martes, 11 de febrero de 2025

 


***HECHOS HISTÓRICOS DE MI TIERRA***

 

LOS CARNAVALES DE MARCA

Un día como Hoy

Jueves 11 de febrero de 1960

Wachicualito Wachihualón

Por: José Santos Gamarra Soto


En el calendario marquino existen fiestas tradicionales del pueblo durante todo el año, uno de ellos es el 11 de febrero, la Fiesta de los Carnavales de Marca, la primera fiesta popular del año. En el mundo católico ese día se celebra desde el año 1858 a la Virgen de Lourdes, debido a su aparición en Lourdes, Francia. En la ciudad de Marca se celebra en conmemoración a ello y su estratégica ubicación-se argumenta que la inmensa roca que antecede a la Capilla de la Virgen de Lourdes de Marca menguó el aluvión del 10 febrero de 1912 porque sino la catástrofe hubiera sido mayor. La festividad de Los Carnavales se celebra cada año coincidente con la fecha del 11 de febrero día de la Virgen de Lourdes.

“El Monte” de 1960

Al mediodía del jueves 11 de febrero de 1960 en el barrio San Cristóbal de Marca, a la altura del tercer puente del pueblo, había una buena cantidad de personas que estaban agolpadas en dicho puente. Corrí presuroso a ver qué pasaba, una copiosa lluvia caía sobre la ciudad, una espesa neblina cubría el espacio marquino. Esa tarde desde el puente, lugar privilegiado observé, que los hermanos Pablo y Víctor Solano junto a Hitler Cubillas Espinoza conocido como “Wanlan”-era el hombre más alto de Marca por esos tiempos, por ello el mote de wanlan-habían “capturado” a una hermosa señorita campesina, la arrastraron en medio de la lluvia por la calle llena de barro, era Teodora Carrión Gamarra a quien cariñosamente la llamaban “Ticucha” hija de don Pancracio Carrión y doña Emilia Gamarra, la sumergían una y otra vez en el río de abundante caudal debajo del tercer puente de la ciudad en el barrio de San Cristóbal, debido a las lluvias del crudo invierno, sus aguas eran barrosas, de color marrón oscuro, la chica contaría con 20 años; el público gozaba, las personas mayores decían ¡cómo en mis tiempos, she...!. Así se celebraba antes el ¡Wachiwalito Wachiwalon! Los carnavales siempre han sido de los jóvenes que no sienten frío, no le temen a la lluvia y hacen gozar al público.

El espectáculo era singular, miraba la escena con algún temor y alegría al mismo tiempo dicho acontecimiento, yo contaba con nueve de años de edad. Ticucha luchaba infructuosamente contra sus captores, era una lucha desigual, pero ella con supremo esfuerzo se daba maña para echarles lodo y mucho barro al cuerpo de los varones, barro que se creaba de las filtraciones del puquio del barrio de San Cristóbal. Era un espectáculo circunstancial que se había creado con motivo de la fiesta y como antesala de la fiesta y baile de los carnavales que se realiza aña tras año en la explanada de la Capilla de la Virgen de Lourdes.

A las tres de la tarde del mismo día, con la concurrencia masiva de la población marquina comenzó el baile alrededor del “monte”, llamada “yunza” en otras regiones del Perú. El montero después de un arduo trabajo había plantado el día anterior en horas de la tarde, al son de la caja y pincullo de don “Llupico” y abundante ron, un frondoso árbol de capulí en la explanada de la Capilla de Lourdes y el pueblo goce cantando y bailando entre todos. Al lugar, a esas horas de la tarde llegaron hombres y mujeres de todas las edades para formar la ronda en torno al árbol. Subido a la piedra que protege la Capilla de las avenidas del río miraba con mucha atención y ansiedad los objetos que colgaban del árbol adornado con panes y cuayes, ropa de niños y damas, lavatorios, bacinicas, globos y serpentinas, los monteros y sus invitados bailaban alrededor del monte agarrados de la mano, con las caras pintadas, con la serpentina alrededor del cuello, hombres y mujeres, al son de la orquesta. Todos cantaban, sus voces invitaban la presencia de toda la población.

Los integrantes de la orquesta, eran lugareños, un arpa y dos violines eran los instrumentos que ejecutaban la canción del Wuachiwalito Wachiwalon alrededor del árbol tomados de las manos, intercalados entre hombres y mujeres, danzan y cantan:

Wachiwalito wachiwalon

año que viene responderá

dale duro dale cholo

como al zapallo maduro

 

El que corta el que tumba

año que viene responderá

wallikullé rokikullé

shumac rikapekur wallicullé. 

 

El baile alrededor del monte duraba entre cuatro a cinco horas, cantando, bailando y tomando el aguardiente, mucho ron, cerveza no había, prácticamente se prohibía su consumo por el frío reinante y  la costumbre por aquellos tiempos ¿Por qué duraba tanto el corte de un árbol?, el hacha sin filo con la que se baila y corta apenas sacaba alguna astilla por cada pareja, quienes solo tienen que golpear en número de tres golpes por persona, entonces existe constantes cambios de pareja, lo que provoca la demora en el corte y su caída del árbol; no había cansancio, casi al oscurecer se  tomaba la decisión de tumbar el árbol. Al caer el árbol todos los concurrentes entre hombres, mujeres y niños, corríamos para rescatar los adornos.

Al nuevo montero los concurrentes lo llevaban cargado sobre sus hombros, los que continuarían con la fiesta en casa del nuevo montero donde continuaba la jarana, hasta las primeras horas del día siguiente, recién allí terminaba la fiesta de los carnavales, que se celebra el once de febrero de cada año, coincidente con el día de la Virgen de Lourdes.

 



 

*****HECHOS HISTÓRICOS DE MI TIERRA*****

 EL ALUVION DE MARCA

Un día como Hoy 

Sábado 10 de febrero de 1912

¡Muerte de 26 Marquinos!

 

Por: José Santos Gamarra Soto


El atardecer del 10 de febrero del año 1912 la fuerte lluvia y los truenos que desde hacía siete días y siete noches en forma ininterrumpida e intensa caía sobre la ciudad de Marca, hacía presagiar una desgracia de proporciones. El agua golpeaba con insistencia el techo de las humildes casas que compartían cada una de las familias en el pueblo de Marca; distrito ubicado en la vertiente occidental del departamento de Ancash, cuyo río lleva el nombre de Río de Marca y cuyas aguas llegan al Océano Pacifico con el nombre del Río Fortaleza.

 

A las 6.30 p.m., de dicho día se escuchó un estruendo en el cauce del río a la altura de Karka Upianán, era un golpe seco, parecía que se había caído el Shancur o parte de ella, era un ruido estruendoso y ensordecedor que se escuchó, único aviso sobre lo que sucedería minutos después.

En los siguientes minutos siguió un silencio sepulcral, todos se miraron, silencio que precedió a los gritos de los pobladores cuando ya todo era tarde. El barro moreno avanzaba llevando consigo semovientes, piedras, troncos y animales; ¡Horror!, era la primera vez que se veía ese fenómeno de la naturaleza. La inundación no dio tiempo a ninguna medida preventiva y muchos vieron despavoridos como el lodo ingresaba por el Jirón Grau, Plaza de Armas, luego a sus casas, la fuerza del agua era descomunal. La gente salió despavorida de sus casas, pero ya era tarde, el río avanzaba borrando casas, huertas, animales, fueron miles, sino millones de metros cúbicos de agua y lodo que siguieron el cauce del río, el barro marrón oscuro que llevaba ese día precedía la muerte de aquel crudo invierno, que cobraría la vida de 26 marquinos y cientos de heridos, quedando anegada casi toda la ciudad.

 

Según informes de la época, al norte de la ciudad de Marca, al frente de Aliso, en los lugares denominados Atogtanan, Chichispuquio y Tamboqaqa hubo derrumbes en los cerros por efectos de una lluvia torrencial que no cesaba en días, lo que embalsó el cauce del río, aumentando su volumen, que a velocidad arrasó cuanto encontró a su paso, piedras de gran tamaño y destrozó la parte céntrica de la población con dolorosas pérdidas humanas y un sinnúmero de heridos, el pueblo quedó aislado porque el único puente de cal y canto que los unía fue destruido por el aluvión quedando un conglomerado de enormes piedras en la plaza mayor.

 

Días más tarde llegaron el párroco de Cajacay así como el obispo de la Diócesis de Huaraz, quienes organizaron peregrinaciones a los lugares de Atogtanan, Chichispuquio y Tamboqaqa, pidiendo al creador que aplaque su ira y que no se repita flagelo igual. El sacerdote y el obispo rezaron secundados por los peregrinos, echando bendiciones con agua bendita en los lugares indicados. Esta desgracia inspiró a Justo P. Gamarra el huayno “Las Ruinas de Marca” estando en Chaucayán, se dice al ver sobrevolar un cóndor, única composición de este trovador, porque su sino fue adverso.

 

 

RUINAS DE MARCA

Letra y Música de Justo P. Gamarra

 

Una noticia me tiene

me tiene atormentado

sí será cierto mi cóndor

hecho una playa mí pueblo.

 

Sábado diez de febrero

ay que tarde tan fatal

desde los niños y viejos

aluvión se los llevó.

 

Rango de villa tuviste

ay mi desgraciada Marca

a tus hijos progresistas

hasta sus huesos molió.

 

Veintiséis almas de Marca

perecen aquella tarde

ciento y tantos escaparon

nadando como los peces.

 

Toda la caja del río

está teñida de sangre

veintitantas coyunturas

buscando han encontrado.

 

Desde el cielo ha bajado

un velo negro de tul

hasta los cerros de Marca

lloraron esta desgracia.

 

 


domingo, 9 de febrero de 2025

 

*****HECHOS HISTORICOS DE MI TIERRA*****
COLEGIO NACIONAL MIXTO SAN LORENZO DE MARCA
                 18° ANIVERSARIO

Visita al colegio San Lorenzo de Marca por los integrantes de la Asociación de Ex-Alumnos-AEA, el 31 de octubre de 1984 con motivo de su 18° Aniversario del colegio, en la fotografía el Sr. José Santos Gamarra Soto haciendo uso de la palabra en su calidad de presidente de la AEA.
Fotografía: Clarisa Bautista Flores



 

PROMOCIÓN “VANGUARDIA SANLORENCINA 1970”
BODAS DE ESMERALDA: 1970 – 2025
55 AÑOS

La Primera Promoción "Vanguardia Sanlorencina 1970" está cumpliendo este año sus BODAS DE ESMERALDA, por tal motivo invitamos a los integrantes de dicha promoción y a todos los Sanlorencinos en General escribir alguna historia o anécdotas de nuestro paso por sus aulas...

“LOS SOLDADOS INCORREGIBLES”


Escribe: José Santos Gamarra Soto
Diciembre de 1970 nos tocó escribir una de las páginas más brillantes de nuestra historia, como alumnos de la promoción del Colegio Nacional Mixto San Lorenzo de Marca, una de la más celebradas en nuestra memoria, tal vez por la trascendencia que significaba para el colegio; era la primera vez que una comitiva de profesores y alumnos del colegio visitaba a los distritos de Huayllapampa, Tapacocha y Cotaparaco, pueblos extraños pero con costumbres similares a la nuestra, aquel año el 31 de mayo de 1970, el terremoto en grado 7.9 había asolado el departamento de Ancash con muertes y destrucción, recordado como la peor catástrofe telúrica de todos los tiempos. El Colegio quedó en escombros, el coraje de los marquinos se puso de manifiesto y se inició su reconstrucción en su local propio, encabezada por el director del plantel profesor Cliford Bautista Gago.
En ese fatídico año de 1970 el Ministerio de Educación por falta de presupuesto determinó que no existiera el quinto año de educación secundaria en el colegio de Marca, pero gracias a la iniciativa y gestión del director, profesores y padres de familia se pudo conseguir ya en el mes de mayo de dicho año se dicte el quinto de secundaria. Entonces, el director nos instó mediante sendas cartas muy sentidas de invitación para nuestro retorno de los alumnos que ya nos encontrábamos estudiando en otros colegios de la capital y provincias. Pudo más nuestro amor al terruño para que dieciséis valientes y corajudos alumnos retornemos de los veinte que éramos, todos ellos integrantes de la promoción “Vanguardia Sanlorencina” y regresar a terminar nuestro ciclo de educación secundaria en el glorioso colegio de nuestra tierra.
Dos meses y medio después del terremoto, el 13 de agosto de 1970 el colegio comenzó a funcionar en su local propio en aulas precarias techadas con ramas de eucalipto y aliso; algunas otras en aulas prefabricadas, finalmente por decisión de la dirección del plantel construimos aulas rústicas de adobe hasta darle forma de un salón de clases. La catástrofe no nos arredró, por el contrario, nos creó inmensas fuentes de inspiración y coraje para que Marca siga teniendo su colegio secundario, por ello afirmamos que fue trascendental el viaje de excursión que hizo la promoción en diciembre del mismo año a los pueblos de Huayllapampa, Tapacocha y Cotaparaco. En el colegio cursaban estudios alumnos de aquellos y otros pueblos vecinos que aún no contaba con colegio secundario. Vanguardia Sanlorencia tenía la delicada misión de demostrar en dichos pueblos no solo una adecuada educación, sino también un alto nivel cultural y académico que en corto tiempo tendríamos que ser buenos profesionales por la calidad educativa que se impartía en el colegio.
Al llegar a Huayllpampa el 07 de diciembre de 1970 al mando del director del plantel y los profesores Santos Dextre Delgado y César Sánchez Solís, formados en la plaza de armas, uno a uno fuimos tomados como “huésped” por cada uno de los alumnos de primaria de Huayllapampa. Siguiendo las indicaciones de nuestros profesores en la noche teníamos que reunirnos para presentar la velada-literario-musical, escenificando como número central la obra teatral de “LOS SOLDADOS INCORREGIBLES” de transcendencia histórica para nuestro colegio porque dicha obra teatral duró por muchos años hacia adelante interpretado por alumnos que nos seguían en el colegio. Esta presentación dejó huellas imperecederas a nuestros alumnos de años posteriores. Días antes de salir en excursión el director nos dio alguna explicación de que se trataba. Los alumnos supimos interpretar inmediatamente que la obra se trataba sobre la historia de soldados reclutas que llegan de provincias y experimentan una serie de abusos al ingresar a los regimientos, era interpretar la vida de los soldados rasos que siempre tienen problemas al ingresar a los cuarteles.
Para aquella presentación el director del colegio nos explicó oralmente el desarrollo del mismo, no tenía guion, solo habíamos ensayado en una oportunidad en el aula del quinto año, cuyo elenco teatral estaba conformado por los siguientes alumnos:
Cabo : José Santos Gamarra Soto
Soldado Mamani : Juan M. Quispe Silva
Soldado Condori : Orlando Falero Ferrer
Soldado Choquehuanca: Jaime Soto Zarzosa
Soldado Pequeñin: Edgar D. Gómez Quispe
Ya instalados como huésped en Huayllapampa en horas de la tarde nos reunimos con mis amigos Juan Quispe Silva y Javier Soto Méndez quien sabía tocar guitarra para interpretar algunas canciones de nuestro repertorio marquino, por el frío reinante, no olvidemos que Huayllapampa está ubicado en zona más alta que Marca, promediando las cinco de la tarde alguien compró una botella de anisado para contrarrestar el frío de la noche cuyo manto empezaba a cubrir la ciudad, excediéndonos un poco en el consumo, a tal punto que el director había sido comunicado de nuestro mal proceder y cuando llegó el director sentenció: ¡Se regresan a Marca los tres en este momento!, allí surgieron las voces serenas y calmadas de los profesores Dextre y Sánchez abogando por nosotros. Al perdonarnos de nuestro mal proceder, nos comprometimos a responder con entereza en cada uno de nuestros papeles como actores, ya se avecinaba la hora de la velada-literario-musical, las luces del petromax se habían encendido en la plaza de armas y aún manteníamos los estragos del anisado, siendo las ocho de la noche y previo lavado de cara con agua helada, en realidad fue todo un baño con agua fría a esas horas de la noche, ingresamos al escenario para interpretar “Los Soldados Incorregibles”, era el número central, y ¡Vaya! ¡Qué emoción! ¡Nos salió a la perfección!, con verdaderas patadas y puños que los espectadores no podían creer lo que estaban viendo, los efectos del anisado todavía estaba en nosotros.
Al concluir la escena nuestros profesores nos felicitaron con mucho entusiasmo quedando saldado de alguna manera nuestro equivocado comportamiento, sin embargo, no pudimos repetir dicha actuación en Tapacocha, ni en Cotaparaco a pesar que nos dieron un cuartito de anisado antes de cada velada para eliminar los nervios. Al día siguiente jugamos el partido de fútbol contra el seleccionado local al que vencimos por dos goles a uno en plena lluvia. Al tercer día muy temprano, emprendimos viaja a Tapacocha jugando en su plaza de armas la misma tarde el encuentro de fútbol contra los Tapacochanos ganando por cinco goles a uno, a pesar de problemas de visión en el campo por la neblina existente en la plaza de armas, casi no se veía a más de 3,800 msnm, que está situado dicho distrito.
Continuando con nuestro periplo al siguiente día muy temprano emprendimos nuestro viaje rumbo a Cotaparaco, bajamos de la altura de Tapacocha, el camino parecía un hilo prendido en la cumbre, cruzamos el río y llegamos a ese bello distrito de gente hospitalaria, destacando la labor del director de la escuela de Cotaparaco profesor Víctor Bustamante, quienes nos recibieron con una delegación numerosa integrado por alumnos y padres de familia, en la noche presentamos la velada-literario-musical y al adía siguiente sostuvimos un electrizante encuentro de futbol ¡vaya sorpresa! No pudimos ganarles, quedamos 0 a 0, nosotros teníamos un buen equipo y nos habíamos preparado especialmente para la excursión, incluso llevamos alumnos de otros años que destacaban en futbol, al haber ganado por amplio margen tanto en Huayllapampa y Tapacocha, pues en Cotaparaco tuvimos que conformarnos con el empate a cero, recuerdo que había un back central corpulento y alto de recia marcación y no nos dejaba pasar a los delanteros, nos informaron luego del partido que era el alcalde de Cotaparaco de apellido Alvarado. Finalmente dividimos honores y salimos muy maltrechos del partido, pero muy satisfechos, la caminata de pueblo en pueblo había hecho estrago en nosotros.
En Huayllapampa, Tapacocha y Cotaparaco la presentación de la velada fue de muy buen nivel, como demostración de la educación que se impartía en el colegio de Marca, el número de “LOS SOLDADOS INCORREGIBLES” fueron replicados hasta varios años más tarde en los distritos visitados, así como en el colegio San Lorenzo. Al retornar a Marca en el sexto día, emprendimos el retorno a las cuatro de la mañana desde Cotaparaco, llegando a Marca en horas de la noche los padres de familia nos recibieron con vítores y aplausos enterados de nuestros triunfos por correo y telégrafos que diariamente reportaban los profesores como bitácora de nuestras hazañas que conseguíamos para nuestro colegio.


 

***HECHOS HISTÓRICOS DE MI TIERRA*** 

DICTADOR, lanudo, chusco y cabezón

Sucedió en Rosaspampa

Jurisdicción de Marca

Por: José Santos Gamarra Soto

En los albores de nuestra vida, muchos hemos tenido experiencias y anécdotas muy hermosas, así como de las otras que, quisiéramos expresarlos y ponerlos en valor, uno que les cuento a continuación es uno de ellos, de grata recordación para mí, estoy seguro que más de uno sonreirá al leer esta experiencia que me tocó vivir allá por el año de 1958, en el mes de febrero, un día como hoy, en plena carretera en el lugar denominado Rosaspampa, de la ciudad de Marca, provincia de Recuay, departamento de Ancash.

Esa mañana en Cochacar que es una campiña a tres kilómetros hacia el sur de Marca, faltó sal en casa para condimentar el aderezo de la sopa de trigo que estaba preparando mi madre, llamado en nuestra zona como “Chahuatrigo” con tocino y papa que tanto le gustaba a mi padre, hay otra sopa que se llama de “Chaskatrigo”, entonces mi madre, doña Ellpicha, me dice:

- Ivo, cachita rantirami don Ambrosiopeck, ¡cutirami mana tockene seckanyak!

- (Ivo, anda a la ciudad y compra la sal de la tienda de don Ambrosio y regresa antes que seque mi saliva en el piso).

La orden y la señal estaban dadas y tenía que cumplirse de lo contrario me esperaba el castigo. Yo contaba entre seis o siete años de edad. Subí desde Cochacar hacia la cumbre a toda velocidad y tomé la carretera, no corría, volaba, porque temía al castigo con la soga que amarraban a “Planta” vaca preferida de la familia. En el trayecto, en el lugar denominado Rosas Pampa, tuve mi primer escollo. “Dictador”, era un perro muy grande del tamaño de un león, color habano, cabezón, lanudo y chusco, paraba durmiendo en el zaguán del fundo de don Cornelio Virhuez, y comenzó a ladrar muy fuerte; a Dictador cuando ladraba los pelos se le erizaban como al león, era muy bravo, pasar el lugar era cosa de valientes, allí no valía las piedras ni los palos para defenderse.

Inmediatamente recordé que un año antes el mismo Dictador había hecho de las suyas con las nalgas de otro niño, sabedor de ese percance yo tenía miedo de las fauces de Dictador. Sucede que el actual Dr. Hermninio Padilla Silva, de niño y en esa oportunidad, fue presa del afamado Dictador. Herminio caminaba todos los días hacia la Escuela Primaria de Varones N° 1339 bien sea desde Cochacar o Muña Jircan donde sus padres poseían sus pertenencias, el caminaba a la Escuela junto a sus hermanos menores Lucio y Sergio, el último de los nombrados era de mi edad y mi compañero de salón en la Escuela a quien llamábamos cariñosamente como “Checo”. Aquel fatídico día para Herminio fue perseguido por Dictador por la carretera cuesta arriba, alcanzándolo a la altura de la “Paccha” que había junto a la carretera, el can era corpulento de color habano como se ha dicho y pudo dar con el pobre Herminio alcanzándolo y mordiéndole en los glúteos ocasionándole dos heridas del que le emanó mucha sangre.

Enterada del percance doña Clara, esposa de don Cornelio Virhuez y dueña de Dictador, curó las heridas inmediatamente con dos mechones del pelo del perro y con la orina del mismo niño a quien le hizo orinar y sirva como bálsamo para la herida, adhiriéndole los mechones en las posaderas del buen Dr. Hermino, que tardó varios días o semanas para sanar del daño ocasionado, y sin poder sentarse por esos días o semanas.  Es por ello que yo tenía especial cuidado con Dictador, y no me suceda lo mismo que al buen Dr. Herminio quien era nuestro vecino y amigo, entonces esta vez, recurrí a mi astucia infantil, me subí a la piedra más grande que había al costado de la carretera y grité:

- ¡Tìaaaa¡  ¡Tiaaaaaaaá¡

- ¡Dictador no me deja pasar, Tiaaaaaaaaà!

El eco de la voz desesperada del niño penetró hasta el corredor de la casa, donde las personas mayores desgranaban mazorcas de choclos para las humitas y en esas circunstancias Amelia aparecía por el portón gritando:

- ¡Zafa so Dictadoy¡   ¡Zafa so Dictadoy ¡

Amelita, era una niña angelical muy linda, mi contemporáneo, hija de la profesora Rosa Virhuez y nieta de don Cornelio Virhuez, Amelia no pronunciaba bien las palabras por el frenillo que tenía; al verla, el animal se tranquilizó y dando vueltas se enroscó al lado de su ama, mientras yo bajaba de la piedra grande y emprendía veloz carrera hacia la ciudad.

De Cochacar a Marca dista casi tres kilómetros, antes de llegar a la ciudad se pasa por Rárapí, Convento y Mitana; en Rárapi abundan eucaliptos y el camino se hace más angosto, lleno de agua y barro, producto de las filtraciones que emana de la parte alta del cerro llamado Kakawás; en mi recorrido y a esa altura tuve que sortear otro gran obstáculo; el agricultor don Ernesto Falero, montado en su caballo bien enjaezado y con sombrero negro de ala muy ancha, arreaba sus vacas y caballos en buena cantidad con dirección a “Coshrúm”, donde tenía sus tierras con abundante pastizal. Sortear tamaño obstáculo se presentaba difícil para mí, dada mi edad, ¡mama mía!, el tropel de vacunos y equinos eran de temer, por entonces ya había aprendido la poesía del “Cantor de América” José Santos Chocano, “Los caballos eran fuertes”, “Los caballos eran ágiles” La escena se actualizaba cuando subía al escenario a recitar dicha poesía.

Esta manada de vacas y caballos parecía un ejército de rinocerontes que hacía temblar la tierra; yo parado a la vera del camino cerraba los ojos contando los minutos para el paso de los animales, con el riesgo de rodarme al precipicio por cualquier movimiento brusco de algún animal que pasaba, una vez sorteado el escollo continué con mi carrera a la ciudad de Marca con dirección a la tienda de don “Carabina”-Ambrosio, él poseía una tienda de abarrotes en Jr. Bolognesi llamado Chopicalle, frente a la casa de mi abuelita Tomasa, Ambrosio, no tenía hijos ni mujer, nunca se supo sobre su soltería, él, era hermano de “Barca” Isabela quien a su vez era mujer de Godofredo León. Ambrosio Dionisio, era hombre bonachón y bromista que cuando me encontraba en la ciudad acudía a su tienda siempre nos hacía cantar y bailar huaynitos junto a mi amiguita Teobalda hija de Zósimo y Margarita, cuyo premio era un caramelo para cada uno.

Esta vez al llegar a su puerta, me acordé que unos meses antes, cuando estuve en el pueblo con mis padres, con mi amiguita Teobalda asistimos a la tienda de Carabina-Ambrosio para cantar y bailar una nueva canción que habíamos aprendido para luego pedirle que nos regale caramelos, don Carabina, muy gentil nos obsequió, pero antes nos dijo:

- Haber muchachos, ustedes siempre me piden caramelos nomás – nos decía

- Esta vez, les invito una gaseosa que acaba de llegarme de la costa y está en aquel rincón – con la seriedad que le caracterizaba nos señaló una lata grande.

- Tomen ahora, pero poco, porque dicha gaseosa es muy fina y cara – nos dijo

Nos servimos en sendos vasos, felizmente muy poquito, ante la inocencia de los niños don Carabina lanzó una carcajada, no pasaron ni dos minutos cuando comenzamos a sentir fuertes dolores en la garganta y el estómago, porque dicho líquido era kerosene. Al día siguiente enterada mamá Ellpicha, llena de ira tomó un pedazo de leña, intento vengarse buscando al culpable, pero primó su prudencia y con la fuerza que levantó el madero hizo silbar en el aire, pero se detuvo lleno de ira y centellar en sus ojos la ira cuando temblaron sus manos santas de dolor por el hijo de sus entrañas.

Luego de sortear serios obstáculos compré la sal a veinte centavos la libra, yo llevaba treinta centavos, y con el vuelto pedí dos caramelos “perita” de color rojo y amarillo intenso, que costaba medio cada uno, la compra de los dos caramelos era el premio por el mandado, y cuando regresé  a la casa en Cochacar, para mi felicidad, descubrí que la saliva no se había secado.



 

SEPARACIÓN DE LOS BEATLES

Hace 56 años

Un día como Hoy

30 de enero 1969

Último concierto de los Beatles


Escribe: José Santos Gamarra Soto

Al mediodía del jueves 30 de enero de 1969 los cuatro Beatles salieron a tocar en la terraza de Apple Récords de Londres, los cuatro integrantes de la banda de Liverpool sabían que sería su última vez en vivo. Los entretelones de porqué decidieron presentarse de improviso en la terraza de su estudio fue un misterio que solo sabían ellos, pero si estaban convencidos que era muy difícil que volvieran a tocar juntos en público. Por lo general se tiene poca conciencia de estar transitando una última vez, nadie puede saber que ese camino que se recorre, ese beso que se da, esa mirada, ese detalle, sean los últimos y nunca volverán a repetirse. Nosotros cursábamos el cuarto de secundaria en el Colegio Nacional Mixto San Lorenzo de Marca, año de 1969, en aquel entonces la llegada de las noticias solo era por radio o periódico que el director del colegio encargaba comprar en Barranca para ser leído todas las mañanas las noticias más importantes del día por el Brigadier General del Colegio, ahí nos enteraríamos de la separación de los Beatles. 

La noticia de la separación de los Beatles lo recibimos con mucha pena teniendo en cuenta que era la mejor banda existente por esos tiempos y referentes de la música del rock and roll. Para el último Show de la Terraza, estaban presentes Paul McCartney, Jhon Lennon, Ringo Starr y George Harrison comenzaron a tocar, había mucho viento, una temperatura muy baja, por debajo de los cinco grados. Ya no estaban uniformados, con pelo cortado igual o bigotes reglamentarios como solían hacerlo en cada presentación que realizaban.

En un principio había pocos testigos presenciando, eran los artistas más famosos del planeta. Ellos también podían rockear, hacer canciones directas, sin la magia del estudio, querían una presentación como los Rolling Stones o como The Who dos bandas inglesas muy exitosas por esos tiempos. Los Beatles intervinieron con canciones directas al público y que no existiera posibilidad de camuflarse tras efectos especiales, invenciones y descubrimientos luminosos. Ellos atravesaban una crisis interna, el éxito y el crecimiento les pasaba la factura, era imposible continuar, la convivencia entre los cuatro se estaba haciendo imposible, sus objetivos personales ya no coincidían con los del conjunto o grupo, se habían alejado de ellos mismos, de manera inexorable.

La idea del concierto en la terraza del edificio de Apple se le atribuye a Jhon Lennon, lo cierto es que varios factores confluyeron para el último concierto en vivo de los Beatles sea en la terraza del edificio número 3 de la calle Savile. Los transeúntes miraban hacia arriba, en la terraza había mucha gente, el cielo estaba gris, era invierno. El show duró 43 minutos, con 22 minutos musicales, las terrazas vecinas se van poblando, en las veredas la gente se amontona y el tráfico colapsa en pocos minutos, la mayoría se muestra fascinada ante la ocasión histórica, hasta que en la última canción ingresa la policía londinense al edificio e interrumpen la actuación, pero no los detiene la policía, ellos también querían escuchar esa última vez. El disco y el documental fueron rebautizados como Let it be-déjalo ser-pocos días después el anuncio de su disolución como grupo, tanto el disco como el documental tendrían nuevas y hermosas versiones posteriores.

Posterior a ello cada uno de los integrantes tomaron camino diferente como solistas y les fue muy bien, en especial a Paul McCartney y Jhon Lennon.

 

 

***HECHOS HISTÓRICOS DE MI TIERRA***

¿IVO...REALIDAD O FICCIÓN?

Un Día como Hoy

Lunes 22 enero de 1951


Por: José Santos Gamarra Soto

El 14 de mayo de 1875 nace en Lima "El Cantor de América" don José Santos Chocano Gasteñodi, en especial lo recuerdo a éste gran poeta peruano, por dos motivos:

Primero, en mi etapa escolar y estando en el 2do. de secundaria en el Colegio Nacional Guillermo E. Billinghurst de Barranca, mi profesor de Literatura Mr. Gabriel Gonzáles nos hizo entrega a todos los alumnos del salón uno de los poemas de José Santos Chocano: “Blasón”, el que tuve el honor de recitar, y el que quedó grabado en mi memoria. Años más tarde ya en Lima, buscando periódicos antiguos, encontré la noticia que en diciembre de 1921 José Santos Chocano Gasteñodi regresó al Perú después de haber estado ausente diecisiete años, tal como lo consignó el diario La Crónica en su edición del sábado 10 de diciembre de 1921, siendo recibido apoteósicamente a su llegada a Lima.

Segundo, el nombre de José Santos Chocano Gasteñodi tuvo que ver mucho en la historia de mi nombre, en la ciudad de Marca-Ancash la mañana del 20 de enero de 1951 se encontraban en la actual esquina de don Churchil, dos comuneros, don Agustín Espinoza Méndez y don Pablo Ferrer Gamarra, ambos vecinos de la ciudad, al ver acercarse a mi padre, don Agustín exclama:

- ¡Imanollatak Brindis, Jichaccarami she¡

(Hola Brindis, como estás, ofrécenos un trago, pues)

En el pueblo en horas de la mañana es costumbre hasta nuestros días que, algunos agricultores y vecinos del lugar suelen reunirse muy temprano para tomar unas copas de “Washku” antes de partir a sus chacras para la faena del día, el washku es un licor casero que se prepara en un cuarto de botella. Brindis, generoso aceptó el reto, pero en su mente estaba el requerimiento de su Ellpicha, mi madre, el registrar la partida de mi nacimiento, hacía ya varias semanas que había nacido y no había sido asentada mi partida en el Registro de Nacimientos de la Municipalidad, para ello se necesitaba dos testigos, como manda la ley. Mi madre le dijo a mi padre que me pusiera de nombre: Ivo Efraín, mientras que mi padre deseaba como tercer nombre: Brindis, para perennizar su nombre ya que a su hijo mayor-mi hermano Ciro-le había puesto de nombre Marcelo Ciro, sin desperdiciar la ocasión les dijo:

- Pasarillashun kellaman don Agustín, hichacaramunapack

(Pasemos a la taberna, para ofrecerles el trago, dijo Brindis)

Pasaron los tres parroquianos a la tienda de don Abraham Soto a quien lo conocían como “Pato” Abraham, ubicada entre la esquina de la plazuela y la primera cuadra del jirón Bolognesi o Chopicalle, actual taberna de don Churchil. Entre copas y copas de Washcu mezcla de alcohol metílico de cuarenta grados, agua y limón, estando en el segundo cuartito, mi padre ya les había solicitado su concurso como testigos a lo que ellos aceptaron gustosos; entonces Agustín le pregunta a Brindis:

- ¿Oye hermano qué nombre piensas ponerle a tu hijo?  cuéntanos - le dijo.

- ¡Se va a llamar Brindis Ivo Efraín! - contestó mi padre, muy orgulloso.

Agustín Espinoza era un hombre muy locuaz, había leído algunas obras literarias, poesías y ciencias políticas a tal punto de ser un líder estudiantil en el Colegio Nacional La Libertad de Huaraz donde había estudiado, su opinión era muy respetada en el pueblo, era dirigente en la comunidad campesina San Lorenzo y ex alcalde de Marca, hubo un minuto de silencio, luego espetó:

- Brindis Ivo Efraín... humm  humm...Brindis Ivo Efraín - masculló con cierto desdén.

- Brindis, es acción de brindar - dijo Agustín - pero Ivo Efraín no significan nada, ya que Pablo y yo vamos a ser testigos ¿Por qué no le ponemos el nombre de algún prócer, héroe o poeta?, por ejemplo, José Santos, en homenaje a ese gran poeta José Santos Chocano llamado “El cantor de América”- mi padre replicó al instante:

- ¡Muy bien, que así sea!

- Trato hecho, entonces no se hable más, otro washcu más - ordenó Brindis, pero yo invito -  dijo Agustín.

Mi padre aparte de ser trabajador y honesto, era muy condescendiente con los amigos que en más de una oportunidad le había ocasionado problemas con mi madre; aceptó sin pensarlo dos veces, por el contrario, se sentía muy halagado que su hijo se llame con los nombres de tan ilustre personaje.

El reloj marcaba las ocho de la mañana y cuando el sol irradió a toda la ciudad, marcharon rumbo a la municipalidad. Ingresaron a la oficina del Registro de Nacimientos de la municipalidad, mi padre y los dos testigos, ya bien “Shinkas” (picados), y me pusieron de nombre José Santos Gamarra Soto, nacido el dos de enero del año de un mil novecientos cincuenta y uno. Por los tragos mi padre se olvidó comunicar el cambio de nombre a mi madre, a partir de entonces todos en casa y mis familiares me llamaban Ivo, mi madre con su inigualable ternura me cargaba y me hacía bailar como: Ivito, Ivocanita, Huevito con Sal y otras denominaciones más.

Al cumplir los seis años tenía que iniciar mis estudios de primaria en la Escuela de Varones N° 1339 de la ciudad en la sección “chino”, y al sacar mi partida de nacimiento mi padre se dio con la sorpresa del cambio de nombre. Al comunicar el cambio de nombre a mi madre ella dijo: ¡Manan!, ella no aceptó por ningún motivo el nuevo nombre y siguió llamándome como Ivo hasta el día de su muerte, que sucedió apenas cinco años después.