lunes, 26 de abril de 2021

 RECORDAR ES VOLVER A VIVIR…

Escribe: José Santos Gamarra Soto
Cada vez que regreso a Marca me vienen gratos recuerdos de mi niñez, existen lugares que permanecen como si se hubiera detenido en el tiempo, y que a medida que pasan los años se hacen más imperecederos, el recordar nuestros pasos idos es navegar profundamente en nuestras memorias, escapar al pasado es refugiarse en nuestros recuerdos con la esperanza de sentirnos mejor, y percibir momentos seleccionados del pasado que son muy significativos para cada ser humano, uno de los mejores recuerdos que me vienen a la memoria es cuando veo por calles y chacras a los chanchitos de mi tierra, me vienen recuerdos de Cochacar donde pastaba mis chanchos.
En Marca, es común ver a los chanchitos deambular o dormir por el campo, calles o carreteras, me vienen a la memoria mis tiempos idos de gozo, cuando pastaba mis puercos en los mejores pastizales del campo, ¡oh belleza mía!, ¡cuán presto se va el placer! ¡como después de vivido da dolor!, es como si fuera ayer, sin embargo debo confesar que a pesar de mis años idos, me traen hermosos recuerdos principalmente cuando realizábamos el matarife de chanchos en la familia, el puerco es un animal muy preciado en la familia, no solo por ser un animal doméstico, sino por sus ricos chicharrones, jamones, rellenos y morcillas, cuantos recuerdos y memorias acabadas en el tiempo se agolpan de lleno en mi mente y quiero evocarlos con infinita caleidoscopía.

Cuando niño, en la unidad familiar era el encargado de su cuidado, el chancho es un prevalente animal doméstico, el cual hay que criar con especial cuidado, su cuidado y su alimentación era mi gran preocupación. El puerco es herbívoro y ferozmente dañino, puede devorar cualquier objeto comestible a su alcance. Para su encebado se escogía al mejor, una vez “Capado” al gorrino para su engorde se le alimenta con sobras de la comida diaria, se les ayuda con alfalfas y toda clase de pastos de temporada que acopiábamos diariamente, había que tener especial cuidado en el cuidado de las sementeras de los vecinos así como de las propias, porque los porkys son dañinos de incontrolada voracidad, mis padres tenían siempre ciertas quejas de los dueños de las chacras vecinas:
- Don Brindis…tus chanchos han hecho daño en mi chacra – Era la queja del
vecino en Cochacar.
- No te preocupes don Dalmiro – Decía mi padre.
- Calcula el daño – (era papa) – para darte en maíz
Y así procedían con el justiprecio del daño, como buenos vecinos.
Durante la crianza no existía distingo de razas, todos parecían iguales, generalmente eran de orejas puntiagudas, los de color negro eran los que predominaban, aunque en cada piara existían pintos o “murus”, rojizos, blancos, cenizos y castaños, en su mayoría eran chuscos. Un solo verraco era el padrillo, el resto de los marranos machos tenían que ser castrados, cada año uno o dos, eran seleccionados para el engorde, el cuchi de mayor tamaño era el escogido para el engorde mientras que había otro gorrino más pequeño que en corral aparte comenzaba con su engorde, por ello cuando se sacrificaba al cebón engordado en el Cuchi Pishtag quedaba otro de menor tamaño que ya estaba en etapa de engorde.

Los chicharrones y la manteca de uso obligado en casa de los pobladores de aquellos tiempos era el fin supremo del encebado de chanchos, además del porky no se pierde nada, las cerdas son usadas como cepillos y escobillas, los intestinos para los rellenos blancos y negros, el cuero para el aderezo de las sopas y menestras, orejas y rabos para los cuidadores al momento del “Qashpado”; mi padre cortaba estos aditamentos-principalmente las orejitas y el rabito-y me daba, el que comía con gran agrado con cancha caliente, los perniles y brazos para el jamón, el tocino de la cara y hocico para la fritanga o aderezos, la manteca que era de uso obligado por mi mamá en las comidas porque en esos tiempos no se consumía el aceite vegetal, los cuales eran almacenadas con gran cuidado para el consumo de todo el año.
El afán de la familia era ponerlo a punto al excepcional paquidermo doméstico para beneficiarse en toda su magnitud, en consecuencia la comida para el puerco no debía faltar por ningún motivo, una vez comenzado el proceso el animal tenía que comer tres veces al día en su batea ò comederos especialmente preparados para ello. Si un día dejara de comer la misma porción de cada día perdía en volumen de grasa acumulada hasta el momento. Cuando el cochino está bien engordado se le proporciona cebada molida mezclada con agua hasta el fin de sus días, muchas veces el animal no podía levantarse por la gordura que tenía.
Y los encuentros de fútbol que sosteníamos entre amigos con la vejiga del chancho, con los Púcapash, en la cancha que quedaba al costado de la iglesia Matriz, eran encuentros “banda - banda” ¡Hasta reventar el púcapash! ¡Que encuentros! sin zapatos ni chimpunes, “Calachaqui” nomás, eran encuentros que sacaban chispas y a veces piques, hasta sangrar. ¡Fútbol macho! decíamos…… “Recordar es volver a vivir…”
Fuente: “Historia de Ivo”, Autor: José Santos Gamarra Soto.
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 LOS BALCONES DE LA “OTRA BANDA…”

Escribe: José Santos Gamarra Soto


Cuando en el “Canchón” del costado de la Iglesia Matriz de Marca, se escenificaban electrizantes encuentros de básquet entre “Banda – Banda”, a través de la historia hubieron muy buenos jugadores de básquet, los de la “Otra Banda” tenían siempre un buen equipo de Básquet donde sobresalían Hitler Cubillas, Raúl Ferrer, Lionel Tolentino y los policías del Puesto de la Guardia Civil, quienes siempre jugaban por la “Otra Banda”.

PARTE II


En Marca la construcción de un balcón ha sido siempre una parte fundamental en la decoración de las casas de los pobladores, donde los dueños pueden disfrutar al aire libre, desayunar, comer, tomar el sol o les sirve como “mirador” de calles y plazas. Los balcones son, en fin, salidas a la vida, lugares para mostrar y para ver. Uno de los elementos arquitectónicos más característico de una ciudad son sus balcones, los hay de variados tipos, abiertos, rasos, de cajón, cerrados con madera, celosías o simplemente con parantes torneadas o balaustres. En ésta oportunidad les presentamos todos los balcones de la “Otra Banda…” que no son muchos, pero que se resisten a su exterminio.
En la actualidad Marca se está llenando de fierro y cemento. No estamos en contra de la modernidad; vemos las nuevas construcciones por los hijos de marquinos, edificios que afean la ciudad, quienes construyen o reconstruyen con fierro y cemento lo que un día fue con material de adobe la casa de sus padres, sin embargo nuestra preocupación va por la originalidad de nuestro patrimonio, de nuestra cultura, debemos preservar en lo posible lo tradicional, lo auténtico, con materiales de adobe, solaqueo con yeso, techos de teja, balcones, balaustres, zaguanes, que le da una característica muy especial y más apropiada y ser propiciadores de nuestra cultura milenaria que con tanto esfuerzo se preserva a través de nuestra historia.
En el Perú, a través de la historia el elemento arquitectónico más característico de la ciudad han sido siempre sus balcones, recordemos los edificios coloniales del centro histórico de Lima que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO precisamente por su hermosura, motivo de inspiración de escritores y autores de renombre como Mario Vargas Llosa, César Vallejo o Alfredo Bryce Echenique que describen a esos balcones en cada una de sus obras, que a su vez invita a una visita imprescindible a sus instalaciones.

 LOS BALCONES DE “ESTA BANDA…”

Escribe: José Santos Gamarra Soto

En nuestra última visita a Marca hemos tomado nota de los balcones que existen en nuestra ciudad, los que se van deteriorando y perdiendo a través del tiempo, recordemos cuando antaño, las damas marquinas descolgaban de sus balcones, hermosos conejos vivos en obsequio a los MAYORDOMOS y Capitanes de la Tarde, tanto en la plazuela como en la plaza de armas, esa costumbre se ha perdido.
Otro hecho importante eran los electrizantes encuentros de fútbol que se disputaban entre “Banda – Banda” en la plaza de armas de Marca, a mediados del siglo pasado.
PARTE I
Los balcones son parte del Patrimonio Arquitectónico de un ciudad como Marca, las casas solariegas, antaño, alcanzaron mayor interés arquitectónico y riqueza decorativa en el siglo pasado. El balcón es de origen árabe, lo cual fue traído por los españoles en el siglo XVI, convirtiéndose desde aquella época en uno de los elementos más característicos de las casas marquinas, perdurando durante siglos en los diferentes estilos artísticos.
Dada la importancia de estos balcones en la ciudad de Marca, recomendamos hacer un estudio de parte de nuestras autoridades, haciendo un trabajo de carácter histórico, funcional y estilístico, así como realizar un inventario, catalogación y análisis de la restauración y conservación, analizando no solo la historia, sino los implementos a utilizar, las técnicas y materiales usados en la construcción de los balcones con maderas de eucalipto, cedro, chachacoma, caoba, qalapacho o aliso, pues reflejan el encanto de lo tradicional hispánico y lo mudéjar, como una influencia cultural, social y artística que floreció antaño con sus matices propios, los cuales para los marquinos son historias y tradiciones de nuestra tierra.
En nuestra primera entrega, hemos considerado los balcones de “Esta Banda…” término antiguo que se usaba en nuestro distrito para diferenciar donde vivía cada poblador, sugerimos seguir construyendo más balcones en nuestra ciudad, como testimonio de nuestras costumbres y tradiciones así como el legado cultural que nos dejaron nuestros antecesores, y no debemos permitir su extinción.

 AHÍ VIENE MARCA… AHÍ VIENE MARCA…

¡CAMPEÓN DEPARTAMENTAL DE 1936!

Escribe: José Santos Gamarra Soto


Los hechos históricos trascienden en el tiempo y espacio infinitos, uno de esos hechos históricos para Marca y que trascienden hasta hoy para las jóvenes generaciones fue el de ser ¡CAMPEÓN DEPARTAMENTAL! de la COPA ESTÍMULO HERNÁN ESTREMADOYRO realizado en 1936 en el estadio Rosas Pampa de Huaraz. Estos hechos se están perdiendo en el pálido sendero del tiempo, cuyas voces están reclamando se hagan ecos trascendentes; sin esperar todavía, que la hiedra del olvido trepen hasta los viejos balcones de la indiferencia: abramos, paisano, el cofre del ayer lleno de inquietudes de nuestros antepasados; de aquellos, que crearon nuestra mística y forjaron nuestra conciencia y orgullo de haber nacido en Marca.
Por ello, así como esos bravos muchachos hace 85 años nos ofrendaron una hermosa lección de pundonor y coraje a nivel departamental, tú tienes la hermosa responsabilidad de hacer historia de los hechos y las cosas que nos dejaron nuestros padres y abuelos. Tú estás signado para ser el heraldo de nuestros valores culturales y deportivos, tú eres la conciencia viva marquina; ofrécele a tu tierra lo más noble y puro de tus sentimientos para que juntos labremos el desarrollo y progreso de Marca, tu tierra bendita.
En Huaraz hasta muchos años después de 1936, los aficionados infundiéndoles miedo a su selección coreaban en las tribunas del estadio: Ahí viene Marca…Ahí viene Marca…Los marquinos en tardes memorables doblegaron en el estadio Rosas Pampa de Huaraz a los seleccionados de Yungay, Caraz, Huari, Chimbote y Huaraz.
Nuestra selección estuvo integrada por los siguientes jugadores: Eulalio Espinoza, Antonio Espinoza Méndez, Agustín Espinoza Méndez, Máximo Carrillo, Los hermanos Antonio y Carlos Pérez, Victorino Tolentino Gamarra, Peñafor Díaz, Avelino (Peño) Gamarra, Benigno Padilla Sánchez, Hercilio Silva, Trasfil Gamarra, Porfirio Quispe y Quintiliano Quispe, siendo los delegados David Tolentino Bayona y Humberto Flores Maguiña.
Fuente: “MARCA EN LAS VERTIENTES o la búsqueda de la integración y la unidad” Autor: Jorge Humberto Flores Ríos en coautoría de José Santos Gamarra Soto.
Tú, Ana Maria Aquino, Cerema Shancur y 48 personas más
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