P
U N K U
(Del Libro : HISTORIA DE IVO)
Por: José Santos Gamarra Soto (Dolton)
Desde la Plaza de Armas de Churap: Punku y Velásquez Kuta.
“Punku” en Runasimi es Puerta, Punku es el
lugar de entrada a Chinchipampa, territorio de abundantes pastos naturales en
épocas de invierno, que sirve al Distrito de Marca como despensa para los ganaderos
bien sea vacunos, lanar ó caprinos y donde se hacen los ricos quesos para el
consumo humano y venta al público, éste paraje había sido de gran incógnita
para mí, cuando niño, me preguntaba ¿Como puede existir piedras y rocas del
tamaño y formas caprichosas que la madre naturaleza ofrecía a nuestros ojos? ¿Estaban
hechas por el hombre?, el hecho de existir una sola entrada y salida hacia
Chinchipampa ya era una incógnita difícil de resolver, éste lugar pertenece a
la jurisdicción del anexo de Churap, Distrito de Marca, Provincia de Recuay,
Departamento de Ancash.
Entrada de Punku, enigmáticas figuras de Roca Maciza, Piedras y Arena.
Fotografía: Rider Carrión Soto
Hace un mes, con motivo de una de la Caminatas,
visitamos Punku después de casi sesenta años, lugar recordado por todos los que
vivieron o pasaron por aquel sitio hacia Chinchipampa; cuando llegamos a Punku
estaba todo igual a pesar del paso del tiempo, las piaras con sus vacas,
“Ushas” y Cabras, como siempre en las mañanas esperando ser ordeñadas, los
hatos con su aspecto acogedor para la instalación de familias enteras, los
corrales llenos de lodo meados y excrementados como antaño cuando era una de
las tareas que me encomendaba mi madre sacar los becerros, entrar en ellos era
una proeza por la abundancia de estos elementos ó cuando teníamos que cuidar
que los becerros no se escapen y tomen la leche antes de ser ordeñadas, había
que “tesar” con un palo grueso y fuerte en la puerta de las piaras especialmente
construido para ellos. Eso es Punku, lugar de nostálgica recordación y alegre
realidad que perdura y persiste a pesar de los años y generaciones vividas.
Los Hatos y Corrales de Punku con las "Ushas" y Cabras, antes del pastoreo.
Fotografía: Lehli Sánchez Cubillas
Antiguamente
era común el matrimonio de hermanos contra hermanas, tal era el caso de mis
padres, dos hermanos y un primo se habían casado con tres hermanas, Plácido
Gamarra Méndez, Teodoro Espinoza Cubillas y Brindis Gamarra Cubillas eran
hermanos y primos entre sí, mientras que Felicia, Fildelfia y Elpidia Soto
Padilla eran hermanas casadas con los anteriormente nombrados, éste hecho
mantenía unida a la familia, cosa que en épocas de invierno las tres unidades familiares
vivían en Punku incluido los hijos, se vivía en los hatos y cuevas que como
herencia de su madre había adquirido mi progenitora y sus hermanas, herencia de
mi abuela Tomasa Padilla Ferrer propietaria de grandes territorios y pastizales
con hatos y corrales, quien había
heredado de mi Bisabuelo Félix Padilla, quien a su vez heredaría inmensos
territorios de mi Tatarabuelo Dn. Lorenzo Padilla.
La formación de inmensas paredes de roca maciza se puede observar en Punku.
Fotografía : Lehli Sánchez Cubillas
Corría
el año de 1951, aquellas familias que vivían en Punku, cada fin de semana tenían
que trasladarse a la ciudad de Marca y comprar provisiones como la sal, azúcar,
pan, fideos y cuajos para hacer queso, una tarde del mes de Marzo y estando en época
de invierno sucedió un hecho singular en el río de Churap a la altura de Yaco
Cuna; mis padres y mi tío Teodoro se dirigían a Marca por provisiones para la
semana, mientras algunas tías, primos y primas así como mi hermano Ciro
quedaban en Punku al cuidado de los animales, yo contaba con escasos 2 meses de
edad por haber nacido el 02 de Enero del mismo año, mi padre me cargaba sobre
sus brazos con dirección a Marca; bajando desde Punku llegamos al río de Churap
donde existía un “Waru”, que era una especie de puente con un solo palo de
eucalipto que atravesaba el río de canto a canto, el cual se tenía que pasar
haciendo equilibrio, el río de abundante
caudal por ser época de invierno era de color marrón oscuro, al pasar el río, mi padre en forma
circunstancial, por lo mojado del palo de eucalipto resbaló y cayó al río
soltándome a las turbulentas aguas del frío invierno.
Hombre pasando el río de Churap por un "Waru"
Fotografía: Lehli Sánchez Cubillas
El
caudal me llevaba cual porongo vacío río abajo; mi madre antes de salir de
Punku me había envuelto de pies a cabeza con una manta y con un “Wachtcu”; es
costumbre en nuestro pueblo que los niños recién nacidos sean “amarrados” de
ese modo para que los brazos y piernas así como la columna vertebral del infante
no tenga malformaciones posteriores y crezcan “derecho”; mi aspecto era como
del hijo del Faraón Egipcio encontrado en las catacumbas, momificados cubiertos
de pies a cabeza, los Egipcios del neolítico enterraban a sus muertos con el
cuerpo momificado hace cuatro a cinco mil años, parecido a ello me encontraba
amarrado de pies a cabeza, debido a ello al caer al río, yo flotaba a
pesar de ser arrastrado por las
torrentosas aguas del frío invierno, y no me sumergí; en una reacción rápida mi tío Teodoro corrió orillando el río cien metros más abajo,
luego a nado me rescató de las turbulentas aguas del río, salvándome así del
primer percance a mis escasos dos meses de vida. Mis padres pensaron que me
había ahogado, sin embargo me encontraba sano y salvo a pesar del gran percance
sufrido.
Entrando a Chinchipampa, por el lugar denominado Punku.
El Hombre y los animales pueden pasar fácilmente hacia Chinchipampa.
Punku,
entrada y salida de Chinchipampa, es un lugar enigmático, de grandes y variadas
anécdotas, cuentos y leyendas, cuando contaba con seis años de edad, una tarde cuando
el sol en su ocaso diario estaba muy cerca a Punku, desde la plaza de armas de
Churap toda la población observaba atónito un espectro de color blanco que se
trasladaba por el camino hacia Punku, era un objeto de color blanco que los
lugareños llaman “alma”, muy cerca a los hatos y corrales de Punku se observaba desde la plaza de Armas
de Churap ésta cosa ú objeto blanco del tamaño de un hombre, se trasladaba por el camino rumbo a la
entrada de Punku, los pobladores manifestaban que era un alma en pena que subía a Punku y era la hora indicada(cuatro
de la tarde) que las almas salen en pleno día por los caminos y campos, son los
que están “apurados” por ello salen en horas de la tarde decían los lugareños,
aparentemente se movilizaba dicho espectro hacia la entrada de punku, causando
gran conmoción y miedo a la población quienes manifestaban que era el alma de
un poblador, semanas más tarde murió en el anexo de Churap dicho poblador.
En el ocaso del sol, muy cerca a Punku se observaba el espectro humanoide.
Fotografía : Analí Espinoza Padilla.
Tres
años antes de aquella fecha, estando en el mes de Mayo del año de 1,954, luego
del paso de invierno de aquella temporada, Dn. Erasmo Padilla Sánchez y esposa
doña Clara Ríos junto a sus ocho hijos Susano, Adán, Eva, Elsa, Bonifacio,
Nila, Rosalinda y Maura, se quedaron a vivir un tiempo más en “Chupa”, lugar de
abundante pastizal de la jurisdicción de Chinchipámpa, se quedaron hasta
después del invierno por la abundancia de pastos naturales que existían por
esos tiempos hasta el mes de Mayo- Junio. Por aquellos años no se tenía ni
noticias del calentamiento global ó efectos invernaderos como en la actualidad,
los pastos naturales duraban por Chinchipampa hasta los meses de Mayo ó Junio
lo que motivaba quedarse a algunos ganaderos unos meses más por aquellos
lugares. Ellos vivían en Chupa donde tenían su hato, hacia el sur de
Chinchipampa.
Hacia el Sur se observa Chupa, lugar donde llegó el Oso.
Una
tarde del mes de Mayo, en las inmediaciones de Chupa, ven con gran estupor y
asombro la figura de un oso de color negro que en esos momentos se encontraba
sacando pitajayas de su planta; "Estaba Shishando la Huacca”, al ver a éste
animal no conocido por ellos, dejaron despavorido su vivienda y sus
pertenencias y junto a sus hijos huyeron con dirección a Churap y dar cuenta de
lo ocurrido a los pobladores, quienes dos días después marcharon con escopetas
y armas en mano para dar muerte al animal.
El Oso de Anteojos llamado Oso Andino, su habitát es entre 2,000 a 4,000 msnm.
Por
aquellos años existían en Churap algunos reservistas quienes habían servido al ejército
y portaban escopetas y otras armas entre ellos se encontraba Florentín Padilla
Aguirre, Víctor Padilla Aguirre, Erasmo Padilla Sánchez, Cesáreo Cueva Padilla,
Antolín Padilla Aguirre, Laurencio Padilla Silva, con el acompañamiento de Brindis
Gamarra Cubillas, Teodoro Espinoza Cubillas, Plácido Gamarra Méndez, Lauro
Padilla Gamarra y Pompeo Padilla Aguirre, quienes marcharon con dirección a
Chupa en busca del animal y darle muerte.
Descanso, muy cerca a Punku
Pero
la historia que se había tejido en torno a este animal era de lo más variado y
pintoresco, algunas historias eran inverosímiles, se decía que el Oso cargaba
solo a mujeres solteras y se lo llevaba a lugares de difícil acceso entre los
abismos y lugares inaccesibles, las dejaba allí para luego regresar en las
tardes con comida para su rehén, en otras oportunidades llevaba frutas para la secuestrada.
Algunos manifestaban que a futuro serían los nuevos habitantes de Churap, y que
dicho Oso estaba en plan de reconocimiento del lugar donde debería vivir los
futuros habitantes. Todas estas conjeturas se hacía por desconocimiento; que al
parecer era un Oso de Anteojos, llamado Oso Andino, éstos osos pueden llegar a
medir hasta 1.90 m de alto y pesar más de 150 Kg., son de hábitat diurnos,
solitarios, omnívoros, terrestres, de alimentación vegetariana, como los cactus,
por ello le gustaba las pitajayas.
Pumahuayin y Cuyoc Rumi, desde Hatun Jirca.
Estos
osos existen en toda la región andina de Sud América y en la Cordillera de los
Andes, posiblemente habría bajado de su hábitat, teniendo en cuenta que
Chinchipampa está a menos de 2,500 msnm., temporalmente cuando escasea el
alimento migran a otros territorios o simplemente se perdió talvez desde las
alturas de Huayllacayán, Yamor ó Mallao. Por la superstición de los campesinos
se cree que sus grasa son medicinales, sus pieles un valioso producto de
comercialización como pellejos ó alfombras en el piso para el tendido de las
camas de dormir. Urge un trabajo de recuperación de éste y otros animales, se
debe salvar su extinción, considerando el terreno y las condiciones climáticas
de su zona nativa.
Oso de Anteojos, en su habitát natural.
Al
marchar los pobladores desde Churap en busca del Oso, lo encontraron hacia el
norte de Chupa, en el lugar denominado “Tzackra”, a la altura de Chihua Cuta,
comiendo “Upa” conocido en otras regiones del Perú como “Chupaya”, que consiste
en una especie de Cactus con abundante líquido. Rodearon al oso sigilosamente,
lo cercaron entre todos, los que portaban armas iban adelante, estando muy
cerca se apostaron frente al Oso para descargar las mortíferas balas que impactaron
en el cuerpo del pobre animal, varias balas habían alcanzado el cuerpo del Oso,
muerto el animal lo llevaron al pueblo en “Kirma”, especie de camilla que sirve
para trasladar enfermos o muertos, donde los familiares esperaban angustiados
el desenlace del encuentro con el Oso. “Chicharrones de Oso” fue el potaje que
se comió ese día, dejando gran parte de la carne para los “Charquis”
correspondientes que semanas y meses más tarde comerían los pobladores con
agrado. El pellejo fue guardado como trofeo de guerra por alguno de los pobladores y las grasas
para ser utilizados como ungüento para algún mal muscular ó contra las
picaduras.
Los Caminantes de "MARCA AVENTURA" haciendo un descanso en Punku.
Fotografía : Lehli Sánchez Cubillas.
Punku,
hermoso lugar donde familias enteras Churapinas y Marquinas han vivido y
seguirán viviendo con sus vacas, cabras y ushas, sacando leche y haciendo queso
en épocas de invierno; es un lugar que nos trae muchos recuerdos por donde pasábamos a Chinchipampa y proveernos de una buena
dotación de los ricos Kemish y las Huaccas; el cual seguirá por años y
épocas y
Persecula Seculorum…
el hombre es como el oso, cuanto mas feo mas hermoso
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