viernes, 26 de febrero de 2021

 

EL AÑÁS…

*****COSTUMBRES Y TRADICIONES DE MI TIERRA*****

Escribe: José Santos Gamarra Soto

¿Quién no ha olido la fragancia o el “perfume” del Añás? sea en el campo o en la ciudad, pestilente olor que invade nuestros pulmones y permanece en ellas por varios días, dando la sensación de su permanente presencia de éste animal rastrero, algunos lugareños lo asocian con los espíritus de algún poblador próximo a morir, creencias que en nuestra ciudad de Marca, provincia de Recuay, departamento de Ancash perduran y perviven a través del tiempo y continuarán con sus matices y cambios como alimento que nutre nuestra historia y nuestra cultura andina.

En sementeras bien cuidadas por sus dueños durante la noche existen animales que hacen daño los sembríos como el Añas llamado así al Zorrillo, un animal depredador de los maizales y pobre de aquel que tiene la mala suerte de toparse con el Añás en algún lugar, sea en las chacras o en la ciudad cuando te encuentras en la oscuridad de la noche el Añás en señal de defensa levanta la cola y las patas traseras para expulsar su odorífera orina después de producir un sonido estridente o chillido. Es costumbre en Marca poner “Añaco” como sobrenombre al poblador de baja estatura, astuto y un tanto malévolo.

El Añas puede apuntarle a la cara de su enemigo a una distancia de dos metros o más y se da tiempo para escapar, expulsa un olor fétido que te puede provocar una toxicosis por el “aerosol” del zorrillo que demora varios días en desaparecer, el olor es sumamente fuerte y supera ampliamente cualquier perfume que un ser humano pueda proveerse para asistir a una fiesta, los perfumes de Giorgio Armani o de Gianni Versage son simples alcoholes de bajo grado frente a la orina pestilente del Añás.

Existen otros animales como el Puma que se lleva a los Chanchos, el Zorro a las Ovejas, la Comadreja llamadas “Huehuash” a las gallinas, huevos, cuyes y demás animales domésticos; es decir, en el campo se tiene que lidiar con estos animales salvajes. El Añas o Zorrillo destroza el maizal y sólo come una parte del choclo, la parte más tierna. Arrasa con el maizal haciendo prácticamente una era, parece que lo hiciera a propósito, los tumba al suelo a la planta del maíz que con tanto esfuerzo siembran y cuidan los agricultores, por ello la frase del poblador:

-        Añas tzocklluta mikushka – El zorrillo se ha comido el choclo.

A la mañana siguiente, el agricultor se levanta muy temprano en el campo para continuar con la misma tarea del día anterior; y así, día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año. Un recuerdo que me viene a la memoria en las chacras de Cochacar, es el chacchado de coca que acostumbraba hacer mi padre antes de dormir en horas de la noche precisamente cuidando que este animal rastrero llamado Añas no haga daño a nuestro maizal, para ello poseía su Runcu -bolsa o talega con coca- y el Chacchapuru -poronguito con cal- y el cigarro nacional sin filtro. Cuando mi padre chacchaba la coca, me gustaba dormir olvidándome del añas, zorro, puma, comadreja o zorrillos, me acurrucaba aún más al lado de mi padre para tener un sueño placentero.

Fuente: “Historia de Ivo” Autor: José Santos Gamarra Soto

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