NUESTROS MUCHACHOS, VAN A LA CANCHA…
Por: José Santos Gamarra Soto
Corría el año de 1962 cuando llegaron
a Marca en visita de excursión los alumnos de la Escuela Primaria de Varones
de Malvas, perteneciente a la provincia
de Aija por esos tiempos, lo que motivó que en la Escuela Primaria de Varones
N° 1339 de Marca nos preparáramos para su recepción y proveerles una feliz estadía
en nuestra ciudad, para ello los alumnos más pequeños de la escuela, fuimos
preparados para la barra en los encuentros deportivos, una semana antes del
encuentro de fútbol en el campo deportivo de “El Convento”, con cantos y
hurras, teníamos que hacer sentir la presencia de ser locales al equipo
visitante, el profesor Félix Montenegro Ríos para esa ocasión había compuesto una canción muy acorde ante las
circunstancias que se avecinaba, cuyas letras decía:
Nuestros muchachos,
van a la cancha
dispuestos a ganar,
Son los mejores, de nuestra
escuela
que de
ellos es triunfar.
Alegres compañeros,
jugad sin vacilar
Si todos somos
unidos
La victoria nuestra será.
Muchachos, quien
ganará,
Muchachos, quien perderá,
Ganará Marca o perderá Marca
Perdiendo,
ganará.
Ay, ay, ay, ay
Quién ganará.
Ay, ay, ay, ay
Quién perderá.
Era tal la algarabía por la
llegada de los excursionistas, que una hora antes que ingresen los jugadores al
campo deportivo de El Convento, junto a mis amigos, juntamos once palitos
amarrados como signo fatal para que no puedan correr los jugadores del equipo
visitante, esos once palitos eran enterrados en el arco contrario. También se
cazaba once grillos cuyas piernas desprendidas fueron enterrados debajo del vertical
del arco contrario o entrábamos corriendo por el arco contrario en señal de
anotar un gol. Estas manifestaciones inocentes los habíamos escuchado a nuestros
padres y algunas personas mayores para que el equipo contrario no pueda
desarrollar sus facultades deportivas para alzarse con el triunfo, ¡había que
hacer sentir la localía! decíamos, ése era el propósito de nuestra
participación antes del encuentro de fútbol.
Finalizada la justa deportiva
todos nos dirigimos a la Plaza de Armas, donde el profesor Montenegro silbato
en mano y guantes blancos frente a los alumnos, desarrollaba atletismo para los
visitantes; short azul, polo blanco, medias y zapatillas blancas era el atuendo
de los atletas; como olvidar aquellas piras humanas que se formaban de tres o
cuatro cuerpos a veces hasta más; los alumnos más fornidos eran la base del
monumento humano, luego los más ligeros, subían a la cúspide de la pirámide,
donde un niño levantaba en la mano derecha la bandera peruana, este niño
generalmente era Joaquín Gamarra, uno de los mejores atletas que tenía la
escuela por esos tiempos, caminaba en forma vertical con las dos manos al piso,
boca abajo, se contorneaba en los ejercicios y hacia piruetas en el aire en
forma vertical y horizontal, demostrando sus dotes de buen atleta.
Recuerdo ésta canción como si
fuera ayer, porque ensayamos mucho antes de la llegada de los excursionistas de
Malvas, además porque mi hermano Ciro quien culminaba ese año sus estudios
primarios participó en el encuentro de fútbol llevado a cabo en el campo
deportivo de El Convento, cuyo resultado arrojó un score final de un triunfo de
2 goles a 1 a favor de la Escuela Primaria de Varones N° 1339 de Marca.
Fuente: Historia de Ivo, Autor:
José Santos Gamarra Soto
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