miércoles, 22 de mayo de 2024

 

JOSE SANTOS CHOCANO

“El Cantor de América” 

Por: José Santos Gamarra Soto



El 14 de mayo de 1875 nace en Lima "El Cantor de América" don José Santos Chocano Gasteñodi, en especial lo recuerdo a éste gran poeta peruano, por dos motivos:

Primero, en mi etapa escolar y estando en el 2do. de secundaria, en el Colegio Nacional Guillermo E. Billingursth de Barranca, mi profesor Gabriel Gonzáles nos hizo aprender a todos los alumnos del salón uno de sus poemas: “Blasón”, el que tuve el honor de recitar y el que quedó grabada en mi mente. Años más tarde ya en Lima, buscando periódicos antiguos, encontré la noticia que en diciembre de 1921 José Santos Chocano regresó al Perú después de haber estado ausente diecisiete años, tal como lo consignó el diario La Crónica en su edición del sábado 10 de diciembre de 1921, siendo recibido apoteósicamente. Acompaño a la presente fotografía publicada en la revista Variedades N° 721 del 24 de diciembre de 1921, donde se puede apreciar al poeta en una nota especial de dicha revista. 

El segundo, José Santos Chocano Gasteñodi tuvo que ver mucho en la historia de mi nombre, en Marca una mañana del mes de enero de 1951 se encontraban en la actual esquina de don Churchil dos comuneros, don Agustín Espinoza Méndez y don Pablo Ferrer Gamarra, ambos buenos vecinos de la ciudad, al ver acercarse a mi padre, don Agustín exclama: 

- ¡Imanollatak Brindis, Jichaccarami she¡

(Hola Brindis, como estás, ofrécenos un trago, pues) 

En el pueblo, en horas de la mañana, algunos agricultores y vecinos del lugar, solían reunirse como hasta ahora, muy temprano para tomar unas copas de “Washcu”, licor casero que se prepara en un cuarto de botella, Brindis, generoso aceptó el reto, pero en su mente estaba el requerimiento de su Ellpicha, mi madre; el registrar la partida de mi nacimiento, hacía unos días,  había nacido para ello se necesitaba dos testigos, como manda la ley. Mi madre le dijo que me pusiera de nombre: Ivo Efraín, mientras que mi padre deseaba como tercer nombre: Brindis, para perennizar su nombre, sin desperdiciar la ocasión les dijo:

- Pasarillashun kellaman don Agustín, jichacaramunapack

(Pasemos a la taberna, para ofrecerles el trago, dijo Brindis)

Pasaron los tres parroquianos a la tienda de don Abraham Soto a quien le decían “Pato”, ubicada entre la esquina de la plazuela y la primera cuadra del jirón Bolognesi o Chopicalle, actual taberna de don Churchil. Entre copas y copas de washcu mezcla de alcohol metílico de cuarenta grados, agua y limón, estando en el segundo cuartito, mi padre ya les había solicitado su concurso como testigos a lo que ellos aceptaron gustosos; entonces Agustín le pregunta a Brindis:

- ¿Oye hermano qué nombre piensas ponerle a tu hijo?

- ¡Se va a llamar Brindis Ivo Efraín! - contestó mi padre, muy orgulloso.

Agustín Espinoza era un hombre muy locuaz, había leído algunas obras literarias, poesías y ciencias políticas a tal punto de ser un líder estudiantil en el Colegio Nacional La Libertad de Huaraz donde había estudiado, su opinión era muy respetada en el pueblo, era dirigente en la comunidad campesina San Lorenzo y ex alcalde de Marca, hubo un minuto de silencio, luego espetó:

- Brindis Ivo Efraín........ humm, humm,.......Brindis Ivo Efraín...... masculló con cierto desdén.

- Brindis, es acción de brindar -dijo Agustín- pero Ivo Efraín no significan nada, ya que Pablo y yo vamos a ser testigos ¿Por qué no le ponemos el nombre de algún héroe o poeta?, por ejemplo, José Santos, en homenaje a ese gran poeta José Santos Chocano llamado “El cantor de América”, mi padre replicó:

- ¡Muy bien, que así sea!

- Trato hecho, entonces no se hable más, otro washcu más…ordenó Brindis, pero yo invito, dijo Agustín.

Mi padre aparte de ser trabajador y honesto, era muy condescendiente con los amigos que en más de una oportunidad le había traído problemas con mi madre; aceptó sin pensarlo dos veces, por el contrario, se sentía muy halagado que su hijo se llame con los nombres de tan ilustre personaje.

El reloj marcaba las ocho de la mañana y cuando el sol irradió a toda la ciudad, marcharon rumbo a la municipalidad. Ingresaron a la oficina del Registro de Nacimientos de la municipalidad, mi padre y los dos testigos, ya bien “Shinkas” (picados), y me pusieron de nombre José Santos Gamarra Soto, nacido el dos de enero del año de un mil novecientos cincuenta y uno. Por los tragos mi padre se olvidó comunicar el cambio de nombre a mi madre, ya se imaginarán el gran tole - tole que se le vino a mi padre…


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