JARA PUCKLLA - PARTE III
(Del Libro: Historia de Ivo)
Por: José Santos Gamarra Soto (Dolton)
Cosecha de trigo en Curcu, una vez que se ha trillado con los asnos, se procede a "Huawyar" al trigo para ello hay que llamar al viento con silbidos, las damas van separando el grano de la paja.
Fotografía: Fidel Soto Cubillas
CONTINÚA………………………………………………..Cuánta alegría había en el
juego del Jara Puckllé, ardía una fogata muy cerca, era luna llena, la noche
era espléndida, todos se juntaban danzando alrededor de la era, las mujeres en
una ronda y los varones en otra, eran tiempos de mucha algazara, había mucho
respeto entre los hombres y las mujeres, cada cual en su ronda. Antes del baile
comíamos las humitas dulces hechas con chancaca y las saladitas, cada quién
tomaba a su gusto.
Al frente de Cochacar está Cuyhuán apenas dos
familias residían ahí, según nos cuenta nuestro amigo Jorge Díaz Espinoza, su
abuela doña Macaria Méndez y su abuelo don Maximiliano Espinoza habían dejado
en herencia extensas tierras en Cuyhuan; uno de los que quedó allí por esos
años fue Hipolo Chávez y Potenciana Soto
recién casados aún no tenían hijos, otro que vivía cerca a ellos era
Lorenzo Espinoza con su mujer Susana Fabián a quien llamaban “Wuallpasua”(Ladrón
de gallinas)-, llamado también “Cachaslorenzo”, y su hijo Edmundo Espinoza
Fabián, a quien le pusieron de sobrenombre “Qerumutza”(Besa maguey); de Cuyhuán
no contestaban a los juegos que con “insultos” incluido se hacían en la Jara
Pucklla desde Cochacar.
El color verde de las hojas de cholclo del mes de mayo-junio, van adquiriendo el color de gris amarillento, enredados en el tallo del maizal se encuentran los panamitos y los "pushpush " asi como calabazas y "bujanos" listos para la cosecha.
Fotografía : Marisel Ortiz
En cambio en Wuancawasi, que está también frente a
cochacar, más hacia el sur, si había mucha bulla y alegría, también cantaban y
bailaban alrededor de las eras, cada cántico era contestado por ellos, en dicho
lugar doña Braulia, tenía varios hijos, hijas y nietos, eran alrededor de diez
a doce personas, para ellos era fácil reunirse en sus eras y cantar en
contrapunto, contra los jóvenes de Cochacar.
En las cosechas de maiz y trigo, hay abundante pasto para los animales, el rastrojo y los forrajes existen en abundancia, en la vista se aprecia el encantador Hueylla.
Fotografía: Marisel Ortiz
Cómo olvidar las cosechas de aquellos tiempos llenos
de alegría en Máyapy, Marahuay y Curco, situadas en la parte alta de Cochacar,
a veces coincidían con la fiesta de Santa Cruz que se celebra el 14 de septiembre
de cada año; donde también cantaban y bailaban en honor a la cosecha de maíz y
trigo, duraban horas y horas a veces hasta el amanecer, los muchachos cansados
se quedaban dormidos en las eras, sobre las pancas y forrajes del maíz y el
trigo que les servía de colchón y de abrigo o sobre los costales de jerga que
habían sido preparados para cargar la cosecha.
Antiguamente, los lugares de Lúcuma y Curcu eran sembrados de maíz y trigo, donde se juagaba el Jara Pucllé en tiempos de cosecha, en los meses de Setiembre-Octubre.
Continuando con el canto de la Jara Pucklla se llega
a cantar sobre los “celos”, el hombre como la mujer con insultos a veces en
forma grotesca, sobre sus ojos grandes
de alguna de ellas, sus orejas grandes, sus cojera al caminar, algunos jorobados,
algunos otros tímidos ó cabizbajos frente a la mujer, cantan con algún
desprecio o insulto sin perder la cordialidad, es momento también de brindar la
chicha de jora, más humitas y sin faltar el aguardiente que hace entonar mejor
las canciones que se cantan, al mismo tiempo repiten:
Los hombres:
Celacamun tackra
ñahui cashpa.
(Eres celosa, siendo tuerta)
Perdimanquiran,
celosacaptick
(Me
perderás, si eres celosa)
Las mujeres:
Tackra celosacallá,
pavu traza ccaptick
(Soy
celosa, ante un pavo)
Perdimanquiman, upa captick
(Como
tonto que eres, me perderás)
Ya son las cuatro de la madrugada, mientras los
jóvenes cantan y bailan en la era, en la chocita cubierta con ramas de
eucalipto doña Ellpicha y doña Eracla, hacen arder las llamas rojas de candela donde hierven más
humitas y caldo de cabeza de carnero con su olfateante olor a muña y chinchu,
para que se sirva Don Brindis y de madrugada llevar la carga de cosecha que
quedaron el día anterior, él llevará la carga con algunos burros, yeguas, mulos
y caballos alrededor de diez a doce cargas, mitad para el socio y la otra mitad
hará ingresar por el “zaguán” del portón verde oscuro con una inmensa aldaba del
Jirón Bolognesi N° 147 en casa de mi abuela doña Tomasa Padilla, en chopicalle.
Jirón Amargura, la última casa del lado izquierdo es la casa de mis padres, cuyo tercer piso ya no entraba ni un grano más de cosecha, por estar totalmente lleno, así era hace sesenta años.
Mientras que los noctámbulos cantores siguen con sus
chanzas y bromas picarescas, cantan confundiendo a las mujeres que usan
vestidos de color verde con el plumaje de los loros que pasan a diario en
bandadas encima de los maizales, y las mujeres contestan sobre el tema hasta
diez a doce veces, luego pasan a los “regalos” que se han dado, el hombre dice
que el poncho que le regaló no es de su agrado, y la mujer dice que el anillo
que le regaló no le gusta porque solo es de cobre, y así contestan entre diez a
doce veces con distintos regalos. Cuyas letras dice:
Los
hombres:
Verdillantaa pureq ccallaptick ¡ay chihuillito!
(Como
andas de color verde)
Karka
shamocta pechinillarqaá ¡ay chihuillito!
(Al
ver a los loros, pensé que eras tú)
Las
mujeres:
Cuchpa peckalla purillaptick ¡ay
chihuillito!
(Como
andas con tu cabeza de piedra)
Cuchpa
pasacta, pechinillarqaá ¡ay chihuillito!
(Cuando
pasó la galgada, pensé que eras tú)
Los
hombres:
Jerga ponchiquita rurécamurtzun
(Por
el poncho de jerga que me regalaste)
Personallahuan dueñutukamunqui
(Te
quieres hacer mi dueña)
Las
mujeres:
Cobreanilliquita kareqamartzun
(Por
el anillo de cobre que me regalaste)
Personallahuan dueñutukamunqui
(Te quieres
hacer mi dueño)
Cuanta alegría, cuanta algazara de los bailantes del
Jara Puckllé a esas horas de la madrugada, entonces, los hombres angustiados
porque van perdiendo en los cánticos y bailes, a estas horas del amanecer,
exclaman:
Take
puntacho, rurota jirpa kikapte (hombre)
- Cuando en la punta de ese cerro estaba
revisando mis testes
Pihuan
mehuan teckarqequi (hombre)
¿Con quién estabas sentada ?
Wauckicllahuan
mi teckarqa (mujer)
- Solamente
estaba sentada con tu hermano
Jinaman
jinaman yarparamurka (hombre)
- Si en esos precisos momentos bajaba del
cerro
Yanta
rajepam rajackman karka (hombre)
- Te hubiera rajado como a la leña
Imanirack rajankiman karka rogashpachi chamunquiman karka (mujer)
-No tendrías por qué
rajar, más bien me hubieras rogado.
Cantan los gallos anunciando el nuevo día, los
jóvenes siguen cantando y bailando alrededor de la era. Doña Ellpicha y doña
Eracla siguen preparando el desayuno y el almuerzo del día para los peones, el
juego de la Jara Pucklla apenas está por la mitad, entonces alegres y
sonrientes toman la decisión……………. CONTINUARÁ…
habia harta cosecha.
ResponderEliminarCuanta cosecha almacenada en el tercer piso de la casa de mis padres, donde aparecían las ratas, mis padres y mi hermano dormíamos en el segundo piso, a medianoche había pelea de ratas en el 3° piso, entonces mi madre nos levantaba para matar esos roedores, yo en una esquina soñoliento con mi mazo en la mano...pobre que se me escape la rata, tenía que estar muy atento, lo poco que comían esos roedores no hacían mella la inmensa cosecha que se sacaba cada año...si, ¡Eran otros tiempos!.
Eliminareran otros tiempos, habia harta produccion, no habia la grama que ahora ha invadido los terrenos, agua tambien habia para regar.no pagaban mucho por la produccion, porque no habia mercado como ahora que Lima consume.
ResponderEliminarAunque esas gramas han aparecido por decidía de los mismos agricultores, que tampoco trabajan como antaño...
Eliminarahora no hay gente,no porque hayan gamonales, sino porque no hay agua, muchos parasitos que atacan a las plantas. hay buenos colegios, tv, internet pero la gente quiere andar a la moda, en carro, no con ojotas.
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