166° Aniversario de
Huaraz
La Noble y Generosa Ciudad
de Huaraz fue creada el 25 julio 1857
Escribe: José Santos Gamarra Soto
Aún no hay respuesta para preguntas como: El
pueblo de los Waras realmente ¿existió? ¿dónde? ¿desde cuándo? ¿Su nombre le fue
asignado por los pantaloncillos que usaban sus habitantes a la llegada de los
incas?, o por Guaraq (la Estrella del Amanecer), o porque es una derivación del
nombre del antiguo Dios Wari?.
Sobre el Huaraz colonial o virreinal, ¿qué
sabemos? Don Francisco Gonzáles (1992) dejó dicho: “La evolución histórica de
Huarás en los siglos XVI y XVII es difícil de sintetizar por falta de estudios
generales, así como de monografías. Nada o muy poco podemos decir de lo
ocurrido entre 1572 y 1800, salvo las visitas de los arzobispos Santo Toribio
de Mogrovejo y Gonzalo de Ocampo…”
Y sobre el Huaraz Republicano, sabemos algo más
por los escritos de Raimondi, o de algunos viajeros, o de nuestros escritores
regionales como Soriano Infante, Alba Herrera o Manuel Reina Loli, pues es, muy
poco lo que se sabe. Algunos dirán, que Santiago Antúnez de Mayolo, Ladislao
Meza y Ernesto Reyna escribieron sobre el levantamiento de Atusparia, pero no,
solo fueron algo así como reportajes periodísticos, o una historia novelada,
pero no basados en fuentes documentales. También es encomiable el trabajo serio
de don Félix Alvarez Brun, sobre la contribución del departamento de Huaylas a
la independencia peruana; así como los posteriores trabajos de Alberto Gridilla.
Mas allá de los cuestionamientos si debe ser
Huaraz o Huaylas el nombre que debería llevar el departamento les diremos que
antes del terremoto del 31 de mayo de 1970, Huaraz era muy hermosa, recuerdo a
la edad de trece años conocí Huaraz en marzo del año de 1964, lo recuerdo con
mucho cariño porque considero
que recrearse en los recuerdos contribuye a serenar el estado de ánimo, elevar
nuestra autoestima y fortalecer nuestras relaciones
interpersonales aunque en ocasiones suframos por ello, rememorar y
sentir intensa y vívidamente esos recuerdos es una manera de mantenernos
emocionalmente en forma.
Estos recuerdos pertenecen a los meses de marzo/abril de 1964, cuando me matricularon al primer año de media en el Colegio de la Libertad de Huaraz, viajé como último becario de la Escuela Primaria de Varones N°1339 de Marca a la capital del departamento, cuando la ciudad de Huaraz antes del terremoto de 1970 era muy bella-así me pareció-con sus calles empedradas y angostas, las casas tenían los techos con tejas de color rojo, los balcones, los balaustres y las ventanas arquitectónicas de la época virreinal, las fachadas con una blancura total solaqueada con yeso, los portones y zaguanes, de la época colonial, las vivanderas en las calles, el mercado central que estaba ubicado muy cerca de la pensión donde vivía, con sus “cuchicancas”-llamàbase así al asado de chancho al horno-jamones y tocinos ahumados, comparables solo con los jamones ahumados o cecinados que son importados desde España u otros países de Europa.
Todo esto le daba una característica muy especial a
Huaraz, donde no se veía el caos y la aglomeración de hoy, sino mucho respeto y
consideración entre los vendedores y el público que caminaba por dichas
arterias, era, pasearse un domingo, para tomar un caldo de gallina o caldo de
cabeza de carnero con su respectivo seso, que mamá Ellpicha me hacía comer. Mi
mamá me decía que sería más inteligente si comía los sesos del carnero, que la
vivandera nos ofrecía en plato aparte, gustándome sobremanera una vez probado
dicho plato.
En las tardes del domingo salía de paseo con mi
madre, visitábamos la iglesia del Señor de la Soledad de estilo barroco y
renacentista, la iglesia Belén de estilo barroco era una de las mejores
iglesias de Huaraz, muy bonita, Huarupampa con su estadio rosas pampa, al
costado del estadio quedaba la cárcel departamental de Ancash; el barrio
Centenario donde quedaba mi colegio y San Francisco otra iglesia de estilo
barroco que también era muy bello, eran los cinco barrios que poseía Huaraz por
esos tiempos, los barrios de Belén, la Soledad, San Francisco, Huarupampa y el
barrio Centenario. Las iglesias de esa época tenían un aspecto colonial, los que
habían sido construidos desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, la iglesia
matriz o catedral quedaba en la plaza de armas, donde había grandes palmeras,
con una pileta al centro, vendedores de raspadillas con hielo traído del nevado
del Huascaràn, desde la cordillera blanca.
Pero lo que más me llamaba la atención eran unos
pequeños niños más o menos de mi edad y estatura, en la plaza de armas, a éstos
los llamaban “canillitas” que gritaban ofreciendo periódicos:
¡¡ Expresooooooooo!!
¡¡Extraaaaaaaaa!!,
¡¡La Prensaaaa!!
Otros periódicos a la venta era la Crónica, Última
Hora, y algunos otros que los canillitas ofrecían gritando a viva voz por toda
la plaza de armas, dándole un aspecto todavía muy pueblerino a pesar de que
Huaraz era la capital nada menos que del departamento de Ancash. Yo, por la
edad que tenía, reparaba más que mi madre en la presencia de los canillitas,
éstos eran más o menos de mi estatura, eran niños pregoneros que ya trabajaban
a pesar de su prohibición.
En la plaza de armas de Huaraz estos canillitas
gritaban ofreciendo los periódicos y me recordaba mi estancia en Cochacar(Marca),
cuando era pajarero en los maizales y trigales como “Machicoc Wambra” y
gritaba:
¡¡chihuuueeeeeeeee!!
¡¡chihueeeeeeee!!
¡¡chihueeee!!
Espantando a los chivillos y loros que no se coman
los choclos, por ello miraba a los canillitas con mucha atención y agudeza con
alguna mezcla de regocijo y nostalgia, pensando que tal vez yo lo haría mejor
que el canillita y me comprarían rápidamente los periódicos que se ofrecían.
Las casas de la plaza de armas de Huaraz eran muy
elegantes, habían grandes vitrinas con fotografías con el nevado del Huascaràn,
Alpamayo, Huallhuash y el Huandoy, también estaban las lagunas de LLanganuco,
la laguna de Parón, por esos tiempos Pastoruri aún no había sido descubierto,
pero si podía verse el Dios Guari de Chavín a lo que comúnmente lo llaman el Lanzón
de Chavín y el sitio arqueológico de la ciudadela de Chavín de Huantar,
fotografías de los sitios y pueblos del callejón de Huaylas, era común ver en
postales a: Recuay “Ladronera”, Huaraz “Presunción”, Carhuaz ”Borrachera”,
Yungay ”Hermosura” y Caraz ”Dulzura” con sus bellos paisajes, había que caminar
a una de las esquinas de la plaza de armas y entrar al centro fotográfico
“Minaya”, “Estremadoyro” o “Sal y Rosas” y tomarse las seis
fotografías en blanco y negro tamaño carnet que el colegio exigía, y para
tomarse las fotos de rigor con la familia con el Huascaràn, Huandoy ó el
Alpamayo al fondo, que hermosura.
Convento es el lugar de entrada a la ciudad de
Huaraz donde existía un gran convento de padres dominicos se llamaba El
Convento de San Antonio, quedaba en la Av. Tarapacá, muy cerca de la casa donde
yo vivía, a tres cuadras, los domingos, mamá Ellpicha, me levantaba de la cama
a las cinco de la mañana y me llevaba a misa de seis, a la que acompañaba con
no mucho agrado, en plena misa salía fuera del templo apresuradamente, porque
me daba mareos y vómitos; mi madre me decía que me daba esos
estragos porque era un niño pecador, y que recién me estaba
cristianizando, íbamos a misa todos los domingos, lo que era un martirio para
mí. Recién cuando mi madre se fue a Marca en el mes de mayo de ese año, pude
dejar de ir a misa los domingos, -al fin me he liberado de un martirio- me
decía.
En los paseos que hacía con mi madre por las tardes
del domingo caminábamos por Quichki calle, desde la plaza de armas hasta
el barrio de la soledad, estando muy cerca a la Iglesia de la Soledad nos
deteníamos para comer los ricos “Cuchicanca” que una yungaina ofrecía, con
chicha de jora huaracina. Muy cerca al barrio de la soledad en una loma llamado
cerro de Pumacayàn, por aquellos años le sirvió al “Gorrión Andino”-cantante
vernacular- para inspirarse en una chuscada llamada “Cerro de Pumacayán testigo
de mis amores……”, desde ése lugar se veía toda la ciudad, subíamos mi madre y
yo a dicho cerro, para ver embelesados la hermosura de toda la ciudad de
Huaraz, esos paseos y cariños de mamá que recibí a mis trece años, serían los
últimos de mi madre, porque al año siguiente moriría en Marca, quedando
huérfano de madre a esa edad.
¡¡Feliz Aniversario Huaraz tierra Noble y
Generosa!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario