martes, 11 de febrero de 2025

 


***HECHOS HISTÓRICOS DE MI TIERRA***

 

LOS CARNAVALES DE MARCA

Un día como Hoy

Jueves 11 de febrero de 1960

Wachicualito Wachihualón

Por: José Santos Gamarra Soto


En el calendario marquino existen fiestas tradicionales del pueblo durante todo el año, uno de ellos es el 11 de febrero, la Fiesta de los Carnavales de Marca, la primera fiesta popular del año. En el mundo católico ese día se celebra desde el año 1858 a la Virgen de Lourdes, debido a su aparición en Lourdes, Francia. En la ciudad de Marca se celebra en conmemoración a ello y su estratégica ubicación-se argumenta que la inmensa roca que antecede a la Capilla de la Virgen de Lourdes de Marca menguó el aluvión del 10 febrero de 1912 porque sino la catástrofe hubiera sido mayor. La festividad de Los Carnavales se celebra cada año coincidente con la fecha del 11 de febrero día de la Virgen de Lourdes.

“El Monte” de 1960

Al mediodía del jueves 11 de febrero de 1960 en el barrio San Cristóbal de Marca, a la altura del tercer puente del pueblo, había una buena cantidad de personas que estaban agolpadas en dicho puente. Corrí presuroso a ver qué pasaba, una copiosa lluvia caía sobre la ciudad, una espesa neblina cubría el espacio marquino. Esa tarde desde el puente, lugar privilegiado observé, que los hermanos Pablo y Víctor Solano junto a Hitler Cubillas Espinoza conocido como “Wanlan”-era el hombre más alto de Marca por esos tiempos, por ello el mote de wanlan-habían “capturado” a una hermosa señorita campesina, la arrastraron en medio de la lluvia por la calle llena de barro, era Teodora Carrión Gamarra a quien cariñosamente la llamaban “Ticucha” hija de don Pancracio Carrión y doña Emilia Gamarra, la sumergían una y otra vez en el río de abundante caudal debajo del tercer puente de la ciudad en el barrio de San Cristóbal, debido a las lluvias del crudo invierno, sus aguas eran barrosas, de color marrón oscuro, la chica contaría con 20 años; el público gozaba, las personas mayores decían ¡cómo en mis tiempos, she...!. Así se celebraba antes el ¡Wachiwalito Wachiwalon! Los carnavales siempre han sido de los jóvenes que no sienten frío, no le temen a la lluvia y hacen gozar al público.

El espectáculo era singular, miraba la escena con algún temor y alegría al mismo tiempo dicho acontecimiento, yo contaba con nueve de años de edad. Ticucha luchaba infructuosamente contra sus captores, era una lucha desigual, pero ella con supremo esfuerzo se daba maña para echarles lodo y mucho barro al cuerpo de los varones, barro que se creaba de las filtraciones del puquio del barrio de San Cristóbal. Era un espectáculo circunstancial que se había creado con motivo de la fiesta y como antesala de la fiesta y baile de los carnavales que se realiza aña tras año en la explanada de la Capilla de la Virgen de Lourdes.

A las tres de la tarde del mismo día, con la concurrencia masiva de la población marquina comenzó el baile alrededor del “monte”, llamada “yunza” en otras regiones del Perú. El montero después de un arduo trabajo había plantado el día anterior en horas de la tarde, al son de la caja y pincullo de don “Llupico” y abundante ron, un frondoso árbol de capulí en la explanada de la Capilla de Lourdes y el pueblo goce cantando y bailando entre todos. Al lugar, a esas horas de la tarde llegaron hombres y mujeres de todas las edades para formar la ronda en torno al árbol. Subido a la piedra que protege la Capilla de las avenidas del río miraba con mucha atención y ansiedad los objetos que colgaban del árbol adornado con panes y cuayes, ropa de niños y damas, lavatorios, bacinicas, globos y serpentinas, los monteros y sus invitados bailaban alrededor del monte agarrados de la mano, con las caras pintadas, con la serpentina alrededor del cuello, hombres y mujeres, al son de la orquesta. Todos cantaban, sus voces invitaban la presencia de toda la población.

Los integrantes de la orquesta, eran lugareños, un arpa y dos violines eran los instrumentos que ejecutaban la canción del Wuachiwalito Wachiwalon alrededor del árbol tomados de las manos, intercalados entre hombres y mujeres, danzan y cantan:

Wachiwalito wachiwalon

año que viene responderá

dale duro dale cholo

como al zapallo maduro

 

El que corta el que tumba

año que viene responderá

wallikullé rokikullé

shumac rikapekur wallicullé. 

 

El baile alrededor del monte duraba entre cuatro a cinco horas, cantando, bailando y tomando el aguardiente, mucho ron, cerveza no había, prácticamente se prohibía su consumo por el frío reinante y  la costumbre por aquellos tiempos ¿Por qué duraba tanto el corte de un árbol?, el hacha sin filo con la que se baila y corta apenas sacaba alguna astilla por cada pareja, quienes solo tienen que golpear en número de tres golpes por persona, entonces existe constantes cambios de pareja, lo que provoca la demora en el corte y su caída del árbol; no había cansancio, casi al oscurecer se  tomaba la decisión de tumbar el árbol. Al caer el árbol todos los concurrentes entre hombres, mujeres y niños, corríamos para rescatar los adornos.

Al nuevo montero los concurrentes lo llevaban cargado sobre sus hombros, los que continuarían con la fiesta en casa del nuevo montero donde continuaba la jarana, hasta las primeras horas del día siguiente, recién allí terminaba la fiesta de los carnavales, que se celebra el once de febrero de cada año, coincidente con el día de la Virgen de Lourdes.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario