo Gutiérrez y Humberto Flores y de regreso a la tierra querida, casi al amanecer, como los viejos trovadores andaluces, luciendo sus pantalones de montar, sus polainas, el tintineo de sus espuelas en los ijares de sus caballos, y al compas del chasquido de los cascos de  los potros, se detenían al pie de los balcones para desgranar sus canciones, acompasadas con el fino pespunteo de sus guitarras, rompían la monótona quietud de la madrugada, esperando aparezca, la núbil silueta vaporosa de la mujer amada en el balcón, dejando caer una rosa encarnada como símbolo de cortesía y agradecimiento, y en gesto romántico de coqueteo estos viejos trovadores colocaban en sus pechos, como símbolo de amor.

Otro elemento cultural que, a la fecha no contamos con un investigador que descubra la secreta esencia  del famoso grito de el qaparí, cuyo eco viril parece ser el símbolo de coraje del hombre marquino, siendo sus representantes más conspicuos: Pancracio Carrión y César Cubillas en Marca y aquí en Lima Bartolomé Gamarra, o las huayaradas de Aurelia Virhuez, Paulina Pérez y Juana Aguirre, acaso sus lamentos eran búsqueda de algo que se perdió en el nublado sendero del tiempo, o es un llamado pagano o cristiano a un ser supremo. ¿Qué son en electo esos dos gritos, cual es su significado, cuáles son sus letras o cuál el secreto que los animaba?.

Todo un rico filón cultural marquino puede extinguirse. Tenemos, pues, el legítimo derecho de conservar lo nuestro, que mañana  nos reclamarán las generaciones. Pero que estos no signifiquen una regresión al pasado, vivir como ellos vivían. No de ninguna manera, lo que nos obliga es conservar todos los elementos culturales que han forjado nuestra identidad y mística Marquina para que trasciendan siempre frescas en las mansiones del recuerdo, pero practicándolas, porque estas identidades que son verdaderas lecciones  de fe, son los que han forjado el sentido de Patria y han creado nuestra conciencia  histórica.


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