sábado, 23 de marzo de 2024

 

*****COSTUMBRES Y TRADICIONES DE MI TIERRA*****

 


SEMANA SANTA EN MARCA: 2024 – (PARTE 6)

EL KÚMUCHI DE JUEVES SANTO…

 

Por: José Santos Gamarra Soto

Fotografías: José Monico


El Jueves Santo es el nombre dado a la fecha en que Jesús celebró la Pascua con sus discípulos, conocido como la última cena. La Liturgia del Jueves Santo es conocer más el misterio de la pasión de Cristo, cuyos actos se realizan con bastante fe y religiosidad en nuestro país y Marca no es la excepción.

 

Después de un día de mucho ajetreo, con la llegada de las bandas de música y reparto de dulces y velas a los feligreses en horas de la tarde del Jueves Santo se realiza el “Wataqui”, ceremonia que consiste en hacer un arco grande de cipreses con flores silvestres, la flor de llima llima, el pullu pullu y otras flores silvestres especialmente traídos desde la puna, son los componentes para este arco que se va llenando de flores en una gran cruz de madera donde está Cristo crucificado llamado el “Kumuchi”, hasta darle un peso de 120 kilos aproximadamente, para ser llevado en procesión por un solo hombre llamado Santo Varón o el Apóstol. En horas de la tarde se sirve un rico potaje de sopa de quinua con queso a todos los presentes, este plato rememora la última cena de Jesús, de igual manera se procede con la acción del lavado de pies de los doce apóstoles; el plato tradicional de quinua es ofrecido por los mayordomos de la fiesta del patrón San Lorenzo de Marca que se celebra el 10 de agosto de cada año, es obligación de los mayordomos proveer las flores para el llenado del arco del Kumuchi de Jueves Santo.

 

En la noche, antes de la procesión se canta el “Maitines”, en latín y castellano, interpretado por cantores aficionados, donde sobresalía la voz de don Leonor, en  oportunidades cantaba con don Antonio Méndez conocido como “Palluaco”, en contrapunto,  entre las damas sobresalían la Sra: Damiana, Elcira Quispe, y  las hermanas Lucila y Frida Soto,  últimamente se han integrado Elva Espinoza Padilla, Beatriz Palacios Silva y Marilyn Bustamante Soto, cantan el Miserere y el Laudatus, Yo te adoro Santa Cruz y otras canciones religiosas acompañados por el arpa, cuyo toque genera hondo sentimiento religioso, donde todo el pueblo va confluyendo hasta llenar la Iglesia, en total son seis o más entre caballeros y damas, especialmente designados con anticipación, toman asiento a dos lados de la mesa, tres a cada lado. A las ocho de la noche comienza el Maitines con la potente voz de don Leonor, don Antonio Méndez contestaba con voz más suave, eran los cantores religiosos.

 

Estos cánticos generan hondo sentimiento religioso, donde todo el pueblo va confluyendo hasta llenar la Iglesia. Cada caballero y dama en su respectivo lado y asiento con un libro de salmos en la mano, ambos al unísono entonan melodías sagradas que se parecen a preguntas y respuestas. A la señal de don Leonor, el sacristán toca la “Matraca” para que otro feligrés apague un cirio del triángulo donde están colocados doce cirios encendidos, así sucesivamente hasta apagar el último cirio. Al apagar el último cirio, en ese momento se apagan todas las luces del templo, las velas y velones se apagan en su totalidad y el templo queda a oscuras.

En la oscuridad los seis caballeros y damas se sitúan debajo de la mesa, y con velas encendidas continúan cantando; la lumbre no sale al exterior porque el manto negro que cubre la mesa se extiende hasta el suelo. Alguien grita en el silencio de la noche ¡Tinieblas!, aterraba la obscuridad reinante, el silencio se interrumpe con el llanto de algunas mujeres o niños. Los tres caballeros de un lado repiten el “Miserere mei Deus”mientras que los otros tres del otro lado contestan con “Secundum Magnam voluntates misericordian tua”. La matraca anuncia el comienzo de otro versículo que es entonando en latín.

Caracteriza a esta costumbre, la llamada “Pujanza” para cargar a Cristo Crucificado en número de dos aspirantes, llamados Santos Varones; cada uno de ellos, ofrece mayor cantidad de dinero para cargar a Cristo llamado del Cúmuchi, generalmente son aquellos jóvenes que han cumplido 33 años de edad, que trabajan en el campo, hombres rudos que pueden resistir el peso, cargar solo y llevar por las calles empedradas con los pies descalzos, en lluvia y barro. Cada cargador representa el apóstol, vestido con alba blanca o túnica, recorre con Cristo Crucificado con pasos lentos al son del bombo de la banda de música. Cada Santo Varón carga hasta la mitad del recorrido, porque la procesión da la vuelta por todo el perímetro de la ciudad, en señal de penitencia para redimir sus pecados.

 

Durante la procesión, los fieles forman dos filas, una de damas y otra fila de varones al son de la banda de músicos contratado por los estandartes. La procesión sale a media noche y culmina en horas de la mañana siguiente, el Alcalde Pedáneo con su garrote de “Mucti” hace su presencia para mantener el orden en la procesión, las filas sean de varones y de mujeres. La procesión avanza entre los feligreses a paso lento, es conmovedor ver al Apóstol cargando la cruz pesada adornado de flores, costumbre que impresionó mucho a la periodista de “Costumbres” Sonaly Tuesta, quien grabó la procesión de Jueves Santo a inicios del presente siglo para luego difundir por Canal 7 tv., a nivel nacional, esta procesión gusta mucho a propios y extraños por ser muy original.

 

La procesión entra a su recta final en la calle Amargura, que nos recuerda el sufrimiento de Cristo en su camino al Gólgota, antes de ser crucificado, en esta parte, repetidas veces es cantada Yo Te Adoro Santa Cruz por los cantores y feligreses, así como el Canto Tradicional:

Jesús viene por las calles,

todo llagas y dolores,

con los brazos abiertos,

en busca de pecadores…

 

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