sábado, 14 de julio de 2018


                     +++TRADICIONES Y COSTUMBRES DE MI TIERRA+++
                “HUISHUIRITO”

                     José Santos Gamarra Soto

En la ciudad de Marca-Recuay-Ancash, existe un perro mestizo al que se le llama “Perro Chusco” el cual tiene cualidades que lo hacen único, original e irrepetible, estos animalitos son el resultado del cruce de muchas razas que lo hace ser de raza única, son extremadamente amables y muy amistosos, con una enorme capacidad de dar afecto y rebosan cariño a raudales  a sus dueños. Si se les ha encontrado en la calle y son adoptados sus sentimientos se multiplican por el anhelo de ser queridos y por agradecimiento.

Suelen ser muy inteligentes y fácilmente adiestrables gracias a las mezclas de las que provienen, disfrutan de graciosas peculiaridades que hacen de cada animal un ejemplar único y exclusivo. Presentan una admirable resistencia física natural, el cual se debe a la suma o mezcla de las fortalezas de todas las razas, resistentes a las enfermedades y gozan de una gran longevidad, algunos llegan a vivir hasta 20 años, a menudo son más tranquilos y equilibrados que sus nobles parientes de pura raza.

Corría el año 1959 mi vida de campo lo pasaba de maravilla en Cochacar, campiña ubicada al sur de Marca. A mis escasos ocho años de edad tuve la suerte de tener a “Atila”,  perro chusco y lanudo de mis padres de escasos cincuenta o sesenta centímetros de altura, de color negro y blanco con dientes muy afilados que me hacía los mandados a la perfección, al que me acostumbré llamarlo de cariño como “Huishuirito”, estos perros no se sabe de qué raza son, es el resultado de distintos apareamientos de sus padres, que al final salen como perros chuscos.

Huishuirito, era el compañero inseparable en mis aventuras por el campo, en el hogar, en la soledad o cuando me dirigía a Marca; el perro chusco es el mejor amigo del hombre principalmente en el campo, es un animal de mucha utilidad en su servicio diario, nunca expresa protesta alguna aunque reciba malos tratos, siempre tiene una atenta y cariñosa mirada para con sus dueños, es muy inteligente, siente y percibe el olor a distancias considerables, persiguen a los  zorrillos, pumas, zorros, y a cuantos enemigos se te presenten hasta hacerlos correr, soportan el frio y el calor no les afecta, son fuertes, bravos y valientes.

En los meses de agosto y setiembre de cada año eran tiempos de cosecha de maíz en Cochacar,  cada noche jugábamos en las “Eras” la Jara Pucklla una buena cantidad de participantes entre jóvenes, niños y niñas. A estos juegos se sumaban Norma y Alina, señoritas muy agraciadas quienes estudiaban la secundaria en Lima, habían regresado a Marca a las que yo cuidaba con singular atención como si fueran mis hermanas mayores, ellas eran hijas del socio de mi padre que al partir sembrábamos en Cochacar.
Aquella noche, aproximadamente a las doce de la noche, cuando todos jugábamos y bailábamos, había mucha bulla alrededor de la Era con fogata incluida, cantábamos cada estrofa de la Jara Pucklla entre risas; cuando aparecían en la oscuridad de la noche muy cerca de las Eras algunos mozalbetes, especialmente venidos desde la ciudad. Arquímedes Cubillas, León Pastor Ulloa y Samuel Vírhuez, eran algunos de los que llegaban, a los que le preguntamos:

            - Que hacían por esos lugares a esas horas de la noche?
            -  Ellos contestaban al unísono  -  ¡Queremos confraternizar…!

A ello se debía el viaje desde Marca a esas horas de la noche, ¡Para confraternizar! cosa que no era de mucho agrado para mí. Entonces  le enviaba a mi “Huishuirito”,  quien los correteaba a los jóvenes quienes corrían sin dirección por las chacras aledañas en la oscuridad de la noche.

Como los mozalbetes no conocían los caminos corrían y corrían, al subir las pircas y escapar de Atila, se caían con las piedras de la pirca, causando estruendosos ruidos en la oscuridad de la noche, causando gran hilaridad a los presentes, los jóvenes venidos desde Marca a esas horas de la noche, pagaban así la osadía de interrumpir nuestros juegos de la Jara Pukclla.


domingo, 1 de julio de 2018


             ++++++COSTUMBRES Y TRADICIONES DE MI TIERRA++++++
                                     
                  EL SOLITARIO ó EL "WAYCHO"

                  
                     José Santos Gamarra Soto


En la ciudad de Marca, allá por los años 70’ del siglo pasado, Eshpi, era una señorita agraciada y muy emprendedora la que vestida de campesina después de sus clases en el colegio caminaba todas las tardes hasta Lúcuma donde sus padres poseían alfalfares; desde aquel lugar llevaba pasto para sus cuyes a la ciudad.

Cierta vez, en su camino, había pasado Kemish Jircan y antes de entrar a Llahuac Ruri escucha un silbido en el camino por donde se dirigía a la chacra de sus padres, ella pensó que era “Paquiadita” quien la cortejaba por aquel entonces como su pretendiente, sin embargo el silbido esta vez no era de Paquiadita que ya lo conocía,  entonces ella se preguntó:

     ¿Pitac huichiapacallaman?     - ¿Quién me está silbando? 
      Nunapa urcuntapish paquirishacmi   -  A quien sea, le voy a dar en la frente - se dijo

Entonces nuevamente escucha el silbido, era el “Waycho”, nada más y nada menos que el canto del Solitario o Pájaro Silbador, llamado comúnmente en Marca como el waycho, de plumaje color plomizo en el cuerpo y plumas blancas en la cola, éstos animales abundan en los parajes de Ninahuas, Jancush, Pukahuayi y Chihuis.

Los supersticiosos recomiendan cuidarse de la presencia de éstas avecillas porque consideran de mal augurio, principalmente a las doncellas quienes podrían quedar solteras, estas aves silban “Waychooooo”, “Waychooooo” en los campos llenos de maizales y trigales.

A Continuación algunas fotografías del lugar de los hechos que se narran en esta historia: Lúcuma y alrededores.