jueves, 24 de febrero de 2022

 


NUESTROS MUCHACHOS, VAN A LA CANCHA…

Por: José Santos Gamarra Soto


Corría el año de 1962 cuando llegaron a Marca en visita de excursión los alumnos de la Escuela Primaria de Varones de  Malvas, perteneciente a la provincia de Aija por esos tiempos, lo que motivó que en la Escuela Primaria de Varones N° 1339 de Marca nos preparáramos para su recepción y proveerles una feliz estadía en nuestra ciudad, para ello los alumnos más pequeños de la escuela, fuimos preparados para la barra en los encuentros deportivos, una semana antes del encuentro de fútbol en el campo deportivo de “El Convento”, con cantos y hurras, teníamos que hacer sentir la presencia de ser locales al equipo visitante, el profesor Félix Montenegro Ríos para esa ocasión había  compuesto una canción muy acorde ante las circunstancias que se avecinaba, cuyas letras decía:

                           Nuestros muchachos, van a la cancha

                                     dispuestos a ganar,

                           Son los mejores, de nuestra escuela

                                     que de ellos es triunfar.  

 

                            Alegres compañeros,

                                     jugad sin vacilar

                             Si todos somos unidos

                             La victoria nuestra será.

 

                             Muchachos, quien ganará,

                             Muchachos, quien perderá,

                             Ganará Marca o perderá Marca

                                    Perdiendo, ganará.

 

                              Ay, ay, ay, ay

                              Quién ganará.

                              Ay, ay, ay, ay

                              Quién perderá.

 

Era tal la algarabía por la llegada de los excursionistas, que una hora antes que ingresen los jugadores al campo deportivo de El Convento, junto a mis amigos, juntamos once palitos amarrados como signo fatal para que no puedan correr los jugadores del equipo visitante, esos once palitos eran enterrados en el arco contrario. También se cazaba once grillos cuyas piernas desprendidas fueron enterrados debajo del vertical del arco contrario o entrábamos corriendo por el arco contrario en señal de anotar un gol. Estas manifestaciones inocentes los habíamos escuchado a nuestros padres y algunas personas mayores para que el equipo contrario no pueda desarrollar sus facultades deportivas para alzarse con el triunfo, ¡había que hacer sentir la localía! decíamos, ése era el propósito de nuestra participación antes del encuentro de fútbol.

Finalizada la justa deportiva todos nos dirigimos a la Plaza de Armas, donde el profesor Montenegro silbato en mano y guantes blancos frente a los alumnos, desarrollaba atletismo para los visitantes; short azul, polo blanco, medias y zapatillas blancas era el atuendo de los atletas; como olvidar aquellas piras humanas que se formaban de tres o cuatro cuerpos a veces hasta más; los alumnos más fornidos eran la base del monumento humano, luego los más ligeros, subían a la cúspide de la pirámide, donde un niño levantaba en la mano derecha la bandera peruana, este niño generalmente era Joaquín Gamarra, uno de los mejores atletas que tenía la escuela por esos tiempos, caminaba en forma vertical con las dos manos al piso, boca abajo, se contorneaba en los ejercicios y hacia piruetas en el aire en forma vertical y horizontal, demostrando sus dotes de buen atleta.

Recuerdo ésta canción como si fuera ayer, porque ensayamos mucho antes de la llegada de los excursionistas de Malvas, además porque mi hermano Ciro quien culminaba ese año sus estudios primarios participó en el encuentro de fútbol llevado a cabo en el campo deportivo de El Convento, cuyo resultado arrojó un score final de un triunfo de 2 goles a 1 a favor de la Escuela Primaria de Varones N° 1339 de Marca.

Fuente: Historia de Ivo, Autor: José Santos Gamarra Soto  

 


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