martes, 12 de mayo de 2015

               
                     P  U  N  K  U

                           (Del Libro : HISTORIA DE IVO)

                                  Por: José Santos Gamarra Soto (Dolton)

               Desde la Plaza de Armas de Churap: Punku y Velásquez Kuta.

“Punku” en Runasimi es Puerta, Punku es el lugar de entrada a Chinchipampa, territorio de abundantes pastos naturales en épocas de invierno, que sirve al Distrito de Marca como despensa para los ganaderos bien sea vacunos, lanar ó caprinos y donde se hacen los ricos quesos para el consumo humano y venta al público, éste paraje había sido de gran incógnita para mí, cuando niño, me preguntaba ¿Como puede existir piedras y rocas del tamaño y formas caprichosas que la madre naturaleza ofrecía a nuestros ojos? ¿Estaban hechas por el hombre?, el hecho de existir una sola entrada y salida hacia Chinchipampa ya era una incógnita difícil de resolver, éste lugar pertenece a la jurisdicción del anexo de Churap, Distrito de Marca, Provincia de Recuay, Departamento de Ancash.
     Entrada de Punku, enigmáticas figuras de Roca Maciza, Piedras y Arena.
                              Fotografía: Rider Carrión Soto

Hace un mes, con motivo de una de la Caminatas, visitamos Punku después de casi sesenta años, lugar recordado por todos los que vivieron o pasaron por aquel sitio hacia Chinchipampa; cuando llegamos a Punku estaba todo igual a pesar del paso del tiempo, las piaras con sus vacas, “Ushas” y Cabras, como siempre en las mañanas esperando ser ordeñadas, los hatos con su aspecto acogedor para la instalación de familias enteras, los corrales llenos de lodo meados y excrementados como antaño cuando era una de las tareas que me encomendaba mi madre sacar los becerros, entrar en ellos era una proeza por la abundancia de estos elementos ó cuando teníamos que cuidar que los becerros no se escapen y tomen la leche antes de ser ordeñadas, había que “tesar” con un palo grueso y fuerte en la puerta de las piaras especialmente construido para ellos. Eso es Punku, lugar de nostálgica recordación y alegre realidad que perdura y persiste a pesar de los años y generaciones vividas.
               Los Hatos y Corrales  de Punku con las "Ushas" y Cabras, antes del pastoreo.
                                               Fotografía: Lehli Sánchez Cubillas   

Antiguamente era común el matrimonio de hermanos contra hermanas, tal era el caso de mis padres, dos hermanos y un primo se habían casado con tres hermanas, Plácido Gamarra Méndez, Teodoro Espinoza Cubillas y Brindis Gamarra Cubillas eran hermanos y primos entre sí, mientras que Felicia, Fildelfia y Elpidia Soto Padilla eran hermanas casadas con los anteriormente nombrados, éste hecho mantenía unida a la familia, cosa que en épocas de invierno las tres unidades familiares vivían en Punku incluido los hijos, se vivía en los hatos y cuevas que como herencia de su madre había adquirido mi progenitora y sus hermanas, herencia de mi abuela Tomasa Padilla Ferrer propietaria de grandes territorios y pastizales con hatos y corrales, quien  había heredado de mi Bisabuelo Félix Padilla, quien a su vez heredaría inmensos territorios de mi Tatarabuelo Dn. Lorenzo Padilla.
            La formación de inmensas paredes de roca maciza se puede observar en Punku. 
                                          Fotografía : Lehli Sánchez Cubillas    

Corría el año de 1951, aquellas familias que vivían en Punku, cada fin de semana tenían que trasladarse a la ciudad de Marca y comprar provisiones como la sal, azúcar, pan, fideos y cuajos para hacer queso, una tarde del mes de Marzo y estando en época de invierno sucedió un hecho singular en el río de Churap a la altura de Yaco Cuna; mis padres y mi tío Teodoro se dirigían a Marca por provisiones para la semana, mientras algunas tías, primos y primas así como mi hermano Ciro quedaban en Punku al cuidado de los animales, yo contaba con escasos 2 meses de edad por haber nacido el 02 de Enero del mismo año, mi padre me cargaba sobre sus brazos con dirección a Marca; bajando desde Punku llegamos al río de Churap donde existía un “Waru”, que era una especie de puente con un solo palo de eucalipto que atravesaba el río de canto a canto, el cual se tenía que pasar haciendo equilibrio, el río  de abundante caudal por ser época de invierno era de color marrón oscuro,  al pasar el río, mi padre en forma circunstancial, por lo mojado del palo de eucalipto resbaló y cayó al río soltándome a las turbulentas aguas del frío invierno.
                              Hombre pasando el río de Churap por un "Waru"
                                        Fotografía: Lehli Sánchez Cubillas

El caudal me llevaba cual porongo vacío río abajo; mi madre antes de salir de Punku me había envuelto de pies a cabeza con una manta y con un “Wachtcu”; es costumbre en nuestro pueblo que los niños recién nacidos sean “amarrados” de ese modo para que los brazos y piernas así como la columna vertebral del infante no tenga malformaciones posteriores y crezcan “derecho”; mi aspecto era como del hijo del Faraón Egipcio encontrado en las catacumbas, momificados cubiertos de pies a cabeza, los Egipcios del neolítico enterraban a sus muertos con el cuerpo momificado hace cuatro a cinco mil años, parecido a ello me encontraba amarrado de pies a cabeza, debido a ello al caer al río, yo flotaba a pesar  de ser arrastrado por las torrentosas  aguas del frío invierno,  y no me sumergí;  en una reacción rápida mi tío Teodoro  corrió orillando el río cien metros más abajo, luego a nado me rescató de las turbulentas aguas del río, salvándome así del primer percance a mis escasos dos meses de vida. Mis padres pensaron que me había ahogado, sin embargo me encontraba sano y salvo a pesar del gran percance sufrido.
                         Entrando a Chinchipampa, por el lugar denominado Punku.
                    El Hombre y los animales pueden pasar fácilmente hacia Chinchipampa.

Punku, entrada y salida de Chinchipampa, es un lugar enigmático, de grandes y variadas anécdotas, cuentos y leyendas, cuando contaba con seis años de edad, una tarde cuando el sol en su ocaso diario estaba muy cerca a Punku, desde la plaza de armas de Churap toda la población observaba atónito un espectro de color blanco que se trasladaba por el camino hacia Punku, era un objeto de color blanco que los lugareños llaman “alma”, muy cerca a los hatos y corrales  de Punku se observaba desde la plaza de Armas de Churap ésta cosa ú objeto blanco del tamaño de un  hombre, se trasladaba por el camino rumbo a la entrada de Punku, los pobladores manifestaban que era un alma en pena que  subía a Punku y era la hora indicada(cuatro de la tarde) que las almas salen en pleno día por los caminos y campos, son los que están “apurados” por ello salen en horas de la tarde decían los lugareños, aparentemente se movilizaba dicho espectro hacia la entrada de punku, causando gran conmoción y miedo a la población quienes manifestaban que era el alma de un poblador, semanas más tarde murió en el anexo de Churap dicho poblador.
               En el ocaso del sol, muy cerca a Punku se observaba el espectro humanoide.
                                            Fotografía : Analí Espinoza Padilla.

Tres años antes de aquella fecha, estando en el mes de Mayo del año de 1,954, luego del paso de invierno de aquella temporada, Dn. Erasmo Padilla Sánchez y esposa doña Clara Ríos junto a sus ocho hijos Susano, Adán, Eva, Elsa, Bonifacio, Nila, Rosalinda y Maura, se quedaron a vivir un tiempo más en “Chupa”, lugar de abundante pastizal de la jurisdicción de Chinchipámpa, se quedaron hasta después del invierno por la abundancia de pastos naturales que existían por esos tiempos hasta el mes de Mayo- Junio. Por aquellos años no se tenía ni noticias del calentamiento global ó efectos invernaderos como en la actualidad, los pastos naturales duraban por Chinchipampa hasta los meses de Mayo ó Junio lo que motivaba quedarse a algunos ganaderos unos meses más por aquellos lugares. Ellos vivían en Chupa donde tenían su hato, hacia el sur de Chinchipampa.
                              Hacia el Sur se observa Chupa, lugar donde llegó el Oso.

Una tarde del mes de Mayo, en las inmediaciones de Chupa, ven con gran estupor y asombro la figura de un oso de color negro que en esos momentos se encontraba sacando pitajayas de su planta; "Estaba Shishando la Huacca”, al ver a éste animal no conocido por ellos, dejaron despavorido su vivienda y sus pertenencias y junto a sus hijos huyeron con dirección a Churap y dar cuenta de lo ocurrido a los pobladores, quienes dos días después marcharon con escopetas y armas en mano para dar muerte al animal.
          El Oso de Anteojos llamado Oso Andino, su habitát es entre 2,000 a 4,000 msnm.

Por aquellos años existían en Churap algunos reservistas quienes habían servido al ejército y portaban escopetas y otras armas entre ellos se encontraba Florentín Padilla Aguirre, Víctor Padilla Aguirre, Erasmo Padilla Sánchez, Cesáreo Cueva Padilla, Antolín Padilla Aguirre, Laurencio Padilla Silva, con el acompañamiento de Brindis Gamarra Cubillas, Teodoro Espinoza Cubillas, Plácido Gamarra Méndez, Lauro Padilla Gamarra y Pompeo Padilla Aguirre, quienes marcharon con dirección a Chupa en busca del animal y darle muerte.
                                              Descanso, muy cerca a Punku

Pero la historia que se había tejido en torno a este animal era de lo más variado y pintoresco, algunas historias eran inverosímiles, se decía que el Oso cargaba solo a mujeres solteras y se lo llevaba a lugares de difícil acceso entre los abismos y lugares inaccesibles, las dejaba allí para luego regresar en las tardes con comida para su rehén, en otras oportunidades llevaba frutas para la secuestrada. Algunos manifestaban que a futuro serían los nuevos habitantes de Churap, y que dicho Oso estaba en plan de reconocimiento del lugar donde debería vivir los futuros habitantes. Todas estas conjeturas se hacía por desconocimiento; que al parecer era un Oso de Anteojos, llamado Oso Andino, éstos osos pueden llegar a medir hasta 1.90 m de alto y pesar más de 150 Kg., son de hábitat diurnos, solitarios, omnívoros, terrestres, de alimentación vegetariana, como los cactus, por ello le gustaba las pitajayas.
                                 Pumahuayin y Cuyoc Rumi, desde Hatun Jirca.

Estos osos existen en toda la región andina de Sud América y en la Cordillera de los Andes, posiblemente habría bajado de su hábitat, teniendo en cuenta que Chinchipampa está a menos de 2,500 msnm., temporalmente cuando escasea el alimento migran a otros territorios o simplemente se perdió talvez desde las alturas de Huayllacayán, Yamor ó Mallao. Por la superstición de los campesinos se cree que sus grasa son medicinales, sus pieles un valioso producto de comercialización como pellejos ó alfombras en el piso para el tendido de las camas de dormir. Urge un trabajo de recuperación de éste y otros animales, se debe salvar su extinción, considerando el terreno y las condiciones climáticas de su zona nativa.
                                      Oso de Anteojos, en su habitát natural.

Al marchar los pobladores desde Churap en busca del Oso, lo encontraron hacia el norte de Chupa, en el lugar denominado “Tzackra”, a la altura de Chihua Cuta, comiendo “Upa” conocido en otras regiones del Perú como “Chupaya”, que consiste en una especie de Cactus con abundante líquido. Rodearon al oso sigilosamente, lo cercaron entre todos, los que portaban armas iban adelante, estando muy cerca se apostaron frente al Oso para descargar las mortíferas balas que impactaron en el cuerpo del pobre animal, varias balas habían alcanzado el cuerpo del Oso, muerto el animal lo llevaron al pueblo en “Kirma”, especie de camilla que sirve para trasladar enfermos o muertos, donde los familiares esperaban angustiados el desenlace del encuentro con el Oso. “Chicharrones de Oso” fue el potaje que se comió ese día, dejando gran parte de la carne para los “Charquis” correspondientes que semanas y meses más tarde comerían los pobladores con agrado. El pellejo fue guardado como trofeo de guerra  por alguno de los pobladores y las grasas para ser utilizados como ungüento para algún mal muscular ó contra las picaduras.
               Los Caminantes de "MARCA AVENTURA" haciendo un descanso en Punku.
                                           Fotografía : Lehli Sánchez Cubillas.

Punku, hermoso lugar donde familias enteras Churapinas y Marquinas han vivido y seguirán viviendo con sus vacas, cabras y ushas, sacando leche y haciendo queso en épocas de invierno; es un lugar que nos trae muchos recuerdos por donde pasábamos  a Chinchipampa y proveernos de una buena dotación de los ricos Kemish y las Huaccas; el cual seguirá por años y épocas  y  Persecula Seculorum…



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