lunes, 31 de julio de 2023

 

*****COSTUMBRES Y TRADICIONES DE MI TIERRA*****

EL NOBLE “CASHANO”

Escribe: José Santos Gamarra Soto

Esta historia ocurrida entre los años de 1950 a 1960 en el distrito de Marca, provincia de Recuay, departamento de Ancash, es ya un clásico de la literatura marquina; por aquellos años existía un personaje muy singular llamado “Cashano”, lo llamaban así al buen Casiano Camones Cubillas, era un familiar un tanto lejano, era muy cariñoso con la familia, cuando llegaba a la casa de mi abuela paterna la llamaba “Mama Juana” a mi abuelita con cierto aire familiar. Casiano era hermano de Amadora Camones y vivían en el barrio de Pircaymarca, era un buen hombre, de corazón muy noble, analfabeto, en las fiestas de Corpus Cristi en la danza de los Huancos cada año le gustaba bailar de “Alguacil” al que muchos años antes en el pueblo de Marca se le llamaba como “Autor”.

Este Autor o Alguacil baila con un pequeño poncho multicolor y un sayal, sombrero de paja adornado con plumas de pavo real, máscara de alambre con rasgos de mujer, yo veía con inmensa devoción dicha festividad porque me gustaba mucho, el que se realiza entre los meses de mayo y junio de cada año. Casiano, preparaba los garrotes y el broquel para la danza de los Huancos desde meses antes. El Alguacil junto a los Caporales son los que ponen orden durante el baile. Tenían mucho trabajo durante el año, los Caporales eran representados por don Gamaniel Gamarra por el barrio de San Cristóbal, don Nolberto Cueva por el barrio de Pircaymarca, don Eudonio Gamarra por el barrio de Jacamarca y don Camilo Cubillas por el barrio de Chaupismarca, eran los Caporales de los cuatro Ayllus de Marca los más representativos para este baile; la contratación de don Roberto Padilla Gómez a quien llamaban “Llupico” con mucha anticipación como pincullero de dicha festividad era la seguridad de una buena fiesta de Corpus Cristi.

Cashano, llegaba a la casa de mi abuelita Juana y le comentaba como se desarrollaría la fiesta de Corpus Cristi en ese año, como a mi abuela le había dado la enfermedad de glaucoma, le quitó parte la visión a los dos ojos, por ello mi abuelita Juana no veía casi nada, pero si escuchaba a la perfección, entonces cuando Cashano le comentaba los preparativos de la fiesta lo escuchaba con mucha atención y le daba recomendaciones y consejos, indicando que debería hacer tal o cual cosa.

Yo escuchaba atentamente lo que pasaba, sin intervenir por la edad que tenía. Cashano, no había tenido la suerte de ir a la escuela, pero era un hombre muy noble, a tal punto que a veces, actuaba como un niño. Le daba las quejas a la abuela Juana de las cosas que le pasaba, a veces con voz afligida, entrecortada y llorosa, luego de los consejos, se retiraba más reconfortado, tenía un poco más de treinta años.

Una tarde le comenta a mi abuelita Juana que desea tener mujer, que ya ha conversado con la susodicha, y que está de acuerdo:

                   - Mama Juana, mama Juana…warmy tam muná…pokushka namká - Abuelita Juana,

                     Quiero tener mujer, ya soy mayor – Le decía a mi abuelita Juana.

                   - Pihuantac…táreta munanki? - ¿Con quién te quieres casar? le preguntaba la Abuela.

                   - Claudinam jutin…Huayllapampa warmy…Se llama Claudina, es de Huayllapampa.

Unos meses más tarde se casaron a la usanza del lugar con la bella Claudina. Cashano andaba en un pie, muy feliz, y se establecieron en Chinchipe, anexo de Huayllapampa, desde Marca caminaba cerca de veinte kilómetros de distancia cada día, en el día trabajaba en Marca y en las tardes se iba a Chinchipe donde dormía con su mujer y sus menores hijos, vivían muy felices. Como se sabe en Marca, hasta la actualidad, algunos agricultores antes de ir a la chacra o de regreso de ella, toman su washku -licor casero- en alguna taberna de la ciudad.

Una tarde estando él con muchas ganas de ver a su mujer, se había tomado su washcu con algunos agricultores en la tienda de “Capitán Frotacho” le decían así a don Frotacio Enríquez quien tenía una taberna en el barrio de Mitana, antes de salir con destino a Chinchipe; ya medio oscuro, se fue a toda prisa, silbando su huayno pasando por Mitana, Kakahuas, Agua Bendita, Mayapi, Marawayi, Curco, Shinua, Ninarumi, Chinchehuas, Pacar, cruzó el río Trompón, luego subió hasta Chinchipe, era una caminata de casi dos horas diarias. Pero ese día se retrasó un poco más de la cuenta, salió a las siete de la noche rumbo a su casa, estaba medio borrachito, vivía muy enamorado de su mujer, tenía en mente sentir las caricias esa noche de ella, por eso el apuro de ese día, se fue silbando y cantando a su casa.

Cuando al llegar a su casa grande fue su sorpresa, encontrar a un fulano que salía a toda prisa, por el corral posterior, Cashano con la furia que llevaba ingresó a la habitación, sus hijos dormían inocentes en la cama contigua a la suya, como siempre. Al revisar la cama matrimonial encontró a su mujer en paños menores, muerto de rabia salió en busca del intruso buscando por las chacras vecinas, sin resultado positivo, el fulano, había fugado con una rapidez felina por las pircas y chacras vecinas, protegido por la oscuridad de la noche.

Cashano regresó a su casa furioso por lo ocurrido, todavía le quedaba los efectos del washku, y se sentía traicionado por su mujer, pensó castigarla por tamaña afrenta a su honor de hombre. Su mujer, permanecía desvestida, se le veía las nalgas rechonchas lozanas, estaba indeciso y se preguntó:

                             - Imanekotac ke warmita…¿makekotzun o kokurkotzun….?  - ¿Qué hago con ésta

                               ¿Mujer, le pego o me la tiro?       

                            Era tal su incertidumbre, que al rato se decidió:

                           - ¡Mejor kokurkushac…! - Mejor me la tiro.

Dicho esto, se metió a la cama; y según él, la “castigó” duramente a la mujer haciéndole el amor esa noche una y otra vez, para no ser sacavueltera. Esta historia Cashano en su ingenuidad contaba a toda persona en la ciudad y lo repetía sin el mínimo escrúpulo, haciéndose muy popular la historia.

Fuente: “Historia de Ivo” Autor: José Santos Gamarra Soto.

 

sábado, 29 de julio de 2023

 

*****COSTUMBRES Y TRADICIONES DE MI TIERRA*****

DON LEONOR GAMARRA CUBILLAS

El Señor Cura del Pueblo…

Escribe: José Santos Gamarra Soto


Marca, es uno de los pueblos que mantiene intacta sus costumbres y tradiciones; unas, de carácter nativo, y otras con profundo sentimiento religioso como es la celebración de la Semana Santa, los actos religiosos, cada año comienzan con las novenas una semana antes de dicha festividad. Don Leonor Gamarra Cubillas como cantor del pueblo reemplazaba muchas veces al cura en las actividades de carácter religioso del pueblo, en buenos términos era el “Señor Cura del Pueblo”, se preparaba desde meses antes en las chacras de Cochacar, donde vivía, siendo pequeño yo veía como se preparaba para las festividades religiosas del pueblo.

Era nuestro vecino, muy religioso, al igual que toda su familia, su esposa doña Eracla, su hija Nora a quien la llamaban cariñosamente “Isabelita” por ser su nombre Nora Isabel, y su mamá doña Teodora a quien llamaban doña “Ticu”, ella, era hermana de mi abuela paterna, mi abuelita Juana. Don Leonor, estaba en cada actividad religiosa que se realizaba en la ciudad, era ferviente devoto de todas las vírgenes, sabía las fechas religiosas de todo el año cuando me encontraba con él por las chacras de Cochacar siempre me manifestaba de las fechas religiosas y constantemente me decía faltan tantos días o semanas para cada festividad religiosa, contaba los días en forma regresiva hasta el día del acto religioso.

Cuando acompañaba a los párrocos durante la misa lo hacía en latín y castellano, nunca supe por qué le pusieron nombre de mujer a don Leonor, el cantor del pueblo, paraba cantando de día y de noche canciones religiosas por la campiña de Cochacar; tenía una voz especial muy dulce y armoniosa; a don Leonor en su niñez le había dado la enfermedad de la uta, que casi le desaparece la nariz, quedándole visible los cartílagos de los orificios nasales, para el que no estaba acostumbrado tenía un aspecto muy extraño y diferente a las demás personas, hasta fantasmal, entonces al cantar, le salía una voz muy gangosa y lastimera, mezcla de castellano y latín, dándole un toque muy melancólico a las canciones religiosas que cantaba.

En oportunidades nos encontrábamos en alguna chacra o en el camino de herradura, aprovechaba para darme buenos consejos, me felicitaba por mi aprovechamiento en la escuela primaria de varones y como recitador de poesías en cada actuación, me decía que siga ese camino indicándome que la fe en Dios es lo más importante en la vida de una persona. Cada año, antes de la Semana Santa comenzaba con las novenas en la iglesia del pueblo, todas las tardes a partir de las 6 pm., los feligreses confluían en la iglesia matriz para las novenas, se rezaba en las noches, luciendo vestidos negros las damas, antes del día de Viernes Dolores, luego el Domingo de Ramos, que rememora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, con palmas, olivos y eucaliptos, especialmente colocados en las paredes de las casas por donde pasaba el Señor del Triunfo.

En Semana Santa, la ciudad mostraba un aspecto monacal de honda fe religiosa, las escenas de la vida y pasión de Cristo cobraban inusitada autenticidad, era común y hasta obligación el uso del vestido de color negro en Viernes Santo por las damas marquinas y no se podía matar a ningún animal ni a las “pulgas” porque Cristo había muerto y todos estábamos de luto. Los preparativos se iniciaban muchos días antes, se iniciaba cuando los estandartes de la Semana Santa llamados “alumbrantes” elaboran los panes, cuayes, bizcochuelos, huahuas, el dulce común, el dulce de higo, el frijol colado, el manjar blanco; así como los cirios, velas y velones que son previamente entregados a los feligreses para acompañar en la noche de procesión de Jueves Santo y Viernes Santo.

En horas de la tarde de Jueves Santo se realiza el “Wataqui”, que consiste en hacer un arco grande de cipreses con flores silvestres de llima llima, el pullu pullu y otras flores especialmente traídas desde las punas de Marca, este arco se va llenando de flores silvestres en una gran cruz de madera donde está Cristo Crucificado llamado “Cúmuchi”, hasta darle un peso de 120 kilos aproximadamente, para ser llevado en procesión por un solo hombre llamado Apóstol o Santo Varón. En horas de la tarde se sirve un rico potaje de sopa de quinua con queso a todos los asistentes, este plato rememora la última cena de Jesús y sus doce apóstoles, así como la acción del lavado de pies de los doce apóstoles; este plato tradicional es ofrecido por los mayordomos de la fiesta del patrón San Lorenzo de Marca que se celebra el 10 de agosto de cada año, es obligación de los mayordomos de la fiesta patronal de proveer las flores para el llenado del arco de Cumuchi de Jueves Santo.

En la noche, antes de la procesión de jueves Santo, se canta el “Maitines” en latín y castellano por cantores aficionados, en total son doce caballeros, pueden ser también damas, especialmente designados con anticipación, toman asiento a los lados de la mesa, seis a cada lado. A las ocho de la noche comienza el maitines con la potente voz de don Leonor, se escuchaba al entonar el primer salmo y don Antonio Méndez contestaba con voz más suave, eran los cantores religiosos, donde sobresalía la voz de don Leonor Gamarra Cubillas con el Laudatus y Miserere; otros cantantes de esas épocas eran, Félix Padilla, Inocencio Soto, posteriormente Edmundo Espinoza y Jeremías Padilla; entre las damas sobresalían en los cantos religiosos: La Sra. Damiana, Elcira Quispe, y las hermanas Lucila y Frida Soto Ramírez, y últimamente se han integrado Elva Espinoza Padilla, Beatriz Palacios Silva y Marilyn Bustamante Soto estas canciones se hacen acompañados por el arpa.

Estos cánticos generan hondo sentimiento religioso, donde todo el pueblo va confluyendo hasta llenar la Iglesia. Cada caballero y dama en su respectivo lado y asiento con un libro de salmos en la mano, ambos al unísono entonan melodías sagradas que se parecen a preguntas y respuestas. A la señal de don Leonor Gamarra, el sacristán toca la matraca para que otro feligrés apague un cirio del triángulo donde están colocados doce cirios encendidos, así sucesivamente hasta apagar el último cirio, al apagar el último cirio, en ese momento se apagan todas las luces del templo, las velas y velones se apagan en su totalidad y el templo queda a oscuras.

En la oscuridad los doce caballeros y damas se sitúan debajo de la mesa, y con velas encendidas  continúan cantando; la lumbre no sale al exterior porque el manto negro que cubre la mesa se extiende hasta el suelo. Alguien grita en el silencio de la noche ¡Tinieblas!, aterraba la obscuridad reinante, el silencio se interrumpe con el llanto de algunas mujeres o niños. Los seis caballeros de un lado repiten el “Miserere mei Deus” mientras que los otros seis del otro lado contestan con “Secundum Magnam voluntates misericordian tua”. La matraca anuncia el comienzo de otro versículo que es entonando en latín…

Fuente: “Historia de Ivo” Autor: José Santos Gamarra Soto

 

miércoles, 26 de julio de 2023

 LA FIESTA DE CORPUS CRISTI.

JORGE H. FLORES RÍOS
Fuimos testigos, de esta fiesta costumbrista, en la década de los 60 en la antiquísima hacienda de Infantas ubicada la altura del kilómetro 24 de la Panamericana Norte, se celebró la fiesta de Corpus Christi, a la usanza de la ciudad de Marca con la danza del CORTAHUARANGO, asumiendo la mayordomía, Francisco Ventura, que en Marca de chicos le llamábamos con suma picardía: “Panchita”, por ser el cocinero de la profesora Rosa Inti; pero las personas mayores, se mofaban diciéndole “Panchupa rurunta caldurishun”
A las diez de la mañana Roberto Padilla se paró al centro de la polvorienta plazuelita de la antigua hacienda de Infantas, acomodó su pincullo entre sus labios para infundirle con su aliento fuerza y coraje; y luego, febril su caja retumbó y su pincullo guerrero convocó a los danzantes.
La cuadrilla de danzantes ingresó a la plazuelita polvorienta formando un ruedo, la ovación del público no se hizo esperar. El caparí de Bartolomé Gamarra Padilla rasgó el velo de sorpresa de los extraños y los danzantes empezaron a formar figuras rítmicas y lentas. Uno, era el Capitán, luciendo un sombrero de paño adornado de plumajes, mascara de badana negra, una banda bordada encorchada de General, cruzaba una levita y, llevaba al cinto, una espada. Otro, era el Cid Campeador, que lucía una monterilla y portaba en sus manos, un mazo quechua y un broquel español. Igual armadura adornaba al Capitán. Eran desafiantes, demostrando la fibra de sus músculos hercúleos.
Los negritos vestidos con diferentes disfraces, acompasando al ritmo del pincullero Roberto, manos en la cintura y puños en alto, contorneando sus cuerpos danzaban, intercalados entre danzantes; unos, vestidos de señoritas o las famosas chingas vestidas con bonillas blancas cubriendo sus hombres las multicolores llicllas y saya negra que dejaba ver el albor de su ropa interior como símbolo de pureza; el Alguacil, cubría su rosto con una mascarilla de forma avalada tejida de alambre fino; y otros, los negritos comunes,, lucían vestidos elegantes a la usanza antigua o la actual, intercalaban la ronda con los viejitos o los vestidos de policías, pero todos llevaban máscaras diferentes.
El `pincullo como clarín de guerra anunció el CORTA HUARANGO, el público se llenó de júbilo. Nuestros corazones aceleraron sus ritmos, nuestros puños se elevaron desafiantes y de nuestras gargantas salieron los gritos de combate. El Cid Campeador y el Capitán se citan desafiantes a la lid, llevando en la mano izquierda el broquel y con la mano derecha arrastra al mazo pesado elaborado de guarango o chachacoma. La música marcial convoca a dos gladiadores. El Cid reta una y otra vez levantando su mazo a su ocasional rival; el Capitán asentando su cuerpo sobre sus pies, con el pie izquierdo adelante, espera a su ocasional rival con el cuerpo tirado hacia atrás, broquel en alto, cruzado por otro mazo. Empieza el combate con sucesivos golpes felinos de ataque y defensa.
Los garrones se astillan, el público delira de asombro y jubilo. La tarde arde de alcohol y apuestas. Eran dos gladiadores romanos alentados por el júbilo pueblerino. Los cambios de mazazos se suceden hasta, que el pincullero Roberto cambia de tono y suena la tonadita de la conciliación y la paz.
Aquella fiesta de Corpus Cristi celebrado en Infantas, tocó las fibras más hondas del espíritu maquino y brotó rotunda nuestra música mística regional, viendo danzar a Pablo Ferrer Bartolomé Gamarra Padilla, Marín Gamarra Padilla, Juvenal Soto Sarria, Frank Gamarra Padilla. Cesar Ferrer Gamarra, César Soto Cueva como “auquish” y otros. La fiesta se prolongó hasta entrada de la noche. En aquella ocasión nos contaban, que en nuestra Plaza de Armas al escuchar la música del Corta Guarango se lanzaron al ruedo Alberto Soto, el gobernador y Artecio Gómez, el Juez de Paz al son del maestro pincullero y triunfador de las tardes de corta guarangos, el recordado Honorato Cubillas ‘‘
Este rico venero se mantiene incólume a la fecha, y año tras año cobra brillantez. Los chapetones enseñaron la fe en Cristo, empuñando la cruz y la espada, pero con la más abyecta indolencia frente a las lágrimas, el dolor y la sangre india.


 ¡MAESTROS!…Los de mi época

Hoy es el día del Maestro…
Desde 1994 la UNESCO, organización para asuntos educativos de las Naciones Unidas, decidió que el 5 de octubre de cada año se celebre el Día Mundial del Docente, reconociendo, de esa manera, el impacto social y cultural que ha tenido y tiene en la sociedad.
Escribe: José Santos Gamarra Soto.

Soy de la generación cuando las clases comenzaban en abril de cada año, descansábamos en Semana Santa, quince días de vacaciones de medio año y el año escolar culminaba en diciembre.
Al maestro se le respetaba, cuando el maestro te regañaba, era como si te regañaran tus propios padres.
Si el maestro te regañaba, no te convenía decir nada en tu casa, porque seguro te volverían a regañar y de paso un castigo.
Era un honor tocar muy temprano la corneta o la campana para el ingreso de las mañanas.
Si pedíamos permiso una vez para ir al baño, teníamos que volver con la rapidez del rayo. Nos turnábamos para borrar el pizarrón y sacudir los borradores.
Era un honor llevar y traer los libros del maestro desde su pupitre, buscar el mapamundi en la dirección o biblioteca, pedir tizas.
Que honor tan grande cuando estabas en la formación en los honores a la Bandera y que mencionaran tu nombre para salir al frente y decir a viva voz ¡Vamos a entonar el Himno Nacional¡ a mi voz 1…2…3 y entonces el Himno Nacional se escuchaba hasta Tirijirca.
Recuerdo que por aquellos tiempos, los maestros no se enfermaban, no recuerdo que los maestros faltaran dos días seguidos por ningún motivo.
Ni la lluvia nos impedía nuestra asistencia a la escuela, porque ansiabas estar en ella, porque considerabas como tu segunda casa, daban muchas ganas de ir al colegio. Si llovía regresabas a casa empapado de agua de lluvia, era un gran placer.
Los recreos eran divertidos, nadie andaba pensando en hacer cosas indebidas.
En la actuación era una inmensa alegría cantarle a mamá en su día las canciones alusivas al día de la madre, y tener puesto una flor roja en el pecho.
Que divertido era Jugar pelota en el canchón entre la escuela y el río, saltar la cuerda, jugar al trompo, al run run, la canga, el bolero, las bolas y choloques.
Tomar distancia en la fila de la formación era muy divertido porque era desde el más alto al más pequeño.
Nos enseñaban que Colón descubrió América y que Simón Bolívar fue el Libertador... era un reto aprender sobre la historia de Perú y el mundo...Hoy muchos jóvenes no saben ni siquiera el significado de la palabra "Bicentenario".
No sé cuándo se dejó de aprender historia, geografía o las ciencias sociales que en esos tiempos era vida animal, vida vegetal y vida mineral, pasó a un segundo plano, no sé cuándo los maestros comenzaron a enfermar e irse de viaje o irse al campo a realizar trabajos en sus parcelas.
No sé desde cuando los padres insultan o golpean a los maestros, o desde cuándo los mismos alumnos desatan su furia contra ellos.
Desde cuándo fue que revisar la cabeza de los alumnos si tenían piojos, el corte de cabello, uñas, el estado del uniforme en general, pasó de ser un acto de salubridad a una discriminación?
Desde cuándo un acto patriótico como el día de la bandera, fiestas patrias, día de la raza, y otros días festivos dentro del calendario escolar sólo es un día feriado?... No sé cuándo se perdió la escuela como institución, cuándo se perdieron los valores, el respeto a los maestros como transmisores de enseñanza.
Si esto es progreso... perdón señores…pero si esto es progreso, ¡Que atrasados estamos!.
¡QUE FELICES ÉRAMOS! en esos tiempos qué solo quedarán en nuestros recuerdos, son hermosos recuerdos de mi infancia. Yo viví esa época…


REENCUENTRO, EL SENTIR DE LOS AMIGOS...

53 AÑOS de “VANGUARDIA SANLORENCINA”
Por: José Santos Gamarra Soto
Ayer domingo 09 de julio de 2023 fue un reencuentro con los amigos de mi promoción “Vanguardia Sanlorencina”, llegué un tanto retrasado con el ansía de saludar a cada uno de mis compañeros en Puente Piedra, iba exprofeso desde la Molina al reencuentro con mis promocionales, ni la distancia, ni el tráfico, impidió dicho reencuentro, era el abrazo con los amigos de mi promoción con los que pasé los años maravillosos de mi juventud en el colegio San Lorenzo de Marca, que guardo con especial cariño por su significado y por su trascendencia.
Ya más cansinos en nuestro andar y accionar por el paso del tiempo, pero con la emoción y alegría de aquellos años de estudiante, nos confundimos en abrazos interminables por nuestro reencuentro. Hice un viaje de casi dos horas a pesar de ser domingo, es que las calles de Lima en la actualidad es una calamidad por lo descuidado y el tráfico reinante. Pero todo ello quedó superado por el impacto y la emoción de nuestro reencuentro, como cuando éramos estudiantes, fueron muy fuertes las emociones y rápidamente se convirtieron en una fascinación de preguntas y respuestas entre los presentes.
Caracterizó a nuestro reencuentro el chilcano de pisco como aperitivo, el jamón serrano de huaraz, los chicharrones de chancho y el infaltable plato de cuy a lo ancashino acompañado por un buen tinto, fueron los platos que se degustaron en un almuerzo de mucha camaradería en “Tullpa Ancashina”, que una vez más Edgar Gómez, nuestro “Tirrimbo” había hecho las reservas del caso. Todo era intenso y vertiginoso como una sucesión de imágenes y recuerdos que cada uno de nosotros recordábamos aquellas vivencias que pasamos en el ayer, en el histórico Colegio San Lorenzo de Marca.
También era una manera de decirle a Edgar nuestro sentir y acompañar en sus momentos difíciles y dolorosos por la partida de su madre doña “Iñuca”, quien había partido a su encuentro con el Señor, hace muy pocas semanas.
Noté a otro de mis compañeros, Jaime, mantener siempre la alegría, los chispazos y despreocupación a lo que viene, él toma nuestra vejez con la jovialidad y alegría contagiante, muy alentador por cierto, sus bromas eran celebrados por cada uno de nosotros, todo es risa en él, como cuando se posicionaba bajo los tres palos como arquero de la Promoción Vanguardia Sanlorencina y selección del Colegio, Alejandro y Cosme los más serios, pero no menos alegres, completaban el quinteto del reencuentro sanlorencino, la ocurrencia de los presentes era celebrado por cada uno de nosotros como cuando participábamos en el salón de clases hace 53 años, las expresiones de cariño se expresaba en cada una de las ocurrencias que recordábamos con singular alegría, es que el REENCUENTRO es eso, recordar lo nuestro, esos recuerdos que alimentaron nuestro andar y paso por las aulas.
El largo tramo de viaje que hice en solitario en mi desplazamiento quedó en el olvido por el resultado de nuestro reencuentro con los amigos de mi promoción.
Al promediar la noche nos dimos cuenta que habían pasado varias horas con rapidez, era fascinante escuchar los recuerdos y remembranzas de cada uno de los concurrentes. Queda el compromiso de repetir más reencuentros, lo siento por los que no asistieron, alguno de ellos se disculpó, mientras que otros se encuentran en Marca, será para otra oportunidad para ellos, que luego de un largo paréntesis nos reunimos en Lima, cierto, muchas cosas han cambiado, pero la alegría del reencuentro fue más, quedando en mi memoria el significado y encanto de los recuerdos que pudimos desgranar en aquel almuerzo de nuestro reencuentro aquel domingo 09 de julio de 2023, en Tullpa Ancashina…


martes, 25 de julio de 2023

 

166° Aniversario de Huaraz

La Noble y Generosa Ciudad de Huaraz fue creada el 25 julio 1857

 

Escribe: José Santos Gamarra Soto

Aún no hay respuesta para preguntas como: El pueblo de los Waras realmente ¿existió? ¿dónde? ¿desde cuándo? ¿Su nombre le fue asignado por los pantaloncillos que usaban sus habitantes a la llegada de los incas?, o por Guaraq (la Estrella del Amanecer), o porque es una derivación del nombre del antiguo Dios Wari?.

Sobre el Huaraz colonial o virreinal, ¿qué sabemos? Don Francisco Gonzáles (1992) dejó dicho: “La evolución histórica de Huarás en los siglos XVI y XVII es difícil de sintetizar por falta de estudios generales, así como de monografías. Nada o muy poco podemos decir de lo ocurrido entre 1572 y 1800, salvo las visitas de los arzobispos Santo Toribio de Mogrovejo y Gonzalo de Ocampo…”

Y sobre el Huaraz Republicano, sabemos algo más por los escritos de Raimondi, o de algunos viajeros, o de nuestros escritores regionales como Soriano Infante, Alba Herrera o Manuel Reina Loli, pues es, muy poco lo que se sabe. Algunos dirán, que Santiago Antúnez de Mayolo, Ladislao Meza y Ernesto Reyna escribieron sobre el levantamiento de Atusparia, pero no, solo fueron algo así como reportajes periodísticos, o una historia novelada, pero no basados en fuentes documentales. También es encomiable el trabajo serio de don Félix Alvarez Brun, sobre la contribución del departamento de Huaylas a la independencia peruana; así como los posteriores trabajos de Alberto Gridilla.

Mas allá de los cuestionamientos si debe ser Huaraz o Huaylas el nombre que debería llevar el departamento les diremos que antes del terremoto del 31 de mayo de 1970, Huaraz era muy hermosa, recuerdo a la edad de trece años conocí Huaraz en marzo del año de 1964, lo recuerdo con mucho cariño porque considero que recrearse en los recuerdos contribuye a serenar el estado de ánimo, elevar nuestra autoestima y fortalecer nuestras relaciones interpersonales  aunque en ocasiones suframos por ello, rememorar y sentir intensa y vívidamente esos recuerdos es una manera de mantenernos emocionalmente en forma.

Estos recuerdos pertenecen a los meses de marzo/abril de 1964, cuando me matricularon al primer año de media en el Colegio de la Libertad de Huaraz, viajé como último becario  de la Escuela Primaria de Varones N°1339 de Marca a la capital del departamento, cuando la ciudad de Huaraz antes del terremoto de 1970 era muy bella-así me pareció-con sus calles empedradas y angostas, las casas tenían los techos con tejas de color rojo, los balcones, los balaustres y las ventanas arquitectónicas de la época virreinal, las fachadas con una blancura total solaqueada con yeso, los portones y zaguanes, de la época colonial, las vivanderas en las calles, el mercado central que estaba ubicado muy cerca de la pensión donde vivía, con sus “cuchicancas”-llamàbase así al asado de chancho al horno-jamones y tocinos ahumados, comparables solo con los jamones ahumados o cecinados que son importados desde España u otros países de Europa. 

Todo esto le daba una característica muy especial a Huaraz, donde no se veía el caos y la aglomeración de hoy, sino mucho respeto y consideración entre los vendedores y el público que caminaba por dichas arterias, era, pasearse un domingo, para tomar un caldo de gallina o caldo de cabeza de carnero con su respectivo seso, que mamá Ellpicha me hacía comer. Mi mamá me decía que sería más inteligente si comía los sesos del carnero, que la vivandera nos ofrecía en plato aparte, gustándome sobremanera una vez probado dicho plato.

 

En las tardes del domingo salía de paseo con mi madre, visitábamos la iglesia del Señor de la Soledad de estilo barroco y renacentista, la iglesia Belén de estilo barroco era una de las mejores iglesias de Huaraz, muy bonita, Huarupampa con su estadio rosas pampa, al costado del estadio quedaba la cárcel departamental de Ancash; el barrio Centenario donde quedaba mi colegio y San Francisco otra iglesia de estilo barroco que también era muy bello, eran los cinco barrios que poseía Huaraz por esos tiempos, los barrios de Belén, la Soledad, San Francisco, Huarupampa y el barrio Centenario. Las iglesias de esa época tenían un aspecto colonial, los que habían sido construidos desde el siglo XV hasta el siglo XVIII, la iglesia matriz o catedral quedaba en la plaza de armas, donde había grandes palmeras, con una pileta al centro, vendedores de raspadillas con hielo traído del nevado del Huascaràn, desde la cordillera blanca.

 

Pero lo que más me llamaba la atención eran unos pequeños niños más o menos de mi edad y estatura, en la plaza de armas, a éstos los llamaban “canillitas” que gritaban ofreciendo periódicos:

 ¡¡ Expresooooooooo!!

 ¡¡Extraaaaaaaaa!!,

¡¡La Prensaaaa!!

 

Otros periódicos a la venta era la Crónica, Última Hora, y algunos otros que los canillitas ofrecían gritando a viva voz por toda la plaza de armas, dándole un aspecto todavía muy pueblerino a pesar de que Huaraz era la capital nada menos que del departamento de Ancash. Yo, por la edad que tenía, reparaba más que mi madre en la presencia de los canillitas, éstos eran más o menos de mi estatura, eran niños pregoneros que ya trabajaban a pesar de su prohibición.  

 

En la plaza de armas de Huaraz estos canillitas gritaban ofreciendo los periódicos y me recordaba mi estancia en Cochacar(Marca), cuando era pajarero en los maizales y trigales como “Machicoc Wambra” y gritaba:

¡¡chihuuueeeeeeeee!!

¡¡chihueeeeeeee!!

¡¡chihueeee!!

 

Espantando a los chivillos y loros que no se coman los choclos, por ello miraba a los canillitas con mucha atención y agudeza con alguna mezcla de regocijo y nostalgia, pensando que tal vez yo lo haría mejor que el canillita y me comprarían rápidamente los periódicos que se ofrecían.

 

Las casas de la plaza de armas de Huaraz eran muy elegantes, habían grandes vitrinas con fotografías con el nevado del Huascaràn, Alpamayo, Huallhuash y el Huandoy, también estaban las lagunas de LLanganuco, la laguna de Parón, por esos tiempos Pastoruri aún no había sido descubierto, pero si podía verse el Dios Guari de Chavín a lo que comúnmente lo llaman el Lanzón de Chavín y el sitio arqueológico de la ciudadela de Chavín de Huantar, fotografías de los sitios y pueblos del callejón de Huaylas, era común ver en postales a: Recuay “Ladronera”, Huaraz “Presunción”, Carhuaz ”Borrachera”, Yungay ”Hermosura” y Caraz ”Dulzura” con sus bellos paisajes, había que caminar a una de las esquinas de la plaza de armas y entrar al centro fotográfico “Minaya”,  “Estremadoyro” o “Sal y Rosas” y tomarse las seis fotografías en blanco y negro tamaño carnet que el colegio exigía, y para tomarse las fotos de rigor con la familia con el Huascaràn, Huandoy ó el Alpamayo al fondo, que hermosura.

 

Convento es el lugar de entrada a la ciudad de Huaraz donde existía un gran convento de padres dominicos se llamaba El Convento de San Antonio, quedaba en la Av. Tarapacá, muy cerca de la casa donde yo vivía, a tres cuadras, los domingos, mamá Ellpicha, me levantaba de la cama a las cinco de la mañana y me llevaba a misa de seis, a la que acompañaba con no mucho agrado, en plena misa salía fuera del templo apresuradamente, porque me daba mareos y vómitos; mi madre me decía que me daba esos estragos  porque era un niño pecador, y que recién me estaba cristianizando, íbamos a misa todos los domingos, lo que era un martirio para mí. Recién cuando mi madre se fue a Marca en el mes de mayo de ese año, pude dejar de ir a misa los domingos, -al fin me he liberado de un martirio- me decía.

 

En los paseos que hacía con mi madre por las tardes del domingo caminábamos por Quichki calle, desde la plaza de armas hasta el barrio de la soledad, estando muy cerca a la Iglesia de la Soledad nos deteníamos para comer los ricos “Cuchicanca” que una yungaina ofrecía, con chicha de jora huaracina. Muy cerca al barrio de la soledad en una loma llamado cerro de Pumacayàn, por aquellos años le sirvió al “Gorrión Andino”-cantante vernacular- para inspirarse en una chuscada llamada “Cerro de Pumacayán testigo de mis amores……”, desde ése lugar se veía toda la ciudad, subíamos mi madre y yo a dicho cerro, para ver embelesados la hermosura de toda la ciudad de Huaraz, esos paseos y cariños de mamá que recibí a mis trece años, serían los últimos de mi madre, porque al año siguiente moriría en Marca, quedando huérfano de madre a esa edad.

¡¡Feliz Aniversario Huaraz tierra Noble y Generosa!!!

 

 

domingo, 2 de julio de 2023

A 66 AÑOS DE LOS TRIUNFADORES DE LA PAMPA DE AMANCAES...

24 de junio de 1957 - 2023
Por: José Santos Gamarra Soto
Las Pallas de Marca en brillante actuación fueron los ganadores del Concurso Nacional de la Pampa de Amancaes de 1957 en el distrito del Rímac. Finalizada la presentación de las Pallas del distrito de Marca, provincia de Recuay, departamento de Ancash, el jurado calificador les otorgó el primer premio, entregándoles un Plato de Plata y un Diploma de Honor.
A este acto asistieron:
INCA Alejandro Rodríguez Lázaro
RUMIÑAHUI Nicanor Falero Gamarra
PALLAS Mercedes y Magda Cubillas Espinoza, Luisa Sarria Méndez, Vigilia Méndez Gómez, Julia Támara Jerónimo, Eugenia Carrión, Gudelia Ramos y Julia Zamudio (8 Pallas).
ÑUSTA Vilma Gamarra Jamanca
AUQUISH César Soto Cueva
MARCO MUSICAL Bernabé Molina Quinto, en el ARPA.
VIOLIN Sisinio Soto Nava, Lorenzo Fabián Brito y Hernacio Cueva.
GUITARRA Pedro Rodríguez Lázaro.
MANDOLINA Abraham Soto
MAYORDOMOS Apoleón Ferrer Gamarra y Aurelia Carrión Vda. De Flores.
ALCALDE DE MARCA Lucio Cubillas Rodríguez declaró a los ganadores de la Pampa de Amancaes como "HIJOS PREDILECTOS DE MARCA"