sábado, 19 de octubre de 2019

                     
       LIBRO  ANCASHINO
                    "HISTORIA  DE  IVO"

A los amigos y paisanos que nos llaman por nuestro libro "HISTORIA DE IVO" les comunicamos que a partir del 22 de Octubre hasta el 22 de Noviembre del presente, podrán ser adquiridos en el Club Ancash, con motivo de la TERCERA EXPOFERIA DEL LIBRO ANCASHINO.
"EL CLUB ANCASH, tiene el agrado de invitar a usted y familia a la exposición de Libros Ancashinos(EXPOLIBROS 2019) que se realizará del 22 al 27 de octubre 2019. Estaremos honrados con su visita Av. Horacio Urteaga No. 660 Jesús María - Lima".


     

              EL NOBLE “CASHANO”…
 @@@@@  HISTORIAS Y TRADICIONES DE MI TIERRA  @@@@@  

                             Por:  José Santos Gamarra Soto


En los pueblos de nuestro Perú profundo existen historias, cuentos y leyendas que al recordarlos expresamos en algunos casos nuestra alegría, en otros nostalgia o hasta pena; en Marca en cada generación, existieron y existen hombres y mujeres que han hecho historia por sus cualidades o por algún acto que haya sobresalido en su época. Por la década del 50’ del siglo pasado vivía un campesino por el barrio de Pircaymarca llamado Casiano Camones Cubillas, él, vivía cerca de la casa de mi abuela paterna doña Juana Cubillas Falero, a Casiano en el pueblo le llamaban de cariño: Cashano.

Cuando Cashano llegaba a la casa de mi abuelita la llamaba “Mama Juana” con cierto aire familiar, Cashano era hermano de Amadora Camones y vivían en el barrio de Pircaymarca, era un buen hombre, de corazón muy noble, analfabeto. En las fiestas de Corpus Cristhie le gustaba bailar de “Alguacil”, a éste personaje de alguacil muchos años antes por los años de 1920 lo llamaban “Autor”, quedando como Alguacil hasta la fecha. Este autor o alguacil baila con un pequeño poncho multicolor y un sayal, sombrero de paja adornado con plumas de pavo real, máscara de alambre con rasgos de mujer. Yo, miraba con inmensa devoción dicha festividad porque me gustaba mucho esta estampa, el cual se realiza entre los meses de Mayo y Junio de cada año.

Cashano, preparaba los garrotes y el broquel para el baile de los Huancos desde meses antes y con los Caporales que junto al Alguacil eran los que ponía orden en el baile, tenían mucho trabajo durante todo el año, los Caporales de esos tiempos representados por Gamaniel Gamarra del barrio de Paracmarca, Norberto Cueva del barrio de Pircaymarca, y Camilo Cubillas de Chaupismarca eran los más representativos para éste baile; la contratación de don Roberto Padilla Gómez a quien cariñosamente llamaban “Llupico” con mucha anticipación como pincullero de dicha festividad era la seguridad de buena fiesta de Corpus Cristhie.

Cashano, llegaba a la casa de mi abuela Juana y le comentaba como se desarrollaría la fiesta del Corpus Cristhie en el presente año, como a mi abuela le había dado la enfermedad de glaucoma, le quitó la visión a los dos ojos, por ello mi abuela Juana no veía absolutamente nada, pero si escuchaba a la perfección, entonces cuando Cashano le comentaba los preparativos de la fiesta lo escuchaba con mucha atención y le daba recomendaciones y consejos, indicando que debería hacer tal o cual cosa. Yo, escuchaba atentamente lo que pasaba, sin intervenir, por la edad que tenía. Cashano, no había tenido la suerte de ir a la escuela, pero era un hombre muy noble, a tal punto que a veces, actuaba como un niño. Le daba las quejas a la abuelita  Juana de las cosas que le pasaba, a veces con voz afligida, entrecortada y llorosa, luego de los consejos, se retiraba más reconfortado, tenía un poco más de treinta años, según creo.

Una tarde le comenta a la abuela Juana que desea tener mujer, que ya ha conversado con la susodicha, y que está de acuerdo:
             - Mama Juana, mama Juana…warmy tan muná…pokushka    
              Nam ká…
                Abuelita Juana, abuelita Juana…necesito tener mi mujer, Ya soy mayor.
              - Pihuantac…..táreta munanki? ¿Con quién te quieres casar? -  Le    
                Preguntaba mi abuelita.     
              - Claudinam jutin…Huayllapampa warmim….
                Se llama Claudina…es de Huayllapampa.

Unos meses más tarde se casaron a la usanza del lugar con la bella Claudina. Cashano andaba en un pie muy feliz y se establecieron en Chinchipe, anexo de Huayllapampa, de Marca caminaba cerca de quince kilómetros de distancia, en el día trabajaba en Marca y en las tardes se iba a Chinchipe donde dormía con su mujer y sus hijos, vivían muy felices.

Como se ha dicho en alguno de nuestros artículos, en Marca y otras ciudades de nuestra serranía, algunos agricultores antes de ir a la chacra o de regreso de ella, toman su washku en la ciudad, licor casero que hasta el día de hoy perdura. Una tarde estando él con muchas ganas de ver a su mujer, se había tardado tomando su washcu con algunos agricultores en la tienda de “Capitán Frotacho” le decían así a Frotacio Enriquez, en el barrio de mitana  quien tenía una taberna al costado de la Iglesia, donde actualmente Nicanor Enriquez, su hijo, tiene su taberna, al frente del local de la Comunidad Campesina San Lorenzo de Marca.

Antes de salir con destino a Chinchipe Cashano se había demorado más de la cuenta en dicha taberna con sus amigos; ya medio oscuro, se fue a toda prisa silbando su huayno, pasando por Mitana, kakahuas, Agua Bendita, Mayapi, Marawayi, Curco, Shinua, Ninarumi, Chinchehuas, Pacar, cruzó el río Trompón, luego subió hasta Chinchipe, era una caminata de casi dos horas diarias. Pero ese día se retrasó un poco más de la cuenta, salió a las siete de la noche rumbo a su casa, estaba medio borrachito, vivía muy enamorado de su mujer, tenía en mente sentir las caricias esa noche de ella, por eso el apuro de ese día, se fue silbando y cantando a su casa.

Cuando al llegar a su casa grande fue su sorpresa, encontrar a un fulano que salía a toda prisa, por el corral posterior, Cashano con la furia que llevaba ingresó a la habitación, sus hijos dormían inocentes en la cama contigua a la suya, como siempre, y al revisar la cama matrimonial encontró a su mujer en paños menores, muerto de rabia salió en busca del intruso buscando por las chacras vecinas, sin resultado positivo, había fugado con una rapidez felina por las pircas y chacras vecinas, protegido por la oscuridad de la noche.

Cashano regresó a su casa furioso por lo ocurrido, todavía le quedaba los efectos del washku, y se sentía traicionado por su mujer, pensó castigarla por tamaña afrenta a su honor de hombre. Su mujer, permanecía desvestida, se le veía las nalgas rechonchas lozanas, estaba indeciso y se preguntó:
              - Imanekotac ke warmita…¿makeqotsun o koqurqotsun…?
                 ¿Qué hago con ésta mujer, le pego o me la tiro?
                  Era tal su incertidumbre, que al rato se decidió:
               - ¡Mejor koqurqushac…!  ¡Mejor me la tiro!.

Dicho esto, se metió a la cama; y según él, la “castigó” a la mujer haciéndole el amor, esa noche una y otra vez, para no ser saca vueltera. Esta historia Cashano en su ingenuidad contaba a toda persona en la ciudad y lo repetía sin el mínimo escrúpulo.
Fuente: Historia de Ivo de José Santos Gamarra Soto





EL NIÑO HÉROE ANCASHINO


Cuando los chilenos amenazaban con invadir Lima, a fines de 1880, de Áncash fueron a defender la capital cientos de paisanos. Uno de ellos fue un humilde zapatero a quien siguió tercamente su pequeño hijo de apenas 11 años. Este niño, de nombre Viviano Paredes escribiría una de las páginas más sublimes de heroísmo infantil.
-Adiós hijo mío, cuida bien a tu madre y a tus hermanos.
-No señor padre, voy con usted.
-¿Qué cosa? Si ni siquiera tienes doce años, hijito.
-¿Y eso qué tiene, señor? Ya convencí a mi madre y ella me ha dado su bendición.
-Pero, hijo… ¿sabes lo que es una guerra?
-Lo que sé, señor padre, es que mi patria corre peligro y quiero ir a defenderla. En la misa dominical, el padre Ferreol ha dicho que Dios acoge en su seno a quien da la vida por la patria.
Cómo habría insistido el pequeño Viviano, que logró convencer a su padre y ambos fueron vía Punta Callán a tomar el vapor en Casma. Después de diez días de su partida, arribaron a Lima, a ponerse a disposición del Dictador Supremo de la Guerra, el presidente Nicolás de Piérola.
Viviano Paredes ayudaba a los soldados alcanzándoles pólvora y municiones. Cuando las tropas chilenas asaltaron la trinchera donde se encontraba el niño, mataron al portaestandarte del batallón y tomaron la bandera para declarar ejecutada la victoria; es entonces cuando surge entre el humo de los disparos el pequeño Viviano Paredes y en un acto de sublime heroísmo arrebata el glorioso bicolor nacional a los chilenos retornándolo a las filas peruanas.
Los soldados chilenos al darse cuenta que han sido burlados, con ira dirigen sus disparos contra el cuerpo del pequeño. Gravemente herido, el niño héroe, en un supremo esfuerzo logra llegar con la bandera peruana a la trinchera de los defensores donde cae muerto.
¿Se le ha reconocido como se merece? Luego del sismo, al nominar las nuevas calles de Huaraz la comisión de nomenclatura presidida por don Salvador Cáceres Ángeles, puso el nombre de Viviano Paredes a una pequeña calle de dos cuadras en el barrio de La Soledad. Pese a que por la incuria en su tierra prácticamente se le ha olvidado, hay que reconocer que el ejército peruano no lo ha hecho.
Hace poco, en lima, a la altura del puente Atocongo, en San Juan de Miraflores, el ejército había hecho pintar entre laureles los nombres de cincuenta jefes y oficiales que ofrendaron su vida en la batalla de San Juan. Es orgullo constatar que entre tanto nombre de coroneles, capitanes y tenientes, había un solo nombre sin grado militar, era el de Viviano Paredes, el niño ancashino que nos legó tan grande demostración de amor patrio.
Viviano Paredes, niño héroe ancashino de la guerra con Chile. Su ejemplo imperecedero merece la mejor de las alabanzas y homenajes. Ahora que vivimos una época de crisis de valores, debemos buscar iconos que nos permitan elevar en la niñez y juventud, el nivel de conciencia cívica y moral.
La Institución Educativa de Uquia, al este de Huaraz, lleva el nombre de Viviano Paredes Macedo, y este es un gran ejemplo de identidad regional. Pueblo que no reconoce el valor de sus héroes, no merece estar a la altura de ellos.