miércoles, 27 de septiembre de 2023

 

EL CASTILLO DE SANT’ANGELO

Roma - Italia

Por: José Santos Gamarra Soto

Hace algunos años leí la novela “Ángeles y Demonios” de Dan Brown, el cual me causó mucha curiosidad e intriga por lo intrincado, esotérico y científico que contiene sus páginas al hablar de las diferencias entre la religión y la ciencia así como la materia y la antimateria preconiozado por los Iluminatis  organización formada en 1776 como una sociedad secreta en la época de la ilustración por la cofradía de los canteros Bávaros, era una sociedad escindido de la masonería y buscaban un nuevo orden a través de la ciencia y no la religión. Según los historiadores ésta orden se creó con el fin de establecer un Nuevo Orden Mundial y aumentar su poder político. Los Iluminatis se han presentado como un grupo político-económico-esotérico al acecho de las sombras, algunos afirman que los miembros de los Iluminatis de Baviera se reagruparon y fueron los responsables de la Revolución Francesa de 1789.

En esta obra de “Ángeles y Demonios” el autor nos traslada imaginariamente al Castillo de Sant’Ángelo de Roma llamado también el Mausoleo de Adriano, al que ingresamos a sus instalaciones en el año 2017 y conocer los lugares secretos y la magnificencia del castillo a pesar de su antigüedad. En la obra, los Iluminatis secuestran a cuatro cardenales Preferitys a ser Papa; los preferidos para ocupar el trono de San Pedro como nuevo Papa son secuestrados para vengar la “Purga” realizada por la iglesia católica al asesinar a cuatro representantes de los Iluminatis en el año 1668.

Sant’Ángelo ó Mausoleo de Adriano es un monumento romano construido en el año 135 del siglo II de nuestra era, al cual se llega pasando el río Tíber y el puente Santo Ángelo, a poca distancia del Vaticano, existen en éste lugar vestigios y reliquias de muchos años de historia de nuestra humanidad al ser una importante fortaleza y palacio donde Los Papas pasaban largos períodos en épocas de guerra o asedios como en 1084 cuando el Papa Gregorio VII se refugió para protegerse del Emperador Enrique IV. Asimismo el Papa Clemente VII se refugió en el Castillo Sant’Angelo durante el asedio y saqueo a Roma en el año 1527 por el Rey Carlos I de España, Emperador del Sacro Imperio Romano. La fortaleza sirvió además como prisión para la Inquisición alojando a presos ilustres como Galileo Galilei y ha servido como tumba a muchos emperadores romanos como el Gran Marco Aurelio y su hijo el Emperador Cómodo.

Nuestro ingreso al recinto y monumento histórico se debió previo pago de 13 Euros y fue de lo más enriquecedor por sus magníficas esculturas que aún se mantienen en el recinto así como sus hermosos y amplios pasillos, las paredes son de un grosor inexpugnable y algunas decoraciones que tiene del estilo renacentista a pesar de sus más de 1800 años de existencia. Existe en la actualidad en la terraza del castillo Restaurantes donde los turistas pueden almorzar con vista a Roma, algo muy peculiar que nos ofrece esta parte de la Roma antigua con sus castillos y monumentos. Al interior del Castillo existe un Museo Nacional donde se puede apreciar en el último piso colecciones de arte e historia así como reliquias del ejército italiano, se puede observar en un marco monumental restaurado el castillo fortificado y los apartamentos Papales que constituyen las colecciones heterogéneas de esculturas, restos de mármol, armas, pinturas y muebles recuperados de excavaciones realizadas dentro de sus recintos y que tienen una forma helicoidal.

Existe una larga rampa helicoidal que parte desde el atrio y da una vuelta completa al edificio hasta llegar al lugar denominado la Cámara de las Cenizas. Tienen espacios y lugares laberínticos al subir, se pueden apreciar hermosos fresnos renacentistas así como patios, logias y terrazas, biblioteca y Cámara del Tesoro (Ver los baúles de las fotografías que acompañan esta nota) y termina en el último piso en una rampa grande o terraza donde se puede apreciar al Ángel San Gabriel con espada en mano, que representa la muerte de una epidemia o peste aparecida en la Edad Media que asoló toda Roma.

Desde la terraza superior se observa las mejores vistas de la ciudad, se ve por ejemplo el “Passetto” o corredor que conecta con el Vaticano, casi un kilómetro de distancia, unos 800 metros de largo, la vía de escape de los Papas cuando había asedios al Papado, así como vistas espectaculares del río Tíber y la Iglesia San Pedro del Vaticano, vale la pena un viajecito para ver lo que describimos de esta importante reliquia histórica.



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