sábado, 9 de mayo de 2015


              EL  GIGANTE  DE  CANLIN

                      (Del Libro:  Historia de Ivo)

                         Por: José Santos Gamarra Soto

                                                 El Gigante de Canlín

CANLIN, según el cuento ó leyenda que nos contaban nuestros mayores cuando éramos niños, es el lugar donde en tiempos muy remotos existía un gigante ogro antropófago que se alimentaba solamente  de sangre humana, dicho lugar está situado en una colina llamado Canlín, desde donde se divisa hacia Huayllapampa por el lado Oeste, mientras que hacia el Este se divisa todo el territorio del Distrito de Marca, incluido Yamor. Este cuento que había escuchado desde mi niñez me había interesado de manera muy especial  y conocer algún día los lugares que se mencionan en el cuento. Lo que motivó  que el sábado 02 de Mayo, acompañado de Fidel Soto y Arcangelina Aquino me constituyera a esos lugares.

Salimos de Marca en horas de la mañana de dicho día por Mitana, Kakahuas, Agua Bendida, Kemish Jircan, Puka Rumi, Llahuac Ruri, y subimos hasta Lúcuma, lugar de descanso y pertenencias de Fidel Soto, donde comimos las ricas Chirimoyas que un día antes Julio Jesús Riquelme con su característica generosidad nos había obsequiado en Chaucayán recordando nuestros hermosos años de estudiante de primaria cuando culminamos la  promoción en el año de 1,963 en la Escuela Primara de Varones N° 1339 de Marca.
                En Lúcuma, breve descanso para comer las ricas Chirimoyas de Chaucayán.

Después de un breve descanso en Lúcuma continuamos con nuestra subida hacia las lomas de Calzón, donde nos encontramos con Esperanza Rodríguez Soto a quien cariñosamente la llaman “Eshpi”, ella se encontraba pastando tres burros de su propiedad en los abundantes pastizales de temporada que existen por esos lugares. Pasamos la loma de Calzón y llegamos a Kara Tzucu, muy cerca, casi a la misma altura y en la parte alta de Shinua está Canlín, un lugar aparentemente tranquilo pero enigmático según el cuento a donde llegamos con aparente facilidad a pesar de la cuesta que siempre es de mucho respeto, hacía abajo apreciáse Chinchehuas Ruri, lugar donde existen plantas de los ricos Kemish;  desde Canlín se observa los hermosos pueblos de Pacar, Huayllapampa, Chinchipe y Pitec hacia la parte Oeste de Marca.

       En Calzón Ruri, Fidel Soto señalando el lugar donde se habría enterrado los 
                                         calzones del Gigante de Canlín.

Inmediatamente recordamos el cuento “Del Gigante de Canlín”, otros autores ó estudiosos lo denominan el cuento de  “Kara Tzucu”, lo cierto es que estando en  Canlín observamos los parajes, caminos y lugares que se mencionan en dicho cuento que a la letra dice:

 “Dicen, que a unos cuatro kilómetros hacia el lado Oeste del pueblo  de Marca-Recuay-Ancash, en un lugar llamado Chinchehuas, había una planta de mito enorme, comúnmente llamado “Kemish”-planta silvestre que tiene el tallo muy grueso-en los carcomidos troncos vivía un gigantesco monstruo en forma de esqueleto humano, que usaba sombrero ¡muy grande…de cuero! Era  Kara Tzucu; En aquellos tiempos ese lugar era muy peligroso para los viajeros o personas que pasaban a solas por allí, eran victimados por el maldito ogro que solamente se alimentaba de sangre humana; junto al inmenso tronco ya había rumas de huesos humanos.
La gente que sabía de la existencia de éste monstruo caníbal, no se acercaba por esos lugares, el maligno ogro al ver que no tenía presa, subía a buscar a la punta de Canlín que quedaba muy cerca al sitio, cuando el hambre lo acosaba-comentaban-el monstruo caminaba y caminaba, el corazón que llevaba colgado entre su esqueleto sonaba como una campana, tal sonido era-Can lín-  Can lín-   Can lín…
Hasta entonces el monstruo ya había devorado a mucha gente entre hombres y mujeres, era insoportable su perniciosa existencia. Un día el pueblo se reunió y acordó eliminar a Kara Tzucu. Sin perder tiempo marcharon con dirección al lugar, donde se encontraba el maligno, cientos de personas armados de palos, piedras y ondas. Cuando el maligno se encontraba divisando alguna presa en la punta de Canlín, la multitud pudo dar fin al maligno – Kara Tzucu – descuartizándolo en partes su cuerpo, pero los órganos descuartizados seguían con signos de vida.
Ya descuartizado el cuerpo de Kara Tzucu la gente se disponía a enterarlo en distintos lugares y distanciados uno de otro órgano,  creyendo que si se enterrara en un solo lugar podría revivir. De esa manera comenzaron a enterrar su cuerpo, cabeza y sombrero en el lugar que actualmente se llama Kara Tzucu(Sobrero de Cuero)…su corazón lo enterraron en la punta de Canlín desde donde divisaba cuando tenía hambre, sus calzones fueron enterrados en Calzón Ruri, su garganta en Tocña, sus brazos fueron llevados a Ricrahuaz y su dentaduras en el lugar llamado Ruqui Kirún, muchos otros sitios han sido olvidados al pasar los años.
De la punta de Canlín se divisa los hermosos valles de maizales y de dorados trigales de Pacar, Ullunto, Shauta, Mayoyarca, Huamancayán, Llapta, hacia el Este se divisa Churap, Colca, Anca, Cashapampa y otros con sus finos senderos y sus pequeñas lomas que son parajes del hermoso pueblo de Marca”.
         En las lomas de Calzón, "Eshpi" conversando con Fidel y "Allca" como buenos 
                                     vecinos en la jurisdicción de Lúcuma.
                     Kara Tzucu y Canlín, colinas del cuento del Gigante de Canlín

                             Hacia "Washahuacta" se aprecia Ulluntu y Shauta.
            Desde Kara Tzucu, se observa hacia el Oeste a Chinchipe y Pítec.

 Bajando de Cochucequia, Fidel tomando agua del duro trajín por la dificultad existente.

              Hacia el Este, Churap y sus pertenenencias, apréciase Chinchipampa.

      En Curcu, dificultad extrema para movilizarse, por la no existencia de caminos y lo crecido                    de los pastzales de invierno, realmente nos hizo penar más que en las caminatas.

Este cuento, que había escuchado desde niño, repito, es un clásico de la literatura Marquina, el cual perdura a través del tiempo, contándose de generación en generación como cada uno de los cuentos, mitos y leyendas que existen en nuestro hermoso Distrito de Marca.



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