viernes, 7 de mayo de 2021

 

EL AVIÓN…

 

El “Calador” o “Caladora” de nuestros tiempos

Recordar es volver a vivir 

Escribe: José Santos Gamarra Soto


“Avión Peruano” así se llama el juego que todo niño o niña practicaba bien sea en la ciudad o en el campo, en las chacras se sostenían encuentros de poder a poder, dejando a su libre albedrío a los chanchos que se habían llevado a pastar, en Rosaspampa en plena carretera se sostenían encuentros épicos, mientras que en la otra banda a la altura de Arriero Jamanán hacían lo mismo los alumnos que iban de Churap,  el “Calador” o “Caladora” llamábase así en algún tiempo a este vistoso juego, que no exige dinero para su práctica, es un juego tradicional infantil, el cual es conocido en cada país con diferentes nombres y algunas variantes, se juega en muchos países del mundo. En Marca, por aquellos tiempos de nuestros juegos jamás nos imaginaríamos que el juego del Avión es un juego Iniciático.


Los pasos que se da en el juego del Avión son los mismos que se da en el Árbol de la Vida, convirtiéndolo así en un juego iniciático, ya sea por casualidad o causalidad. El propósito es subir y regresar a la tierra, llegando a lo alto (10) símbolo de la unidad el cielo, para librarse de la materia y después descender simbólicamente y regresar a la tierra. Un viaje desde el mundo exterior hasta el mundo interior, desde el cuerpo físico al cuerpo espiritual pasando por el alma. Este juego también tiene el mismo trasfondo del Árbol de la Vida cuya formación consiste precisamente en el equilibrio que se debe alcanzar al elevar la conciencia, al igual que los niños deben conservar el equilibrio ya que el camino se realiza con un solo pie, saltando sin tocar ninguna línea, lo que sería a nivel espiritual las caídas o fracasos. En Marca se utiliza tejas cuadradas o pedazos de madera, haciendo cajones de uno en uno con un solo descanso en los brazos del mundo. Lanzando esta teja, moneda o pedazo de madera, el objetivo es llegar, tomarlo y descender, así se emula la teúrgia sagrada en lo esotérico, el subir accediendo al conocimiento sublime y bajar con un aprendizaje al mundo terrenal.

 

Es el equilibrio que se adquiere saltando alternativamente entre el rigor y la misericordia, entre la derecha y la izquierda, entre lo masculino y femenino, entre el blanco y negro, con intención o sin intención es un aprendizaje simbólico del Árbol de la Vida, cuando llegan a la Caladora (Mundo) tienen que recoger el Calador de espaldas, apoyado de una sola pierna, haciendo equilibrio, generalmente es donde el jugador pierde, sin apoyo de la otra pierna o manos, luego de recoger la caladora en el mundo, regresan hacia la tierra.

 

El sábado 10 de abril del presente año en el barrio de Mitana, luego del almuerzo hubo un reto entre los sobrinos Alcides, Persiles y Alejandro, quienes premunidos de una caladora de cincuenta centavos se aventuraron con este juego, haciendo gala de sus conocimientos esotéricos, destreza en el juego y buen estado físico en sus desplazamientos, todos mirábamos cual niños esperando su turno para entrar en acción…


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