sábado, 14 de febrero de 2015

MI PRIMER AMOR……..José Santos Gamarra Soto, nos describe en el día de San Valentín, la felicidad de tener su primer enamorada, sus angustias y temores, su revés y el cruel designio de no poder enviar una carta de amor, explicando su mal comportamiento…




                  IVO,  MI PRIMER AMOR


                                     Por: José Santos Gamarra Soto(Dolton)


                                           (Del Libro: Historia de Ivo)

                    Describir el AMOR es tal vez uno de los dilemas más grandes del ser humano que ha sentido o siente ese cariño intenso por el ser amado, porque los hay de todas las formas e intensidades, pero hablar del Primer Amor, es algo que nos mueve las entrañas mismas de nuestro ser, y poder decirlo con franqueza es liberarse un poco de la vida tormentosa que podrías pasar a raíz de ella, dicen que “El primer amor nunca se olvida”, no importa como haya sido esa experiencia, pero queda en nuestros recuerdos, así pase el tiempo, porque nos deja una marca indeleble en el alma y el corazón. Sin duda la infancia y adolescencia son etapas muy bellas en la vida de un ser humano, más si es en nuestra querida tierra de Marca, porque quedan hermosos recuerdos que a medida que pasa el tiempo se hacen más imperecederos y de gran recordación.

                    Corría la década del 50´del siglo pasado, cuando mi vida lo compartía entre Marca y Cochacar; era Machicoc Wambra(Pajarero de choclos) en los maizales de Cochacar que mis padres sembraban bien sea en chacras propias o al partir como socio de algún vecino. Como hijo menor, tenía la responsabilidad del cuidado de los animales menores de mis padres como los chanchos, burros, yeguas, ovejas y cabras, también me encargaban del cuidado de los animales domésticos como las gallinas, patos, cuyes y otros animales, tanto en Marca como en Cochacar dada la cercanía de estos lugares.

                  Cuando me encontraba en Marca a la edad de siete ú ocho años  pastaba mis chanchos por las inmediaciones de Pian, Chollku, Kachtcaz, Anràn y otros lugares cercanos, pertenecientes a la jurisdicción de Chaupìsmarca; en dicho barrio, mis padres construyeron una casa en la calle Amargura, cuya inauguración se efectuó el 08 de diciembre de 1960, con fiesta incluida con la presencia de Don Pedro Rodríguez Lázaro como guitarrista, quien era compadre de mis padres por haber bautizado a Cosme. Actuando como padrinos de la inauguración de la casa el Sr. Aquilino Flores Silva y doña Marcelina Lázaro Fabián, con quienes también mis padres eran compadres por haber bautizado a Hermenegilda, con la que hasta el día de hoy nos tratamos como hermanos.

                    Pastaba mis chanchos por los lugares mencionados junto a algunos  niños y niñas quienes también pastaban sus puercos por encargo de sus padres. Había una niña que por razones obvias no mencionaré su nombre, con quien nos encontrábamos casi a diario por las inmediaciones de Anrán, jugábamos mucho a papá y mamá, mientras nuestros chanchos hoceaban y pastaban en los abundantes pastizales que existían por esos parajes, ella, era una niña muy bonita de cabello castaño, un año mayor que yo, con quien me gustaba jugar a papá y mamá cosa que a ella no le desagradaba. Después de algunos años de nuestros juegos por dichos lugares nos separamos por cosas del destino, ella terminó la primaria y sus padres la mandaron a estudiar  la secundaria a Lima.
  El Amor, es el camino al cielo, al infinito cuando es correspondido, si no eres correspondido, puedes sentir el desconsuelo y la desilusión más  grande de tu vida.            Fotografía: Darwin Carrión Solano 

                      Después de largos ocho años que habían transcurrido desde aquella fecha, y estando  en el año de 1968 nos encontramos en la Fiesta Patronal de Marca, yo había regresado a estudiar a Marca luego de haber cursado mis estudios en Huaráz el primero y en Barranca el segundo año de media, ésta vez, me encontraba estudiando el tercer año de secundaria nada menos que en Colegio Nacional Mixto San Lorenzo de Marca. Ese año contaba con diecisiete años de edad.
   
                       Para la fiesta patronal, como todos los años, llegó mucha gente de la capital así como de otras provincias, la fiesta patronal de Marca es una de las mejores de la zona, porque tiene un sitial ganado a través de muchos años, diríamos  de generaciones. Después de muchos años  me encontré con esa niña con la que jugábamos pastando chanchos, era, casi nueve años que no nos veíamos, estaba hecha una señorita, muy bonita.

                       Nos encontramos en la noche del nueve de agosto, víspera de la fiesta en honor al patrón san Lorenzo de Marca, en la plaza de armas, ella, se había convertido en una señorita muy agraciada y de muy buenos modales, de sonrisa angelical, y estudiaba en un colegio de la capital, había llegado a gozar de la fiesta patronal, conversamos mucho de nuestra niñez y de los lugares de Anrán, Pián, Chollcku, Kachtcaz y alrededores, al día siguiente lo mismo, volvimos a encontrarnos y caminamos por toda la ciudad como dos buenos amigos, y en la noche le propuse que sea mi enamorada, cosa que  ella aceptó.

                 Era mi primera enamorada oficial, o mejor dicho mi primera enamorada formal, al día siguiente seguimos saliendo y gozando de la fiesta patronal. Al tercer día ella tuvo que partir a Lima, a seguir con sus estudios, yo quedaba en Marca, hasta diciembre nos citamos, hasta las vacaciones, ella terminaba la secundaria ese año en Lima. Regresaría a Marca después de la clausura y la finalización de sus estudios secundarios, con ése compromiso partió a Lima.

                     Por aquellos años era costumbre por Fiestas Navideñas el baile de las “Marchanas” y los “Negritos” llamado también como “Los Caporales”. Era una fiesta obligada en el calendario marquino, fiesta costumbrista de mucho arraigo. Recuerdo tres años antes a aquella fecha, a mi regreso de Huaráz después de haber estudiado el primer año de secundaria en el mes de diciembre de l964 mi hermano Ciro, bailó como Negrito, a mucha insistencia de mi madre-eso me decía mi hermano en su carta enviada a Huaraz-dicho año bailó junto a Baciliano Cueva Quispe, Juan Cueva Soto y Mario Gamarra Cubillas.
Una de las fotografías mas apreciada y de valor histórico que guardo en mi hemeroteca, se ve a mi madre Doña Elpidia Soto Padilla, de vestido negro, de "Llúcash", con canasta bajo el brazo junto a los negritos de Navidad de 1964, se aprecia a mi hermano Ciro Gamarra Soto, Juan Cueva Soto, Baciliano Cueva Quispe y Mario Gamarra Cubillas.

                      El escenario ahora era tres años más tarde, es decir, el año de 1968, mi enamorada al finalizar el año regresó a Marca, como habíamos convenido, llegando a Marca el 24 de diciembre en horas de la tarde, sin embargo aquella tarde por cosas del destino, no pude saludarla. Al llegar a la casa de mi enamorada, la vi bailando con uno de los caporales, sus padres organizaban dicha fiesta, ella bailaba con el colibrí en la mano al son de la orquesta vernacular, que era el marco musical de la estampa costumbrista de los Negritos, al verla bailar con uno de los danzantes me quedé parado, sin acercarme a ella y ni siquiera saludarla. Como un adolescente caprichoso no pude reprimir mi enojo y no saludé  a mi enamorada, me retiré, no fui a saludarla sino hasta el día siguiente, quien había retornado desde Lima, por el pedido y acuerdo que tuvimos en el mes de agosto con motivo de la fiesta patronal. Un comportamiento muy desafortunado, que lo lamentaría  posteriormente. 

                    Unos días después de culminada las fiestas navideñas, mi padre me dijo que viaje junto a él a Huaraz por las vacaciones, lo que en efecto se hizo, me fui sin despedirme de ella. Recuerdo, que caminaba por el centro de chopicalle con mi maletín al hombro, salía de la ciudad junto a mi padre rumbo a Huaraz, mientras ella se encontraba mirándome en la puerta de su casa en la misma calle a tres cuadras de distancia, sin poder decirle nada, quería retroceder e ir a disculparme lo que estaba haciendo, por dejarla en la puerta de su casa, pero la fatalidad, el cruel designio de mi destino, me empujaba ciegamente hacia adelante y prosiga mi camino, algún genio maléfico entorpecía acaso, la dicha de éstos adolescentes que se querían, pero que el destino nos separaba, equivocadamente, pensaba que le estaba haciendo pagar la afrenta de haber bailado con el “Negro”, antes de encontrarse conmigo, y había bailado con el negro sin mi permiso, tal era el motivo de mi comportamiento.

                  Llegué a Huaraz, mi padre me buscó un trabajo en la oficina del abogado Robles, éste abogado era el letrado defensor de mi padre en los juicios que tenía en Recuay y Huaraz, hice trabajos de amanuense en dicho estudio jurídico, los tres meses de vacaciones, desde enero hasta los primeros días de abril. Durante mi permanencia en el estudio del abogado, llegué a redactar hasta tres  cartas a mi enamorada para enviarlos a Marca dando las explicaciones de mi salida abrupta de Marca, ninguno de los cuales pude enviar,  que dicho sea de paso por esos tiempos solo se podía enviar vía correos y telégrafos, no había otro medio de comunicación, eran cartas muy cariñosas, contándole las peripecias de mi viaje de Marca a Huaraz, le contaba las terribles nostalgias que pasaba en ese lugar, la pena y soledad así como el ardor creciente de mi amor hacia ella.

                 Algunos años después cuando le conté de tal hecho a uno de mis mejores amigos, éste, me dijo que como la carta estaba escrito a máquina de escribir y no a puño y letra, nunca llegó a su destino, ”Las cartas de amor se escriben a mano” me decía mi amigo,  dichas cartas los tenía en el cajón de mi escritorio, y cuando terminó mi pasantía en el mes de abril me los llevé conmigo, y lo tuve por varios años más, sin saber qué hacer con ellas.

                   Por cosas del destino nunca los llevé a la oficina de correos y telégrafos, y no los envié a Marca, en esas cartas también le explicaba,  que me había excedido en mi comportamiento, y estaba arrepentido de mis actos y que cuando regrese a Marca los primeros días de abril, sabría explicarle mejor las cosas, pero nunca pude enviar las cartas redactadas. Bien dice el dicho: Lo que no está por suceder, así le pongas todo el empeño, no sucede.

                  Pasaron rápidamente los tres meses de vacaciones y el trabajo para mí, esos tres meses en Huaráz los pasé en casa de mi primo Félix Cueva Soto, quien era ebanista, hacia trabajos muy bonitos, Félix, era uno de mis mejores primos que recuerde, siempre atento y muy preocupado, era muy cariñoso con toda la familia, anteriormente, tres años antes, cuando murió mi madre me acompañó en mi regreso a Huaraz y justificó como apoderado mi inasistencia de tres semanas al colegio por duelo y pérdida de mi madre. Esta vez era al revés, las vacaciones los hacía en Huaraz y los estudios en Marca, paradojas de la vida, me decía.

                  Llegado el mes de abril de ese año y al regresar a Marca, desde Huaraz me fui hasta Barranca a visitar a mi padre y mi hermano Ciro y a comprar mis útiles escolares, ellos  vivían en Barranca, era la primera semana del mes de abril, de allí  me iría a Marca al día siguiente para seguir mis estudios que muy pronto se reiniciaría, como efectivamente lo hice, luego de comprar mis útiles escolares, esta vez entraba al cuarto de media, año de 1969. Llegué a Marca el primer domingo del mes de abril, era Semana Santa, en la tarde del Domingo de Ramos, era todavía invierno, dejé en casa de mis padres el maletín que llevaba mis pertenencias y fui a buscar a mi enamorada, me encontraba un tanto asustado, o angustiado diría, tenía algo de temor, de remordimiento, porque me había marchado a Huaráz sin decirle nada y ahora regresaba después de más de tres meses como si no hubiera pasada nada.

                 Me di ánimo y fui en su busca, a su casa, ella me recibió muy amable, como si no hubiera pasado nada, yo me preguntaba ¿qué estará pasando?, ¿acaso no me va a decir nada por mi ausencia de casi cuatro meses?, ¿se habría olvidado que era su enamorado?, ¿no le importaba?, hablamos bastante, de música principalmente, por esos años las canciones de los Beatles eran lo último de la moda.
               Enero de 1969, último concierto de los Beatles en la calle: 
               3 Savile Row London, luego se separarían los Beatles en 1970.
     Paul Mcartney y Linda Mcartney con el embarazo del primer hijo de Paul, junto a  Jhon Lennon y Yoko Ono
 
                  Dos años antes, en el mes de enero de 1967 los Beatles habían creado su álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” considerado por muchos como una obra maestra; en el Perú se le llamó "Sargento Pepper´s". Ésta banda reconocida como las más exitosa en el mundo por aquellos tiempos que cambió acaso la sociedad mundial; seis décadas después la música que crearon continúa siendo popular, ganadora de muchos premios, sus nuevas canciones tanto en discos de 45 como long plays eran motivo de  apasionadas conversaciones por los jóvenes como la que sosteníamos ese día con mi enamorada. Hablamos de todo, menos de mi mal comportamiento, en esos casi cuatro  meses ni un saludo, ni una carta, ella había regresado a Marca desde Lima a mi  exigencia, en el mes de diciembre y yo me mandaría a mudar a Huaraz, y regresaba, orondo, como si no hubiera pasado nada, esta vez ella me tenía preparado una bonita sorpresa que jamás olvidaría. 

                 Nos encontrábamos conversando un buen rato en la puerta de su casa, muy animadamente, entre risas, gastándonos algunas bromas, cuando vi acercarse a uno de mis amigos con el que jugaba fútbol en las tardes en la cancha que quedaba junto al colegio, iba de sur a norte por la subida, por chopicalle, ella vivía por Pircay Marca, el amigo vestía uniforme de guardia civil, se iba acercando más y lo reconocí nítidamente, pensé que pasaría por allí, además estaba uniformado, y por lo tanto estaba  trabajando, pensé. Pero grande fue mi sorpresa cuando se paró a media cuadra  de donde estábamos conversando con ella, en la esquina de don Silvinio Gamarra, la llamó a mí enamorada con una seña, ella me pidió permiso cortésmente, con la siguiente frase:

          -  Disculpa que te deje aquí parado, me está llamando
           mi enamorado- me dijo
          -  ¿Qué? ¿Cómo? ¿Mi enamorado? –le pregunté angustiado            
          -   Si, mi enamorado, perdona que no te dé más explicaciones
                        - me repitió y se alejó.

               Se fue al encuentro del enamorado, con quien se saludaron muy efusivamente, se agarraron de la mano y se fueron caminando por la calle rumbo al barrio de  San Cristóbal, era el primer revés que sufría, -¿tamaña cosa me puede suceder a mí?- me preguntaba una y otra vez, lo que había sucedido era que  al no haberle hecho caso en el mes de diciembre a mi enamorada a su retorno de Lima, por el acuerdo que teníamos, me había portado de una manera no apropiada y me fui a Huaraz sin decirle nada, sin despedirme, sin darle explicaciones, y regresaba después de más de tres meses de ausencia, entonces la vida me pasaba la factura, es  para no creerlo, me repetía.

                  Los siguientes días los veía por algunos lugares, la felicidad de la pareja se expresaba en sus actos, se paseaban por todo Marca, incluido los caminos, las chacras, agarrados de la mano, enamorados, nunca más sabría nada de ella, solamente algunas noticias  en años posteriores, que me decían que era muy feliz con su esposo, llegando a procrear varios hijos. En algún momento alcancé a decir-bien  por ella-ante algún familiar y amigos más cercanos.

                  Así terminaba la historia de mi primer amor, que años más tarde recordaría con algún remordimiento y culpabilidad, pero al mismo tiempo de felicidad y satisfacción, porque ella era feliz con su familia. 


martes, 10 de febrero de 2015

WACHIWALITO WACHIWALON……….José Santos Gamarra Soto, nos describe el “Wachiwalito Wachiwalón”, la fiesta de los Carnavales, una de las fiestas costumbristas más celebradas por la población Marquina, el 11 de Febrero de cada año coincidente con el día de la Virgen de Lourdes, en el barrio San Cristóbal…




          WACHIWUALITO    WACHIWALON

                                           Por: José Santos Gamarra Soto

                                          

En horas de la tarde va llegando a la explanada de la Capilla de la Virgen de Lourdes del barrio de  San Cristóbal, hombres y mujeres a gozar de los carnavales, a bailar y cantar alrededor del árbol y al centro el "Montero", su esposa é invitados bailan hasta tumbar el monte.
Fotografía: Arnold Cueva Gamarra.


                   Al medio día del once de febrero de 1960, en el barrio San Cristóbal de Marca, a la altura del tercer puente del pueblo, cantidad de personas estaban agolpadas. Corrí  presuroso a ver qué pasaba, una copiosa lluvia caía sobre la ciudad, una espesa neblina cubría el espacio marquino. Desde el puente, lugar privilegiado observé que los hermanos  Pablo y Víctor Solano junto a Gamaniel Gamarra y Hitler Cubillas conocido como “Wanlan”-era el hombre más alto en Marca por ello el mote de wanlan-habían “capturado” a una hermosa señorita campesina, la arrastraron en medio de la lluvia por la calle llena de barro, era Teodora Carrión a quien cariñosamente la llamaban “Ticucha” hija de Pancracio Carrión y de Emilia Gamarra, la sumergían una y otra vez en el río de abundante caudal debajo del tercer puente de la ciudad, en el barrio de San Cristóbal, debido a las lluvias del crudo invierno, sus aguas eran barrosas, de color marrón oscuro, la chica contaba con 20 años; el público gozaba, las personas mayores decían ¡cómo en mis tiempos, she!. Así se celebraba antes ¡Wachiwalito Wachiwalon!. Los  carnavales, siempre han sido de los jóvenes que no sienten frío, no le temen a la lluvia y hacen gozar al público.

                 El espectáculo era singular, yo, miraba con algún temor y alegría dicho acontecimiento, contaba con nueve de años de edad, Ticucha luchaba infructuosamente contra sus captores, era una lucha desigual, pero ella, se daba maña para tirarles barro en la camisa de los varones, barro que se creaba de las filtraciones del puquio del barrio de San Cristóbal. Era el espectáculo como antesala del baile de los carnavales en la explanada de la Capilla de la Virgen de Lourdes.

                A las tres de la tarde del mismo día, con la concurrencia masiva de la población marquina comenzó el baile alrededor del “monte”, llamada “yunza” en otras regiones del Perú. El montero  después de un arduo trabajo había plantado el día anterior en horas de la tarde al son de la caja y pincullo de “Llupico” y abundante ron, un frondoso árbol de capulí  en la explanada de la Capilla de Lourdes y el pueblo goce cantando y bailando entre todos.
La población marquina goza como espectador o bailando alrededor del monte, intercalados hombre y mujer, tomando aguardiente y cerveza, cantando ¡Wachihualito, Wachihalón!
                        Fotografía : Eduardo López Cubillas.

               Al lugar, a esas horas de la tarde llegaron hombres y mujeres de todas las edades para formar la ronda en torno al árbol. Subido a la piedra que protege la Capilla de las avenidas del río, yo miraba con mucha atención y ansiedad a los objetos que colgaban del árbol adornado con panes y cuayes, ropa de niños y damas, lavatorios, bacinicas, zapatos, globos y serpentinas, los monteros y sus invitados bailaban alrededor del monte agarrados de las manos, con las caras pintadas, con la serpentina alrededor del cuello, hombres y mujeres, al son de la orquesta. Todos cantaban, sus voces invitaban la presencia de toda la población.

               Los integrantes de la orquesta, eran lugareños, un arpa y dos violines  eran los instrumentos que ejecutaban la canción del Huachiwalito Huachiwalon alrededor del árbol tomados de las manos, intercalados entre hombres y mujeres, danzan y cantan:

Wachiwalito
Wachiwalon
Año que viene
Responderán

Dale duro
Dale cholo
Como al zapallo
Maduro

El que corta
El que tumba
Año que viene
Responderá

Wallikullé
Rokikullé
Shumac rikapekur
Wallicullé.
Varias horas dura el baile alrededor del Monte, el hacha, no tiene descanso por las parejas que cantan y bailan expresando la alegría por la fiesta de carnavales.
Fotografía : Crisell Yuli 

                       El baile alrededor del monte duraba entre cuatro y cinco horas, cantando, bailando y tomando el aguardiente alrededor del monte, ¿Por qué duraba tanto el corte de un árbol?, el hacha sin filo con la que se baila y corta apenas sacaba alguna astilla por cada pareja, quienes solo tenían que golpear en número de tres golpes por persona, entonces había constantes cambios de pareja, lo que provocaba la demora en el corte y su posterior caída del árbol; no había cansancio, casi al oscurecer se tomaba la decisión de tumbar el árbol, al caer todos los concurrentes entre hombres, mujeres y niños, corrían para rescatar los adornos.

                  Al nuevo montero lo llevaban cargado hasta su casa donde seguía la jarana, hasta las primeras horas de la madrugada, recién allí terminaba la fiesta de los carnavales, que se celebra el once de febrero de cada año, coincidente con el día de la Virgen de Lourdes.

martes, 3 de febrero de 2015


LA IGLESIA MATRIZ DE MARCA……..Jorge Humberto Flores Ríos, nos trae el recuerdo de la Iglesia Matriz de Marca, esa Iglesia incendiada el 15 de Noviembre de 1922 cuando Rosa Robles Foronda dejó una vela encendida en el altar mayor originándose el incendio más pavoroso de Marca y cuya reconstrucción se realizó con el trabajo de todos los marquinos y su alcalde Don Maximiliano Espinoza…


LA IGLESIA MATRÍZ DE MARCA 

Por: Jorge Humberto Flores Ríos

Fotografía: Cortesía Antenor Gamarra Rodriguez

En las tardes cuando nuestras miradas se pierden en el horizonte donde las sombras el crepúsculo languidecen como los años de nuestra existencia, nos invade la soledad y las distancias incurables, al recordar a la tierra amada. Sí,  a la hora del ángelus, donde las sombras del silencio caminan alados por los senderos del recuerdo, me viene a la memoria la presencia espiritual de nuestra Iglesia Matriz.

Su construcción de adobe macho le otorgaba una imponente estructura  sólida con techo a dos aguas que sostenía a un extenso tejado cubierto de musgo y dos torres de estilo barroco que imponían solemnidad, .en la torre  del costado izquierdo pendían dos campanas: una grande y otra chica, cuyos repiques guardo con celo especial, que mi primo Luis López Ríos aprendió a tocarlas con inigualado perfil artístico y al centro de la Plazuela le esperaba para abrazarlo que bajaba a toda velocidad por la escalera  ancha de peldaños altos  que se distribuían formando  la letra zeta.

A los costados todavía  quedaban rezagos de los bien cuidados  jardines de épocas anteriores, mostrándonos sus paredes de adobe  roídas por el tiempo y las lluvias invernales. Igual suerte ha tenido la parte posterior que limita con el jirón Amargura.

El atrio levantado sobre el nivel de la Plazuela estaba empedrado y antes de la puerta, había una piedra plana grande como símbolo de eternidad. La puerta de dos alas estaba adornada con dados de bronce. Y dos leones custodiaban la cerradura. El interior de la Iglesia era bellamente grandioso, al lado derecho había una Cruz Grande, según afirmaban que había sido elaborada por los misioneros. A la derecha y a la izquierda se levantaban  seis capillas tres a cada lado con labradas columnas que eran mezclas del arte gótico, barroco y churrigueresco,  revestidas con pan de oro y en el interior la pintura pincelada con colores mate, le daban solemnidad a las imágenes traídas expresamente de Europa.

El púlpito era otra joya de arte arquitectónico ni que decir del Altar Mayor,  su bóveda era semejante a la Sixtina italiana. ¿Cómo habría sido antes del  15 de noviembre de 1922, fecha en que se incendió nuestra Iglesia originado por una vela que había dejado prendida Rosa Foronda?.

Siempre que visito a la Iglesia Las Mercedes ubicada en el jirón de la Unión de Lima mi mente vuela y en lontananza sólo miro silencio y soledad, porque nunca volveremos a jugar debajo de los altares de las capillas mientras nuestros padres rezaban con sus rosario en las novenas de  mayo dedicadas a la Virgen María y en junio a San José y cuando ya adolescentes, ella ofreciéndonos la pureza de sus sentimientos en cada oración, pidiendo a Dios nos proteja y cuando volteaba a mirarnos en sus ojos el candor de su alma virginal nos arrebataba de sueños y esperanzas y cuando erguía su cabeza, una parte de su cabellera, cubría a sus senos turgentes y ahora como yo, seguro que en las tardes vencida por los años, sus ojos miran silencio y soledad. PROXIMAMENTE LAS NOVENAS.