miércoles, 29 de junio de 2016

     HACE 46 AÑOS…UN DÍA COMO HOY EN MARCA
                                (31 Mayo 1970)

                                                Por: José Santos Gamarra Soto

                                  Año 1974, Marca después de la fatídica tarde del 31 de Mayo de 1970

El reloj marcaba las 3.23 p.m., Roberto “Llupico” Padilla, entró en su momento más exultante en la tarde del baile de "La Danza de los Huancos de Marca" con el Cortahuarango, posicionado al centro de los danzantes en el Jr. Grau, esquina de la casa del Sr. Félix Támara, levantó aún más el pincullo como mirando al cielo y desafiante, el tambor sonaba con más fuerza por el ritmo guerrero que le imponía, todos los negros y chisgas bailábamos con el puño en alto como antesala del Cortahuarango, antes de tomar el garrote y el broquel mientras que el alguacil y los caporales se preparaban para los embates de dos porrazos cada uno, cuando en esos momentos sentí que me agarraban de la mano y me jalaban con fuerza, era Genoveva diciéndome:
“Corre José…corre…” los segundos que siguieron fueron dramáticos,
Alguien dijo: ¡¡ Temblor !!
corrimos hacia el sur, hacia el norte, talvez hacia el este.

¡¡Fueron los 45 segundos más dramáticos, de desesperación y terror de mi vida!!. Era domingo 31 de Mayo de 1970….Un día como hoy. Una semana antes había llegado a Marca desde Barranca para unirme a los alumnos del quinto de secundaria a pedido expreso del Director del Colegio Prof. Cliford Bautista Gago, quien en una sentida carta me instaba regresar a estudiar el quinto de secundaria, yo me encontraba estudiando el 5° de secundaria en el colegio Guillermo E. Billinghurst de Barranca. Ese año el Ministerio de Educación NO había presupuestado para la existencia del quinto año de media en Marca, por ello, todos los alumnos que culminábamos ese año nos matriculamos en distintos colegios de la capital y provincias; no pude negarme al llamado del Director y regresé a terminar mis estudios a mi pueblo.
                           Capilla San Lorenzo de Marca días después del Terremoto

Aún con los ojos cubiertos por la pañoleta que cubría mi rostro como “Chisga”, escuché que las piedras enormes que había al lado oeste en la calle Grau de pertenencias de Dn. Glicerio Silva, padre de Porfirio, Manuel y Amancio Silva, se vino abajo con un ruido ensordecedor, el cual esquivamos a duras penas corriendo hacia el otro lado, el suelo temblaba con fiereza, había pánico entre la muchedumbre, gritos y llantos por doquier, cuando la pared de la casa de Antonio Silva a quien llamaban “Shancurero” se desplomó  corrimos hacia el lado contrario para subir encima de las piedras que segundos antes se habían desplomado, fueron los segundos más aterradores de mi vida.

La danza de los Huancos es la más antigua caracterización festiva del distrito de Marca, aquel 31 de Mayo era la octava de la fiesta de Corpus Christie que en fecha movible se realiza todos los años en Marca. Compañeras y amigas del colegio como Genoveva Falero, Gliceria Zarzosa, Eutropia Quispe y Herminia Maza desde el año anterior nos animaron a bailar de chisgas buscando nuestros atuendos y fungían de chaperonas de nosotros, de  Job "Tobín" Ferrer, Juan "Melgarejo" Quispe y José "Dolton" Gamarra, mientras que los “negros” eran Javier "Eña" Soto, José “Wilson” Ramírez y Benigno "Ancanuna" Padilla, los negros eran bajitos, ese día nos pusimos el disfraz en casa de Gliceria salimos abrazados cada uno a nuestros negros por la calle Grau y llegar a la esquina de la casa del Sr. Félix Támara donde se encontraban bailando el resto de los danzantes.

La tierra no paraba de temblar, ya nos habíamos sacado las pañoletas que cubrían nuestros rostros para no ser identificados por el público, ya no importaba si caminabas por la calle vestido de mujer, el momento era de miedo, de desolación, el ambiente comenzó a nublarse, el polvo negruzco venía de sur a norte, como la peste, comenzó a cubrir el espacio, teníamos mucha dificultad para respirar, comenzamos a caminar dentro de la oscuridad hacia la Plaza de Armas por la calle Grau. En la esquina de Alfonso Ugarte con Grau encontramos a Víctor Quinto, tenía medio cuerpo aprisionado contra la pared de la casa de Dn. Celestino Virhuez, la pared de la casa de Dn. Nilo Ortiz se vino abajo con tan mala suerte que sepultó medio cuerpo de Víctor Quinto quien fallecería horas más tarde en su casa, en Jacacuchu.

Por fin llegamos a la Plaza de Armas sorteando adobes, tejas, piedras y palos, toda la población se apostó en dicho lugar, era el lugar más apropiado, nos dijeron; por la cantidad de polvo de color marrón oscuro, se veía solo a dos o tres metros de distancia, no se podía respirar, el caos era general, niños y mujeres lloraban pidiendo clemencia, que Dios aplaque su ira, que ya era demasiado el castigo, pensamos que era el fin del mundo, nos encontrábamos en la plaza agarrados de la mano entre todos, cuando se repetían los temblores, la tierra seguía temblando, el movimiento telúrico con fiereza había cobrado otra víctima a la altura de Aliso, era una niña de 10 años de edad llamada Mirella Quispe Carrión que venía junto a su madre Eplla Carrión, el desprendimiento de una piedra que los marquinos llamamos galgada impactó en la cabeza de la niña matándola instantáneamente en el camino hacia Marca.
                         Damnificados en Jacacuchu son los esposos Quinto-Carhuachín

Ese día toda la población durmió en la plaza de armas, se repitieron cientos de temblores en la noche causando gran pánico, en los siguientes días mediante la radio nos enteraríamos que el terremoto en grado de 7.9 grados Richter cuyo epicentro se registró en el Océano Pacífico frente a las costas de Chimbote y Casma había cobrado la vida de más de 80,000 personas y 20,000 personas desaparecidas uno de ellos mi primo Félix Cueva Soto en Huaraz cuyos restos nunca fueron encontrados a pesar de los esfuerzos por ubicar de mi tía Felicia Soto Padilla y de la Cruz Roja Internacional. Fueron sepultados por el alud Yungay y parte de Ranrahirca, unos 150 mil heridos y miles de damnificados solo en el Departamento de Ancash lugar de una de las hecatombes de mayor desastre en la historia de la humanidad.

El mismo día a las 12 m., se había inaugurado el mundial de fútbol México-70, empatando a cero goles las selecciones de México y Rusia en el partido inaugural y dos días después, el 02 de Junio ni siquiera el triunfo de Perú sobre Bulgaria por 3 a 2, con goles de Gallardo, Chumpitaz y Cubillas remontando el score después de ir perdiendo 2 a 0, fueron suficiente motivo para levantar los ánimos que la población tenía después de éste desastre.

46 años después recordamos éste hecho tan doloroso y dramático que enlutó a miles de personas en nuestro departamento, cobrando 2 víctimas en Marca, así como numerosos heridos y daños materiales que hasta el día de hoy persisten y perduran al no haber podido rehabilitar los daños causados aquella fatídica tarde donde pasamos del alegre festejo de la danza de los Huancos al llanto y desolación más terrible de nuestra historia.
                     En Huaráz el desastre fue catastrófico, en la vista el padre Pedro Soriano Infante