EL AVIÓN…
El “Calador” o “Caladora” de nuestros tiempos
Recordar es volver a vivir
Escribe: José Santos Gamarra Soto
“Avión Peruano” así se llama el juego que todo niño o niña practicaba bien sea en la ciudad o en el campo, en las chacras se sostenían encuentros de poder a poder, dejando a su libre albedrío a los chanchos que se habían llevado a pastar, en Rosaspampa en plena carretera se sostenían encuentros épicos, mientras que en la otra banda a la altura de Arriero Jamanán hacían lo mismo los alumnos que iban de Churap, el “Calador” o “Caladora” llamábase así en algún tiempo a este vistoso juego, que no exige dinero para su práctica, es un juego tradicional infantil, el cual es conocido en cada país con diferentes nombres y algunas variantes, se juega en muchos países del mundo. En Marca, por aquellos tiempos de nuestros juegos jamás nos imaginaríamos que el juego del Avión es un juego Iniciático.
Los
pasos que se da en el juego del Avión son los mismos que se da en el Árbol de
la Vida, convirtiéndolo así en un juego iniciático, ya sea por casualidad o
causalidad. El propósito es subir y regresar a la tierra, llegando a lo alto
(10) símbolo de la unidad el cielo, para librarse de la materia y después
descender simbólicamente y regresar a la tierra. Un viaje desde el mundo
exterior hasta el mundo interior, desde el cuerpo físico al cuerpo espiritual
pasando por el alma. Este juego también tiene el mismo trasfondo del Árbol de
la Vida cuya formación consiste precisamente en el equilibrio que se debe
alcanzar al elevar la conciencia, al igual que los niños deben conservar el
equilibrio ya que el camino se realiza con un solo pie, saltando sin tocar
ninguna línea, lo que sería a nivel espiritual las caídas o fracasos. En Marca
se utiliza tejas cuadradas o pedazos de madera, haciendo cajones de uno en uno
con un solo descanso en los brazos del mundo. Lanzando esta teja, moneda o
pedazo de madera, el objetivo es llegar, tomarlo y descender, así se emula la
teúrgia sagrada en lo esotérico, el subir accediendo al conocimiento sublime y
bajar con un aprendizaje al mundo terrenal.
Es el
equilibrio que se adquiere saltando alternativamente entre el rigor y la
misericordia, entre la derecha y la izquierda, entre lo masculino y femenino,
entre el blanco y negro, con intención o sin intención es un aprendizaje
simbólico del Árbol de la Vida, cuando llegan a la Caladora (Mundo) tienen que
recoger el Calador de espaldas, apoyado de una sola pierna, haciendo
equilibrio, generalmente es donde el jugador pierde, sin apoyo de la otra
pierna o manos, luego de recoger la caladora en el mundo, regresan hacia la
tierra.
El
sábado 10 de abril del presente año en el barrio de Mitana, luego del almuerzo
hubo un reto entre los sobrinos Alcides, Persiles y Alejandro, quienes premunidos
de una caladora de cincuenta centavos se aventuraron con este juego, haciendo
gala de sus conocimientos esotéricos, destreza en el juego y buen estado físico
en sus desplazamientos, todos mirábamos cual niños esperando su turno para
entrar en acción…
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