martes, 10 de febrero de 2015

WACHIWALITO WACHIWALON……….José Santos Gamarra Soto, nos describe el “Wachiwalito Wachiwalón”, la fiesta de los Carnavales, una de las fiestas costumbristas más celebradas por la población Marquina, el 11 de Febrero de cada año coincidente con el día de la Virgen de Lourdes, en el barrio San Cristóbal…




          WACHIWUALITO    WACHIWALON

                                           Por: José Santos Gamarra Soto

                                          

En horas de la tarde va llegando a la explanada de la Capilla de la Virgen de Lourdes del barrio de  San Cristóbal, hombres y mujeres a gozar de los carnavales, a bailar y cantar alrededor del árbol y al centro el "Montero", su esposa é invitados bailan hasta tumbar el monte.
Fotografía: Arnold Cueva Gamarra.


                   Al medio día del once de febrero de 1960, en el barrio San Cristóbal de Marca, a la altura del tercer puente del pueblo, cantidad de personas estaban agolpadas. Corrí  presuroso a ver qué pasaba, una copiosa lluvia caía sobre la ciudad, una espesa neblina cubría el espacio marquino. Desde el puente, lugar privilegiado observé que los hermanos  Pablo y Víctor Solano junto a Gamaniel Gamarra y Hitler Cubillas conocido como “Wanlan”-era el hombre más alto en Marca por ello el mote de wanlan-habían “capturado” a una hermosa señorita campesina, la arrastraron en medio de la lluvia por la calle llena de barro, era Teodora Carrión a quien cariñosamente la llamaban “Ticucha” hija de Pancracio Carrión y de Emilia Gamarra, la sumergían una y otra vez en el río de abundante caudal debajo del tercer puente de la ciudad, en el barrio de San Cristóbal, debido a las lluvias del crudo invierno, sus aguas eran barrosas, de color marrón oscuro, la chica contaba con 20 años; el público gozaba, las personas mayores decían ¡cómo en mis tiempos, she!. Así se celebraba antes ¡Wachiwalito Wachiwalon!. Los  carnavales, siempre han sido de los jóvenes que no sienten frío, no le temen a la lluvia y hacen gozar al público.

                 El espectáculo era singular, yo, miraba con algún temor y alegría dicho acontecimiento, contaba con nueve de años de edad, Ticucha luchaba infructuosamente contra sus captores, era una lucha desigual, pero ella, se daba maña para tirarles barro en la camisa de los varones, barro que se creaba de las filtraciones del puquio del barrio de San Cristóbal. Era el espectáculo como antesala del baile de los carnavales en la explanada de la Capilla de la Virgen de Lourdes.

                A las tres de la tarde del mismo día, con la concurrencia masiva de la población marquina comenzó el baile alrededor del “monte”, llamada “yunza” en otras regiones del Perú. El montero  después de un arduo trabajo había plantado el día anterior en horas de la tarde al son de la caja y pincullo de “Llupico” y abundante ron, un frondoso árbol de capulí  en la explanada de la Capilla de Lourdes y el pueblo goce cantando y bailando entre todos.
La población marquina goza como espectador o bailando alrededor del monte, intercalados hombre y mujer, tomando aguardiente y cerveza, cantando ¡Wachihualito, Wachihalón!
                        Fotografía : Eduardo López Cubillas.

               Al lugar, a esas horas de la tarde llegaron hombres y mujeres de todas las edades para formar la ronda en torno al árbol. Subido a la piedra que protege la Capilla de las avenidas del río, yo miraba con mucha atención y ansiedad a los objetos que colgaban del árbol adornado con panes y cuayes, ropa de niños y damas, lavatorios, bacinicas, zapatos, globos y serpentinas, los monteros y sus invitados bailaban alrededor del monte agarrados de las manos, con las caras pintadas, con la serpentina alrededor del cuello, hombres y mujeres, al son de la orquesta. Todos cantaban, sus voces invitaban la presencia de toda la población.

               Los integrantes de la orquesta, eran lugareños, un arpa y dos violines  eran los instrumentos que ejecutaban la canción del Huachiwalito Huachiwalon alrededor del árbol tomados de las manos, intercalados entre hombres y mujeres, danzan y cantan:

Wachiwalito
Wachiwalon
Año que viene
Responderán

Dale duro
Dale cholo
Como al zapallo
Maduro

El que corta
El que tumba
Año que viene
Responderá

Wallikullé
Rokikullé
Shumac rikapekur
Wallicullé.
Varias horas dura el baile alrededor del Monte, el hacha, no tiene descanso por las parejas que cantan y bailan expresando la alegría por la fiesta de carnavales.
Fotografía : Crisell Yuli 

                       El baile alrededor del monte duraba entre cuatro y cinco horas, cantando, bailando y tomando el aguardiente alrededor del monte, ¿Por qué duraba tanto el corte de un árbol?, el hacha sin filo con la que se baila y corta apenas sacaba alguna astilla por cada pareja, quienes solo tenían que golpear en número de tres golpes por persona, entonces había constantes cambios de pareja, lo que provocaba la demora en el corte y su posterior caída del árbol; no había cansancio, casi al oscurecer se tomaba la decisión de tumbar el árbol, al caer todos los concurrentes entre hombres, mujeres y niños, corrían para rescatar los adornos.

                  Al nuevo montero lo llevaban cargado hasta su casa donde seguía la jarana, hasta las primeras horas de la madrugada, recién allí terminaba la fiesta de los carnavales, que se celebra el once de febrero de cada año, coincidente con el día de la Virgen de Lourdes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario