miércoles, 12 de diciembre de 2018


     +++++HECHOS HISTÓRICOS DE MI TIERRA+++++
Estando muy cerca, 02 de Enero 2019 que se celebrará el 162° Aniversario de la fundación de Marca, reproducimos para nuestros lectores esta bonita Ofrenda a Marca por el Sr. David Ligorio Tolentino Bayona, ilustre marquino, que amó su tierra como ninguno…

                  OFRENDA LIRICA A MARCA

                                  Por: David L. Tolentino B.

Con la contrición del creyente que se acerca a su Dios a impenetrar la bondad de un perdón, me acerco a ti, Marca, tierra querida, acusándome del pecado de la ausencia.
Largos años han transcurrido desde que me despedí de tu dulce regazo para ambular por lejanías, y en este andar incesante, en este ir de tumbo en tumbo y de rumiar nostalgias, te he invocado siempre, porque eres la madre cariñosa que meció mi cuna humilde y me alimentó con su aire puro y cristalina fuente del “San Cristóbal”, que hiciera que mi niñez y parte de mi adolescencia discurriera lejos de lo mundano, empapadas de inocencia.
Cuantas veces mi espíritu se bañó en tus tibias alboradas con la polifonía de tus pájaros cantores, a la hora en que vibra la madre naturaleza y nos invita a renovarnos y a renacer cada día. El viento que estremece las doradas espigas de las faldas de tus cerros, me dijo con su lenguaje rumoso, que hay melodías que fluyen en tus quebradas y ascienden hasta las alturas.
Cuantas veces mi alma se inundó de belleza en las faldas de “Jancush”, cuando el cielo dejó su llanto menudo sobre el trébol que las cubría y el sol mañanero trataba de evaporarlo: todo era blanco y brillante; si las hojas temblaban, el temblar cada lágrima se transfiguraba en piedra preciosa de múltiples colores. Había que andar descubierto, descalzo y reverente para recibir su beso y no turbar la quietud de esas horas.
Cuantas veces llegué a “Plaza-punta” a ver las tumbas olvidadas, las reliquias sagradas de tu ayer, y desde allí me abismé contemplándote arrullada por tu río y por la de “Quetzcan”, bordeada de eucaliptos, con tus calles estrechas como si no quisieran que las casas se separaran; con tu plaza, escenario de tardes deportivas; el “Sháncur” de eterno centinela; el camino que se pierde por “Aliso” o por el sur, camino por donde pasaron las huestes de Hernando Pizarro; las capillas de Lourdes y San Lorenzo invitando a orar, tu vetusta Escuela con su rústico banco en donde aprendimos a leer, tus locales públicos.
 Un silencio, tal vez la paz que tanto se ansía, se adivina en ti, en medio de ese campo esmeraldino que se extiende por los puntos de la rosa naútica. ¡Cómo eres de bella tierra mía! Ni hay pincel que lleve al lienzo tus incomparables paisajes, ni hay verbo que cante tu hermosura, ni hay músico que capte y le dé forma a tus melodías, porque constituyes un conjunto homogéneo en el que riman paisajes, poesía y música. Todavía recuerdo que, cuando niño, me hablaron del gigante “Canlín” antropófago de descomunal figura que se alimentaba de seres humanos; todavía llega a mis oídos el diálogo de “Limac-jirca” que quiere devorar alguna mujer. Todavía conservo en la retina de las diferentes figuras del “Jara-puclla” con su música variada en noches de luna y en las eras del maíz recolectado. Tu clásica “Huayllashiada” que nunca morirá; tus fiestas religiosas; tus pallas de vestido inconfundible; tus “negritos”, tus “caporales”. Y en  la noche del Jueves Santo, el Crucificado en medio de un gran arco pesado formado de flores, avanzando lentamente, con gran acompañamiento de fieles, y en cada esquina, en capillas formadas con flores naturales, el “Sabat Mater Dolorosa”, como una flor de música, entonada por un coro de damas…Todo lo místico, todo lo religioso, volcado en tus calles durante una noche milagrosa.
Invocando esas reminiscencias que son muy tuyas, lejana tierra mía, te rindo pleitesía en tu centenario, porque te vestirás de gala para recibir a tus hijos pródigos como madre bondadosa que eres.

Por el tinglado del recuerdo en el que aún palpitan mis juegos infantiles plenos de sencillez, por todo el rosario de escenas en que cada cuenta es un pedazo de vida; por tus caídos en el aluvión, por los que cantaron tus glorias y tus desdichas; y porque vislumbra la aurora de mejores días, acepta, tierra querida, esta pequeña ofrenda que es el incienso de la religión que profeso.
                                                                                               Lima, 29 de diciembre de 1958

N de R.- Esta Ofrenda Lírica fue transmitida por su autor por las ondas de Radio Victoria el 29 de diciembre 1958 al finalizar las actuaciones radiales organizadas por los intelectuales, artistas y elementos representativos de la colonia Marquina conformantes del “Comité Pro-Centenario de Marca”.  El diario “La Crónica” lo reprodujo en su página editorial, en la edición correspondiente al 5 de enero de 1959 del que hemos tomado para insertar en nuestra Página del Grupo Cultural Marca en las Vertientes.

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